Un Lago en el Cielo (Pedido)

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El reino celestial tiene una famosa historia que todos conocen como la palma de sus manos y sirve de ejemplo para las nuevas generaciones. Dos ángeles excepcionalmente virtuosos se enamoraron el uno del otro y juntos decidieron hacer todo a su alcance para mantener la paz y esplendor de su reino entre las nubes. Los ángeles que los conocían comentaban que eran más que almas gemelas, era un alma sola dividida en dos. Nunca se habían desentendido o discutido, ni siquiera cuando uno de ellos tomo el camino equivocado. Cuando la inevitable guerra se desato, quien aún puede ser considerado ángel, decidió no luchar contra su amante, pero aun así defendió el reino celestial siéndole fiel a su juramento. El ángel fue recompensado mientras que la otra mitad de su alma dividida fue desterrada al infierno de donde no volvería jamás. La moraleja de la historia es evidente y actualmente se utiliza para evitar futuros acontecimientos similares.

Sin importar que los ángeles que rompan las reglas del reino celestial serán desterrados

Esa frase era repetida como un mantra por profesores y tutores quienes estaban a cargo del aprendizaje de ángeles que aun ni siquiera sabían escribir sus propios nombre.

-Son muy pequeños, no entienden...- suspiró el famoso ángel mientras pasaba por una guardería de camino a su reunión con Michael. Antes de la guerra era Lucifer y él quienes se encargaban de hacer cumplir las reglas, mantener relaciones diplomáticas con los demás reinos, entre otras tareas, pero ahora era solo Michael a cargo. Una gran cantidad de ángeles de alto nivel se ofrecieron a ocupar el lugar vacante, pero Michael se negaba rápidamente como si la simple posibilidad de que alguien más ocupe el lugar le quemara cual carbón al rojo vivo.

Simeon tocó el marco de madera pálida para anunciarse y entró ya que la puerta estaba abierta. La oficina estaba decorada con delicadas pinturas de diferentes ángeles renombrados, los muebles hacían juego entre si siendo todos de la misma madera blanca con el mismo estilo de detalles dorados y un imponente ventanal enmarcado en bellas cortinas bañaba la habitación con la reconfortante luz del sol.

Michael explicó la situación con su característico tono formal que usualmente se confundía con indiferencia- El actual príncipe de Devildom, Lord Diavolo, propuso un programa de intercambio para fortalecer la relaciones entre los tres mundos- hizo una pequeña pausa como si estuviera suprimiendo dar su propia opinión sobre el asunto- Luego de pensarlo muy cuidadosamente decidí elegirte como uno de los participantes y tutor de un ángel de menor rango quien será elegido al azar.

-Se podría saber por qué me elegiste específicamente? -A su parecer este era un chiste de mal gusto por parte de Michael. Él sabía muy bien que su otra mitad estaba en Devildom, parecía una burla o un intento de reabrir una antigua herida- Si esta es tu idea de una broma, no es divertida.

-No es una broma, Simeon. Te elegí porque te tengo confianza, sé que no te vas a corromper y vas a cuidar muy bien del ángel a tu cargo- Sus palabras eran ordenes finales envueltas en un supuesto halago.

Simeon simplemente asintió y salió de la oficina sin saber cómo sentirse al respecto. Por un lado, se sentía emocionado por la oportunidad de volver, pero al mismo tiempo los recuerdos de su último encuentro hacían que le pese el corazón.

Poco después de su forzosa separación Simeon pudo viajar a Devildom para entregar una variedad de documentos, no sabía de que se trataba, pero parecía ser un tratado o acuerdo de algún tipo. El viaje en si duraba un día a ser solo papeleo, sin embargo, el ángel estaba decidido en encontrar el tiempo encontrarse con uno de "Los Pecados". Ese era el nombre que el rey demonio usaba para referirse a los siete ángeles caídos.

-Lord Diavolo ¿podría pedirle un favor? - se acercó al príncipe una vez su padre comenzó a revisar los documentos- Podría visitar a Asmodeus o saber dónde esta?

Obey Me!/ OneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora