El olor a suciedad y sangre empezaba a picarme en la nariz , y me atrevo a decir que me causa un poco de mareo. No me acostumbro al ambiente tétrico y violento, y es obvio que no ayuda la presencia de esa mujer robusta con mirada de odio que no me quitaba los ojos de encima. Me escaneaba de arriba a abajo con los ojos y luego hacia una mueca de "¡Ha! ¡Esta tipa qué!".
Me había resistido a que me arrastraran hasta que procese el hecho de que no podría con dos hombres musculosos que tenían un arma cargada en el cinturón y que estaban dispuestos a usarlas en cualquier momento. Saber porque estoy aquí no era en realidad lo que ocupaba mi mente, mas bien me preocupaba la reacción de Daniela, aunque eso no significara que estar aquí no me preocupara. Solo quisiera saber si Daniela esta bien o... No lo sé...
"- ¿Mamá está en la carcel? No es cierto... "
Ya me la imagino de rodillas en el piso con lágrimas corriendo por sus mejillas. Es horrible tan solo pensarlo. Me levanto de la horrible cama dura y sucia (como todo aquí), y camino hacia las frías rejas metálicas, de las cuáles me sostengo con las manos. Intento asomar la cabeza a través del metal y todo lo que veo es a un hombre delgado de unos treinta y tantos años con uniforme de policía dando vueltas de allá para acá con mirada vigilante.
-¡Hey! ¡Tu! ¿Puedo hablarte?
-¿Ya le dijeron que tiene derecho a guardar silencio?- dice el hombre acercándose con fastidio.
-Solo quiero saber porqué estoy aquí... No me han dicho nada desde que llegue.
-Adelyn ¿Cierto?- lee de una lista y yo asiento sin importarme que sé que no me vio.- su juicio será hasta mañana a las 10:30 am.
-¡¿Tenndré que dormir en estas humillantes y sucias condiciones?!- la mujer detrás de mi suelta un gruñido pero no le presto importancia.
-Ahora que lo pienso, no ha hecho la llamada a la que tiene derecho ¿verdad?
Cuando niego con la cabeza el quita las llaves de su cinturón y abre la puerta de un tirón. Me dan ganas de golpearlo cuando siento la presión que ejerce sobre mi con su mano en mi espalda para que camine más rápido. Cuando paramos frente al enorme teléfono, él deja caer unas monedas en la palma de mi mano, evitando hacer contacto con mi piel como si tuviera algún virus extremadamente contagioso. Pongo los ojos en blanco y me giro para pulsar un numero, entonces me pregunto que hora es y noto que hay un reloj de manecillas en la pared frente a mi. Genial, gracias maestra de primaria por enseñarme tan mal a leer este tipo de relojes. 4:30. Creo. Eso significa que mi hermano ya salió de trabajar y mi hija de clases, así que marco el numero de celular de Lalo y luego inserto las monedas por la ranura. Escucho el tono tres veces y piezo a preocuparme de que haya olvidado su teléfono en otro lado, justo cuando escucho su voz seria y recuerdo que a el le aparecerá como un numero desconocido.
-¿Eduardo?
-¿Ade? ¿De donde me estas llamando?
- De la comisaría, me detuvieron.
-¿Qué? ¿Es una broma?
-No!! Por supuesto que no!! ¿Donde está Daniela?
-Como no llegabas me la traje a mi casa, y a Daniel también.
-¿Porque?
-Dijo que si podía venir... Por cierto, dice Dani que en realidad aún no son novios.
-Fiuf... Aunque en este momento eso es lo menos importante... Lalo, tienes que venir, pero no la traigas, ni le digas a donde vas.
-¿Dejarla sola con Daniel?¿Estás segura?
-Es buen chico, confío en él, aparte...
Entonces un ruido estruendoso que viene del otro lado de la línea me interrumpe y ya no escucho nada. El policía que me había arrastrado hasta aquí me puso una mano en el brazo de la manera mas agresiva que se me podría ocurrir, pero yo quito el brazo de igual manera.
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En mi Burbuja de Soledad
ChickLitPensé que nunca me iba a enamorar después de él, o mas bien no quería, ya que hay una persona que me mantiene de pie y feliz... lo mejor que puedo hacer a cambio es evitar que sufra y hacer su vida feliz, ella es mi hija... Daniela.