Capitulo 2 (parte II)

6.3K 1K 1.1K
                                    

⚠️ Pequeña aclaración: he decidido ponerles guiones a los comentarios del alma de Eliza, pero resaltandolos con negrita para que se entienda que ella está hablando. Espero que así se pueda entender mucho mejor.

Segunda parte•


E L I Z A.

No sabía exactamente cuánto tiempo hacía que estaba allí, acorralada por unos canes con tres cabezas, insultada por un Minotauro e intimidada por la mirada de un chico dragón. Puede haber pasado, tal vez media hora, tres meses o diez años en lo que a mi respecta pero esto ya no daba para más.

A lo lejos noté como el Minotauro desenvainaba una larga y filosa espada, al parecer dispuesto a terminar de una buena vez con todo esto.

Si quería salir de aquí con vida para correr en busca del irresponsable de mi jefe que me abandono a mi suerte, debía derrotar a esa maldita vaca. Pese a mis debiluchos brazos, mi abdomen todo faltó de ejercicio y mi poca agraciada destreza, ¡Ni en mil años podría deshacerme de alguien así! Entonces mis pensamientos se desviaron al dragón encadenado a mi lado. El cual se veía muy ocupado intentado soplar un mechón de cabello que se le atravesó por sus ojos, lo tenía tan largo que le era imposible apartarlo con un simple soplido.

Dioses, el era mi única y aterradora esperanza.

- Oye, ¿eres fuerte? -pregunté rápidamente antes de que me arrepintiera.

El dragón se me quedó mirando y parpadeó. Esos dos faroles azules que tenía por ojos me miraron como si fuera la criatura más estúpida con la que había tenido la desgracia de cruzarse.

- ¡Que si eres fuerte! - le grité desesperada.

- Puedo salvarte si es lo que quieres decir. - dijo rodando los ojos.

- ¿En serio? - entorne mis ojos con sospecha

- Si, solo tienes que hacer una cosa.

- ¿Cuál?

Un insulto estaba a punto de salirse de mi boca, pues estaba casi segura de que el muy bestia estaba a punto de pedirme que le vendiera mi alma o algo por el estilo.

- Hey, yo sería muy feliz de ir con el.

Tu cállate.

- Rompe este pentagrama.

Ante la sorpresa no pude evitar que de mi boca solo salga un estúpido:

- ¿Eh?

De acuerdo, taal vez no me esperaba eso. Que me pidiera ser su esclava o su esposa era más bien lo que estaba esperado, pero ahora que el lo decía, el querer su libertad era algo más predecible y racional.

- Oh, por dios, ¡tu ya quisieras que el te reclamará como su esposa!

¡Por supuesto que no! Pues, primero que nada el que un chico hermoso mitad dragón te reclamé como suya solo pasaban en la ficción; segundo, en el caso en el que desgraciadamente sucediera, el nuestro sería un matrimonio tan sofocante que terminaría poniéndole veneno en su desayuno.

- Aw ¡Te acabas de imaginar casada con el!

¿Que parte del veneno no entendiste?

- ¡Hey, Niña! ¿Me estás escuchando?- me llamó la atención el chico dragón.

Sacudí mi cabeza para despejar los pensamientos sobre mi reciente conversación con mi odiosa alma. Sin dudas el que haya tomado consciencia era una de las peores cosas que me pasó en este maldito agujero al que mi jefe llamaba hogar dulce hogar.

Lo que nos pasó por tontos (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora