Capítulo 19| La verdad de Toby

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"UNA MUY MALA IMITACIÓN DE HARRY POTTER"

E L I Z A. 

¿Conocen ese momento cuando están leyendo un libro y sucede algo inesperado que cambia su trama por completo, y te quedas mirando la nada tratando de procesar lo que acaba de pasar?

Bueno, esta vez me pasó pero, inesperadamente, no con un libro.

Sino que el culpable de que esté hace tres horas mirando fijamente el techo de la sala ideando miles de teorías, era Lío. El príncipe demonio y su tan aclamado y misterioso Prudencio.

— ¡Elizaaaaaa! — el grito chillón de mi amigo me sacó de mi estado de "Loading...".

Miré hacia el pasillo, dónde venía corriendo y chillando un Toby con jeans mojados y el torso desnudo sin camiseta. Fruncí el ceño. Del asqueroso lodo que hace momentos lo cubría no había quedado ni rastros. Lo que dejó a relucir lo hermoso que mi mejor amigo era, de una contextura delgada, con un rostro de líneas suaves y agradables, nariz respingona adornada por pequeñas pecas y de ojos castaños algo pequeños pero profundos y brillantes. Eran hermosos, aunque claro, exceptuando los momentos en los que querían competir contra la mirada de un verdadero maniático. Cómo en estos precisos momentos.

— ¡Eliza, hay que salir de aquí ahora mismo! — me tomó de los hombros e intentó llevarme a rastras hacia la puerta.

— ¿T-toby que estás...? — intenté liberarme de su agarre pero de reojo me percaté de que el travieso Duque del infierno estaba atravesando el pasillo y se dirigía hacia nosotros con una sonrisa que podría hacerle una justa competencia al gato de Alicia en el país de las maravillas.

— ¡No huyas conejito! — soltó en un tono nocivamente meloso.

Y sí, aún tenía la cintura baja envuelta en una toalla.

— ¡Aléjate de mi! — Toby me tomó por la cintura y me posicionó frente a él. Utilizandome como escudo escudo humano entre él y el demonio mil nombres.

— Por enésima vez, conejito. ¡Solo estaba jugando!

—¡Dijiste que querías devorarme! — lo acusó Toby.

Kalev abrió la boca pero la cerró abruptamente. Lo pensó mejor, se encogió de hombros y le dedicó una sonrisa encantadora.

— De acuerdo, eso no puedo negarlo pero...

— Eliza, hay que salir de aquí. Estos sujetos son peligrosos. — me susurró entre jadeos.

Antes de que siquiera pudiera intentar comprender algo de lo que estaba pasando, Vadrik y Vidian entraron también en escena. Ellos al igual que Toby ya no tenían rastros de lodo encima, pero con ese cabello rubio aplastado y húmedo y esos relucientes ojos azules, lucían exactamente igual que unos gatitos demoníacos mojados.

— Ah, niños. Serían tan amables de decirme... ¿Qué rayos está pasando aquí? — señalé con la cabeza a Kalev, acechandonos de cerca, y a Toby, escondido detrás de mí.

— ¡Nosotros no hicimos nada esta vez! — se defendió Vidian a la acusación que jamás formulé.

— Tobías vio a Kalev y comenzó a chillar como niña. — respondió Vadrik.

Ambos demonios se encogieron de hombros.

— Estoy acostumbrado a que los humanos entren en estado de shock al estar frente semejante personificación de la belleza al conocerme, pero él... — sus ojos negros se entornaron en dirección a mi amigo. — Él me arrojó agua y salió corriendo.

Lo que nos pasó por tontos (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora