Capítulo 12| Autobús

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Comienzo de maratón, que la disfruten :)

"UNA MOMIA ACOSADORA, UN LINDO BEBE DEMONIO Y EL ADIÓS A MARIO"

E L I Z A.

- ¿El barbijo y el rociador de alcohol son necesarios? - cuestionó Lita.

- ¿Acaso tienen una idea de la cantidad de enfermedades que debe haber dentro de esa cosa horrorosa? Dónde hay humanos, hay peste. - respondió contundente.

- Pero si eres inmortal. - dijo entre dientes Vidian.

- Luego dicen que yo soy el dramático. - bufó Vadrik.

- Y yo la sensible... - murmuré.

Cuando le dije la definición de autobús, literalmente se fue corriendo a su cueva de dragón y decidió ponerse tantas capas de ropa como le fuera posible, para crear una barrera entre los humanos y él. Y conste que él odiaba usar ropa.

- Sabes que si me das un auto no tendrías que hacer todo este circo para no tener contacto con otros humanos, ¿Verdad?

Lío estrechó sus ojos azules hacia mi, lo cual era lo único que se le veía.

- Por enésima vez Eliza, no pienso darte un auto que solo durará un día en volverse chatarra. Sería una acción totalmente inútil. - determinó mientras se ponía unos guantes negros que le había quitado a Vadrik de su cajón.

Sé perfectamente que se estarán preguntando. Así que si, Vadrik tenía un cajón exclusivo para sus guantes. Y si, definitivamente Lío se había terminado de volver más loco que mi tío Eugenio, el que colecciona excremento de sapos únicamente por qué son de color rosa.

- Muy bien. Pero luego no me digas que no te lo advertí.

Veamos cuánto le dura lo terco.

Cómo era de esperarse, el transporte público era una lata de sardinas gigante. Cuando subimos solamente pudimos encontrar dos asientos libres. Los cuales, fieles al dicho "las mujeres y los niños van primero" , los ocupamos Lita, Vidian y yo. Dejando a Lío y Vadrik parados en el pasillo, aferrados como gatos al pasamanos y dejando sus lindos traseros demoníacos expuestos a las miradas fisgonas de todos en el autobús.

- ¡Eeeeeliiiizaaaaaa, esa señora me apretó las pompis! - acusó Vadrik pegándose aún más en el pasamanos del autobús.

Vidian, sentado sobre mi falda, frunció el ceño ante el chillido de su hermano. Lita se dedicó a burlarse deliberadamente a mi lado.

Lío bufó.

- ¡Por favor! Si es una ancianit.... - el demonio se sobresaltó de pronto. Un lindo rosa pálido tiñó sus mejillas, antes de darle una fulminante mirada a la anciana que pasó por detrás de él y le guiño un ojo con cataratas.

Lío regresó su vista hacia mí, sus ojos expresaban incomodidad y asco absoluto.

- Bajémonos ya de esta mierda llena de inmundicia humana. - dijo entre dientes.

Mi bruja malvada interna bailó la Macarena.

- Pero todavía falta para llegar al supermercado. - abrí los ojos con falsa inocencia.

De pronto Lío se inclinó hacia mí y quedó a la misma altura de mis ojos. Incómoda me removí en mi asiento, ¿Por qué siempre tenía que acercarse tanto a mi?

- Eres mucho más malvada y manipuladora de lo que pensé, humana. - estrechó sus ojos, estudiandome.

Apreté un poco más a Vidian contra mi usándolo como una especie de escudo y lo miré desafiante.

Lo que nos pasó por tontos (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora