Capítulo 18| Revelaciones

6.7K 1K 3.9K
                                    


Advertencia: es un capitulo largo :v 

E L I Z A.

— Dímelo.

— ¿Decirte qué?

— Dime una sola razón coherente por la que no debería dejarte castigada hasta el fin de tus días. — dije entredientes.

Un fuerte trueno irrumpió desde el cielo. Se había desatado una gran y fuerte tormenta. Extraño, más por el hecho que hace tan solo hace dos horas el sol brillaba y el cielo estaba más azul que nunca. Pero en estos momentos, el calentamiento global y el cambio de clima habían pasado a segundo plano para mí.

— Te morirás antes de que yo llegue al final de mis días. — soltó la princesita del infierno desde el asiento trasero.

Pisé el freno con violencia cuando finalmente llegamos a casa.

— ¡Respóndeme! — le exigí.

— Ella se lo buscó. — se limitó a decir antes de abrir la puerta y dirigirse a zancadas hacia la casa, ignorando por completo el diluvio que estaba cayendo sobre su cabeza.

Más que furiosa me saque de un tirón el cinturón de seguridad y la seguí de cerca.

— ¡Oh, por favor! ¡¿Qué clase de maestra busca que su alumna le incendie el cabello?! — chillé entrando detrás de ella y cerrando la puerta de un golpe.

Lita se dio la vuelta y me enfrentó. Su cabello rubio ahora se había vuelto más oscuro y liso por la humedad de la lluvia, y su pomposo vestido rosa se había aplanado también. Todo esto ayudaba a darle más énfasis a su rostro furioso.

— ¡Una igual de demente que ella! — me gritó.

Golpeé las palmas de mis manos con mis muslos por frustración y la miré de hito en hito.

— Y qué importa que tan chiflada sea tu maestra. ¡La mía me robó mi lapicera favorita con brillitos en tercer grado y aún así no la deje calva! — señalé.

— Eso es porque eras muy poco ingeniosa. — bufó.

Restregué mis sienes con cansancio.

— Lita, casi te expulsan. Si no fuera por qué la directora es la madre de Tobías, ahora mismo no tendrías escuela a la cual asistir.

Ella frunció el entrecejo mientras sus ojos azules se dirigían en múltiples direcciones, estaba completamente fuera de sí.

— ¡Y a mi que me importa! ¡Yo no pedí nada de esto! ¡No pedí convivir con humanos, no pedí vivir en una casa absurdamente pequeña ni tampoco una inútil humana como niñe...!

— ¡Lita Apocalipsis Tridente, fue suficiente! — el grito de Lío nos sobresaltó a ambas.

Estaba tan enfrascada en Lita, que ni siquiera me había percatado que Lío había estado apoyado en la pared de la entrada, totalmente atento a nuestra discusión.

Lita miró sorprendida a su hermano mayor por un momento. Su precioso rostro se drenó de color desapareciendo así cualquier rastro de enojo.

— Pero, Lío... — balbuceó.

— Anoche no te dije nada por qué creí que hoy te disculparias con Eliza, pero continúas actuando de manera muy inmadura e injusta. — Lío se acercó a su hermana y la miró con una severidad absoluta e intimidante. — Hace tres años no lo quise ver, pero evidentemente papá estaba en lo correcto: aún nos falta demasiado por aprender. En especial a ti.

Lo que nos pasó por tontos (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora