Capítulo 25 (parte III)

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TERCERA PARTE:

"CHICA IDEAL"

E L I Z A.

Oscuridad.

Oscuridad era lo único que veía.

Toda la luz de la casa se había esfumado en un parpadeó.

Y resultó que estaba tan acostumbrada a cambios repentinos de escenario, que el apagón no me asustó. Lo que en verdad encendió una alarma de emergencia en mi mente fue el silencio. El silencio crudo y denso en una casa donde habitaban los Tridente sin lugar a dudas no era buena señal. En lo absoluto.

— ¿E-eli? — la voz chillona de mi mejor amigo a mi lado me sobresaltó cuando me tomo fuertemente del brazo y me acercó hacia él para abrazarme como si fuera su osito de peluche de la suerte.

— ¡Shh! — lo callé entre susurros. — No tenemos idea de lo que está sucediendo. Es muy probable que hayamos sido invadidos por enemigos, así que es mejor ser... sigilosos. — dije achinando los ojos creyendo inútilmente que de esa manera podría adquirir alguna especie de visión nocturna.

Spoiler: fue más inútil que cuando intenté usar la Ley de atracción con Zack Efron.

— Eliza, ¿Por qué hablas como si estuviésemos dentro de un videojuego?

Había visto demasiadas series y películas de terror. Yo estaba preparada para estas situaciones.

— Aish, cállate y pásame el sartén. — gruñí.

— ¿Piensas atacar a bestias homicidas sedientas de sangre... con un sartén? —

murmuró incrédulo.

Exasperada, me volteé a ver el gran vacío de oscuridad dónde suponía que debía estar su tonto rostro.

— Mientras tú te escondes detrás de mí como un bebito, yo presentaré algo de resistencia para que nuestra muerte no sea tan simple y patética. — refunfuñe.

— Pero nuestra muerte será patética. Recuerda que en toda película de terror las dos rubias chismosas y adictas a las redes sociales mueren primero.

Fruncí el ceño.

— ¿El primero que moría no era el negro?

— No seas inculta Eliza, eso ocurría por los 90'. Las épocas cambiar...

Un fuerte sonido agudo irrumpió desde lo que supuse que era la sala de estar. Duró tan solo un par de segundos pero logró ponernos los pelos de punta.

— ¡Ay por mi abuelita! — lloriqueo Toby a mi lado. — ¿Dónde está el sartén? ¡Maldición, no veo un culo!

Advirtiendo el comienzo de un ataque de ansiedad de parte de mi amigo declarado enemigo #1 de las películas de terror, le hablé con voz dulce y le expliqué tranquilamente que nos encontrábamos al lado de la mesada y que si estiraba su brazo, encontraría mi querida arma culinaria.

Luego de un momento, sentí como Toby ponía el mango del sartén en mis manos. — Aquí tienes tu poderosísimo señor Sartén.

Lo tomé y comenzamos a caminar lenta y sigilosamente. Toby agarrado de la falda de mi vestido como un niño pequeño, me seguía de cerca. Apenas si habíamos dado unos cuantos pasos cuando, de repente, se hizo la luz.

O más bien, una pequeña porción de ella, que iluminaba la sala de manera tan tenue que lo único que pude percibir fue la... la niebla saliendo de las paredes. Solo hacía falta que salieran zombies a bailar y ya me sentía dentro del videoclip de Thriller.

Lo que nos pasó por tontos (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora