Capitulo 25 (parte II)

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SEGUNDA PARTE:

"REGALOS"

E L I Z A. 

Cuando llegamos a la sala de estar ya era demasiado tarde. Había ocurrido una gran masacre allí, cuya víctima principal fue el papel para envolver obsequios y el autor criminal estaba sentado en el suelo de la escena del crimen rodeado de las cajas desnudas de obsequios.

Okey. ¿Era yo? ¿O mis metáforas habían comenzado a tomarse un poco sombrías?

Cómo sea. El maldito chico Castor había abierto los obsequios antes de tiempo. Merecía la muerte. Okey, okey. No tanto, sino un buen y estricto castigo. Si, eso.

— ¡Vadrik te dije que los regalos se abrían el veinticinco de Diciembre! — chillé viendo cómo tomaba la caja que contenía figuras cristianas de porcelana que había comprado para regalarselas a mi madre, se la llevó cerca de su oído y agitó.

— Mira tu reloj, Eli. ¡Ya es veinticinco de Diciembre! — exclamó con su rostro iluminado por una felicidad demasiado infantil.

— ¡El veinticinco a la mañana, Castor despistado! — gruñi sacándole la caja de las manos.

— ¡Ahhh! — exclamó con lento entendimiento. Escondió su cabeza entre sus hombros y soltó un: — ¿Ups?

— ¿Podemos abrir también nuestros regalos, Eli? — pregunto Vidian.

— Primero que nada el que debería de abrir los regalos antes que todos es Lío, que es el cumpleañero, por si se olvidaban. — les reproché.

Seis pares de ojos se dirigieron hacia Lío con expectación.

El Demonio puso sus manos dentro de los bolsillos del pantalón y se encogió de hombros con indiferencia.

— Saben perfectamente que no me gustan los regalos. No me importaría menos que abrieran los suyos.

Fruncí el ceño con molestia por su desinterés con los obsequios. Súbitamente sentí el peso de los seis pares de ojos sobre mí.

Resoplé resignada.

— Ya que. — me encogí de hombros.

Al parecer, estaban impacientes por seguir a Vadrik porque todos soltaron al unísono un «¡Sii!» antes de abalanzarse sobre el pobre arbolito de Navidad.

— ¡Mira Vidian! A tí te regalaron estas figuras de acción y el casco en tamaño real de Iron Man. — Vadrik sonrió emocionado por un regalo que no era el suyo.

Vidian abrió grande sus ojitos detrás de los lentes.

— ¡¿En serio?! ¡Estupendo! Anhelaba ese casco desde... — su rostro perdió cualquier rastro de alegría cuando cayó en cuenta de lo que había hecho su hermano. — ¡¿Abriste mi regalo?! — rugió.

— ¡El mío también está abierto! — gruñó Lita, mostrando las tres cajas de elegantes vestidos, accesorios para el cabello y el maletín de bromas con tres litros de sangre falsa extra.

Si, así es. Yo planee ese maletín de bromas como una forma de asegurarme de que pudiera vengarse de la perra de su maestra pero que aún así no le cause ningún daño mortal. Oh, y claro, los vestidos y los accesorios fueron idea de Lío que aseguró que conocía a su hermana como la palma de su mano y sabía de antemano que ese maletín no le gustaría para nada. ¡Psst! No le dije nada porque sabía que en realidad estaba celoso de la gran idea para regalo que tuve.

— ¿Qué otros regalos abriste, Vadrik?— preguntó Kalev bastante serio.

— ¡Ninguno más! ¡Lo prometo! — exclamó el rubio con nerviosismo.

Lo que nos pasó por tontos (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora