Un Afortunado Accidente

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Mi celular no dejaba de vibrar y hacía imposible seguir durmiendo. Tomé mi D.D.D y al abrir los ojos me di cuenta que esta no era mi habitación, es más, esta no era una habitación dentro de la casa de los lamentos. Estaba en el castillo de lord Diavolo y creo que era su cama en la que estaba descansando.
Hice mi mejor esfuerzo para recordar como llegué aquí pero al sentarme en la cama un dolor punzante me refresco la memoria.

-Me esguince el pie... ya me acuerdo- me quejé dejando el pie donde estaba.

Teníamos planeado ir a esquiar con Lord Diavolo pero en el día que nos íbamos a ir, ayer, me caí por las escaleras y así fue como me lesione.
Belphie y Levi se ofrecieron a cuidarme  mientras los demás se iban de viaje (como excusa porque no querían ir) pero me negué, les dije que no era grave y que podría sola. De mala gana aceptaron ir, sin embargo le pidieron a Barbatos que se quede conmigo  para mantenerlos informados si algo sucedía.

Revisé las notificaciones que seguían llegando, la mayoría eran fotos en el vehículo en el que fueron y pequeñas discusiones por fotos en las que salían "mal" a decir verdad ninguno se veía feo en las fotos, talvez gracioso pero nunca feo.
Había una foto en especial que llamó mi atención, era Asmo abrazando a Satan mientras dormían. No dude en ponerla de fondo de pantalla, mis dos mejores amigos siendo adorable.

-Buenos Días, Señorita Mc- La voz de Barbatos se escuchaba desde la puerta y se acercaba-  veo que ha despertado ¿Como se encuentra su pie?

-Todavía me duele cuando lo muevo... Ah, no es necesario que me trates con tanta formalidad - dije sonriendo.

-Si eso es lo que deseas intentaré dirigirme a ti de una forma menos formal- sonrío por cortesía y continuó- Si me disculpa un momento traeré el desayuno y algo para el dolor.

Para que el fin de semana no sea tan largo decidí ponerme una meta: hacerme amiga de Barbatos. Como los hermanos siempre están cerca mio y cada vez que venimos al castillo es por Diavolo, no encontré un momento para en verdad conocerlo personalmente. Es un poco misterioso, no se mucho de él más allá de que es estricto con Diavolo, tiene talento para la repostería y trata a Luke como su propio hijo.

Barbatos volvió con un carrito donde traía el té y varios tipos de postres para acompañar. Por lo que se podía ver había: scons, profiterole, macarones y pequeñas galletitas de té. Todas eran recetas del mundo humano lo que me llamó la atención.

-Barb, estos son postres del mundo humano o versiones de Devildom? - preguntó mientras servía una taza de té.

-Son del mundo humano. Utilicé la receta original e ingredientes traídos del allí- dejo la taza en su respectivo platito y comenzó a explicar los postres- tenemos scons de arándanos, macarones de fresa y macha, profiteroles rellenos de crema pastelera cubiertos de chocolate y por último galletas marmoladas de vainilla y chocolate.

-Todo se ve tan perfecto que me daría pena comerlos - sonreí viendo los postres- deberías acompañarme al menos con un té, me sentiría rara siendo la única que está comiendo.

-Cómo desee- hice un poco de espacio al borde de la cama para que se siente y desayunar juntos.

Hablamos casualmente por un rato hasta que Barb sacó el tema que más vergüenza me daba.

-¿Como fue que te lastimaste el pie?

-Te lo voy a decir pero no te rías- era una razón muy estúpida- alguien había dejado una cucaracha de platico, de esas que se usan para bromas, cerca de la escalera y como le tengo terror a las cucarachas y bichos grandes me asusté... El problema es que no me di cuenta que la escalera estaba muy cerca. Me tropecé y de alguna forma caí sobre el pie- levanté la mirada el dirección al mayordomo, se estaba cubriendo la boca mirando a un lado- te podes reír, se que fue un accidente tonto.

Obey Me!/ OneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora