Ocultada por las nubes una batalla tomaba lugar en el cielo. El reino celestial una vez perfecto y sereno se había convertido en un campo de batalla donde relámpagos se mezclaban con los metálicos golpes de las armas de los ángeles que divididos en dos bandos luchaban por nuevos ideales o por mantener el orden original. Una revolución, una guerra que se desencadeno por el amor prohibido de un ángel, Lilith.
Ella no deseaba que esto sucediera, claro que no lo quería, todos eran su familia y no quería lastimar a nadie. Jamás pensó en romper las reglas, pero ¿cómo podría dejar morir a su amor? La cura yacía en el reino celestial, a su disposición, no era una medicina exótica simplemente una fruta ¿Qué daño podía hacer una fruta? Michael seguramente entendería si le explicaba, era vida o muerte después de todo ¿No es así? Michael la escucharía como tantas otras veces...
Claro que no. Cuando Michael se enteró la llamo a su oficina y permitió que explique mas no trato de entender sus razones. Para él Lilith había roto las reglas desde el momento que se dejo ver ante un humano, cada palabra, cada razón no era más que una confesión.
-Lilith- Su voz fría sin un gramo de emoción- Estas al tanto del precio que tendrás que pagar por tus acciones. Ve a despedirte, aun tienes derecho a eso.
Las lágrimas corrían por los ojos de la chica sabiendo cual era el precio, pero lo que más dolía era su tono ¿cómo podía hablarle de esa forma? como si no se conocieran, como si jamás la hubiera querido.
La guerra comenzó cuando Lucifer se enteró del castigo. Él estaba completamente en contra al igual que muchos otros ángeles que se pusieron de su lado al escuchar las noticias. Se revelaron contra los demás para protegerla, para que ella no deje de existir.
Dieron sus vidas por ella...
Cuerpos sin vida desperdigados por el suelo del reino, otros fatigados y gravemente heridos se precipitaban como estrellas fugaces al mundo humano desapareciendo en la caída. Todo se podría haber evitado si ella hubiera aceptado el castigo sin decirle a nadie. No valía mas que las decenas de ángeles que habían perecido por su falta.
-Lilith!
El grito de Belphegor rápidamente la devolvió al espantoso presente donde estaban rodeados sin escapatoria. Lilith evadió las flechas solo par ser recibida con el punzante dolor de las lanzas que se clavaban en sus alas. Intento zafarse para encontrar a Belphie y escapar juntos, pero todo esfuerzo era inútil. Solo podía gritar por el bien de su hermano y tratar defenderse con su arco y alas destrozadas.
Beelzebub, guerrero entrenado, había ganado una pequeña ventaja y surcaba los cielos buscando a sus gemelos. Segundos mas tarde escucho el grito de Lilith, siguió el desgarrador sonido encontrándolos a ambos. Estaban siendo inmovilizados a metros de distancia, al ver alrededor los vio, una línea de arqueros listos para disparar. Debía elegir, no podía salvar a ambos, por mucho que lo deseara no funcionaria. Se abalanzo a uno de los grupos y escapo sosteniendo un cuerpo ensangrentado que aterrorizado miraba hacia abajo.
No había palabras, el dolor y el shock de ver a alguien tan querido morir habían creado un doloroso nudo en su garganta. Por su lado Beel se sentía paralizado.
Casi inmediatamente una luz los cegó y al abrir los ojos estaban en caída libre. No solo ellos, todos los ángeles que los habían apoyado. El sonido del viento casi era lo suficientemente fuerte para tapar los sollozos de su hermana quien se aferraba a Beel mientras caían.
Dolorosas ampollas se comenzaban a formar en su piel mientras sus alas y halo se incineraban y el aire se volvía imposible de respirar a medida que descendían.
Beel intento por un momento mirar a su hermana buscando confort en que al menos seguían juntos sin embargo antes de poder hacerlo todo a su alrededor se oscureció y el calor del cuerpo de Lilith desapareció.
-Lilith! - su grito resonó en la inmensidad del vacío en el que se encontraba. Ya no estaba cayendo, está suspendido en la eterna obscuridad. Completamente solo.
-Donde estoy? Dónde están? - Susurró para sí mismo tratando entender lo ocurrido. Entender es un concepto del pasado, en la niebla de eterna obscuridad la razón es tan frecuente como un haz de luz. Estar perdido en soledad es un castigo lento, imparcial para quien desafía a su creador. Desesperanza y aburrimiento como interminable sanción.
A pesar de la cruda realidad el ángel caído continuaba gritando nombres familiares lo más fuerte que podía ignorando el dolor en su nueva forma. Cuernos en lugar de halo y alas similares a las de una mosca en lugar de bellas plumas blancas, era un demonio. Si alguna vez hubo esperanza en este instante desapareció por completo.
-Alguien me escucha?!
Quedo en silencio un momento pensando. Todos cayeron al mismo tiempo, lo que significa que están en algún lugar entre la niebla. Seguramente estaban buscándolo o eso quería creer. Si se aleja de donde esta puede que se desencuentren, así que la mejor opción era quedarse en su lugar y continuar hablando hasta que alguien lo escuche.
-No me voy a ir. Los voy a esperar en este lugar... sé que nos vamos a reunir y seguir adelante como una familia...
Sus ojos comenzaron a doler a causa del esfuerzo de mirar en la obscuridad, al cerrarlos aun podía ver a Belphie rodeado por hermanos ángeles como una presa. Claramente podía ver el enojo y dolor en su rostro.
-Recuerdan cuando Belphie se escapaba al mundo humano para que no le asignen trabajo? Rafael siempre se enojaba con él, pero lucifer de alguna forma siempre lograba convencerlo diciendo que él lo había enviado al mundo humano... Lucifer siempre estaba de nuestro lado. Siempre lo estuvo, sin importar que jamás nos dejó.
Si alguien estuviera viendo esta situación le rompería el corazón. Hablando y recordando todo para mantener la calma y aferrarse a la pequeña esperanza que aún quedaba.
-Asmo, como se llamaba la canción que siempre cantabas? No tenía letra, pero tarareabas la melodía y los instrumentales también- se permitió reír ante el recuerdo- cada vez que tocaba limpiar cantabas esa canción. Ehm creo que sonaba así... taririra lara la larira... lalari larilala
El tiempo parecía no pasar. La única forma de darse cuenta era escuchar las tantas historias con las que Beel contaba.
-Cuando nos encontremos de nuevo tendremos que ir a Devildom ¿no es así? Ese va a ser nuestro nuevo hogar... Seria lindo tener una habitación compartida con Lilith. La podríamos decorar como si fuera un circo con nuestros colores. A Belphie le gusta...gustaba la música de los camiones de helados, podríamos conseguir uno en miniatura para decorar... Lucifer últimamente había bajado a Devildom, Asmo menciono que el príncipe quería ser su amigo ¿Creen que el príncipe también quiera ser nuestro amigo?
De esta manera mucho tiempo transcurrió, pero las historias no llegaron a nadie.
-...Hace cuanto tiempo estoy perdido? Me pregunto si Mammon y Levi están bien... los extraño a todos- Cerro una vez mas sus ojos imaginando sus rostros sonrientes, pero- Están desapareciendo, cada uno de ustedes esta desapareciendo de a poco... no los quiero perder
-Por favor no desaparezcan. Quiero verlos de nuevo y abrazarlos.
...
-Por favor, no me abandonen. Voy a esperar.
...
-Ayuda! ¡Alguien me puede escuchar!
...
-Los necesito conmigo, necesito su cariño. Perdón si no lo aprecie antes. Si volvemos a vernos prometo apreciar cada segundo.
...
-Por... favor
N/A: Esto es un poco abstracto pero me gustó mucho escribirlo.
Que les pareció?
Como siempre una canción me inspiró. Esta vez fue "Ai o Sagashite"
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Obey Me!/ Oneshots
FanfictionNo hay mucho que agregar. Son fanfics del juego Otome Obey Me! Si todavía no lo jugaste te recomiendo que lo hagas, no te vas a arrepentirir.