Las luces estaban apagadas, las cortinas cerradas y la casa de los lamentos estaba hundida en un profundo silencio. Nada extraño teniendo en cuenta lo tarde que era o temprano, dependiendo como se quiera ver. Tarde para irse a dormir, temprano para despertar.
¿Por qué me había despertado en primer lugar? Ah si, una pesadilla, una horrible y dolorosa pesadilla. Tan dolorosa que se había fundido al interior de mis párpados haciéndose presente casa vez que cerraba los ojos e intentaba volver a dormir.
La pesadilla era una que solía tener antes de llegar a Devildom, consistía en una pequeña habitación donde una versión más joven de mi lloraba y gritaba llamando a su madre. Su madre no daba señales de despertar y mantenía la misma expresión sin importar cuanto la niña la mueva. Un momento más tarde unos brazos rodeaban a la pequeña abrazándola y llevándola lejos de su madre.
Esta pesadilla en realidad es un recuerdo de cuando era pequeña, aún estaba en la primaria pero eso no significa nada al momento de extrañar a mi madre. La recuerdo perfectamente y la extraño más de lo que puedo poner en palabras.
-Genial estoy llorando otra vez - tomé aire para tratar de calmarme pero la soledad y el silencio solo hacían que mi corazón duela- No quiero estar sola... - las palabras salieron como una súplica a la nada.
Salí de la habitación haciendo la menor cantidad de ruido posible abriéndome paso por los pasillos de la casa de los lamentos hasta llegar a una imponente puerta. Me limpié las lágrimas con el dorso de la mano y las sequé en el pantalón del pijama.
-Ya estás acá, no se va a enojar- asentí como si estuviera dándome la razón a mi misma y toqué la puerta suavemente antes de entrar.
Todo estaba obscuro y solo se alcanzaban a ver los contornos de los objetos gracias a la escasa luz del exterior. Mientras caminaba con cuidado un velador se encendió causando que mis ojos tarden un momento en adaptarse a la luz.
-¿Puedo saber la razón de esta imprevista visita? - su voz se escuchaba rasposa y más grave de lo normal ya que acababa de despertar. Lo miré avergonzada buscando en sus facciones alguna señal de molestia pero no encontré nada. Solo curiosidad y cansancio.
-Tuve una pesadilla- sabía que sonaba como una niña pequeña pero no me importaba -Me da miedo dormir sola así que vine...
-Esta bien, ven y acuéstate junto a mi- asentí y dejando mis pantuflas de oveja a un lado de la cama me acosté dejando que me abrace.
-Gracias por dejarme dormir contigo, Lucifer- mi cabeza estaba apoyada en su pecho y podía sentir su calor, al igual que cada movimiento de su respiración.
-No es nada- susurró acariciando mi espalda- no me gusta verte llorar- esta vez nisiquiera me había dado cuenta de las gotas que se deslizaban desde mis ojos a mis mejillas y finalmente a la tela.
-Perdón... No puedo evitarlo- hice silencio un momento y continúe- No puedo evitarlo porque me siento aliviada cuando estoy en tus brazos- pero no de forma romántica, de forma familiar hasta diría maternal- Gracias
-No tienes que agradecer. Siempre estaré a tu lado para asegurarme que estés bien, quieras o no- sonreí un poco y asentí.
-No quiero que te vayas- susurre mas para mi y cerré los ojos- Buenas noches- Dentro de una burbuja donde solo existiamos los dos pude finalmente descansar.
Puede que Lucifer lo niegue constantemente pero cuando nadie lo está mirando puede ser tan sensible y cálido como una madre. Soy afortunada al ser la única persona que puede ver ese lado tan diferente y agradable.
N/A: esto fue un poco muy corto pero bueno, lo escribí para que me de sueño y me pueda dormir. No es nada woow
Que descansen ✨
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Obey Me!/ Oneshots
FanfictionNo hay mucho que agregar. Son fanfics del juego Otome Obey Me! Si todavía no lo jugaste te recomiendo que lo hagas, no te vas a arrepentirir.