VIII.Justo cuando todo mejoraba

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Después de haber estado mas de cinco horas probandonos ropa y zapatos  solo por diversión, posando de manera ridícula frente a los espejos de las tiendas y comiendo como si no hubiera un mañana, terminamos con 16 blusas, 5 pares de zapatos y un dolor de piernas insufrible. Al llegar a casa Dani corrió arrastrando los pies como un zombie hacia su cuarto y se lanzó en la cama, no me sorprendió que 10 minutos después ya estuviera dormida. En realidad ella nunca considero lógico irse a dormir a las 7 de la tarde pero creo que hoy hizo una pequeña excepción. A pesar de que la única pierna que podía usar me dolía mas que la enyesada, fui al cuarto de lavado y metí el uniforme del instituto para que estuviera listo a eso de las 7:30 y pudiera meterlo a la secadora para tenerlo listo a tiempo. Camine a la cocina para dejar caer todo mi peso en una silla, apoye las muletas en la pared y solté un suspiro de cansancio. No supe cuanto tiempo estuve en ese estado hasta que sonó la alarma de la lavadora. Caminé hacia el objeto de metal y saque el montón de ropa de mala gana para luego aventarlo de la misma manera a la secadora. Una de las calcetas blancas se cayo al suelo y me agache a recojerla, justo en ese momento me di cuenta de que había una canasta de el otro uniforme de Daniela lavado, secado y planchado que tenia encima un post-it que decía:

"Señora, ya están los uniformes de Daniela, me fui temprano por un problema personal, espero que no le moleste, termine todos los deberes, solo me falto lavar el baño del cuarto de visitas.
Atte. Janette."

Había olvidado por completo que Daniela tenia un par de uniformes por si acaso. Apague la secadora, soltando un bufido, cargue la canasta con una mano y con la otra me ocupe de la muleta. En la habitación de Dani deje la falda, las calcetas y la camiseta del instituto en la mesa de noche, para luego plantarle un beso en la sien a mi hija, que dormía profundamente.

Al llegar a mi habitación ni siquiera tuve fuerza para desatender la cama o cambiarme de ropa. No quería cerrar los ojos porque no quería que este día terminara. Al final el sueño me venció y me quede profundamente dormida.

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La alarma del celular me hizo despertar de golpe con un dolor de cabeza insoportable. Me levanté de la cama arrastrando el pie bueno y tallandome los ojos para despertarme. Me metí al baño y abrí la llave de la ducha. Tomé la bolsa de plástico que me dieron en el hospital y metí la pierna enyesada, haciéndole un nudo bien apretado para asegurarme de que no entre nada de agua. Al ponerme bajo el chorro de agua, suspiro ante aquella sensación tan relajante y pacifica.

Cuando me enrollo la toalla al terminar, siento en mi pierna enyesada mucho calor, así que en cuanto salgo la arranco de un jalón. Me pongo un short de mezclilla corto y una blusa en la que se lee "You don't need to be a lady to be a woman" (No necesitas ser una dama para ser una mujer). En un principio era de Dani, un regalo de alguna tía, pero al probársela no le quedó y me dijo que me la quedara. Solo me la pongo cuando me voy a quedar en casa, y este es el caso.

Al salir al pasillo, toda la casa esta a obscuras. Pongo los ojos en blanco al pensar que Dani volvió a quedarse dormida. Toco la puerta y como siempre nadie responde. Al abrirla de par en par quedo con los ojos como platos y la mandíbula hasta el suelo al ver la habitación de Dani perfectamente limpia y la cama hecha. Quizá la que se retraso fui yo pero al ver que apenas son las 6:53 todo pierde sentido. Entro a la cocina y la veo sentada desayunando muy sonriente, como presumiendo que se levantó temprano e incluso estuvo lista antes que yo. Le revuelvo el cabello con la mano y ella suelta un quejido de enojo.

-¿Podemos pasar por Daniel mamá?

-¡Porsupuesto! Pero date prisa que a los dos se les va a hacer tarde.

En mi Burbuja de SoledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora