Qué tonta ilusión

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— Residencia Uchiha, buenas días.

— Buenos días, Ai. ¿Cómo estás? 

— Oh, señorita Sakura, bien gracias. ¿Busca a alguien? 

— ¡Sí! ¿Se encuentra Rin ahí? 


... 

— No. Lamentablemente no conozco a ninguna mujer llamada Rin. Temo que no podré ayudarla señorita, tenga buen día.  

Pí pí pí pí -sonido de teléfono colgado-

— Pero... 


Con la duda puesta en su corazón, la mujer fue hasta esa clínica prestigiosa donde trabajaba su buena amiga Rin. 
Tuvo que esperar ahí mientras que la médico cirujana estaba en un procedimiento delicado. Llevaba más de trece horas en la sala de operaciones. Esto era sorprendente para Sakura. Ella no duraría todo ese tiempo, menos haciendo lo que hacía Rin. Tratar el tema cerebral y todo lo que tenga que ver con neurocirugía era realmente espantoso y complejo. 
Rin creía lo mismo que ella. ¡Por ningún motivo podría escribir historias tan sorprendentes como lo hacía Sakura! 
Cada una tenía un talento brillante.

Pasaron catorce horas y por fin logró verla. Se notaba exhausta, con una pérdida de peso notable en su cuerpo, lucía más ojerosa, apagada, muy triste. 

Su amiga no la saludó, no en medio del pasillo, por eso es que la llevó hasta su oficina donde podían charlar con tranquilidad sin ser vistos por nadie. Después de todo, el turno de Rin había acabado. 

— Rin... ¿Qué ocurre? La mujer que trabaja en tu casa me ha dicho algo muy extraño... al parecer es nueva... 
— ¿Qué te ha dicho exactamente? — 

Sakura notó como las manos de la castaña estaban temblando del cansancio, pero Rin hacía hasta lo imposible para que esto no fuese así. Quería estar bien, necesitaba mostrarse bien. 

— Me ha dicho que... no te conoce... Cosa que es imposible porque ella ha trabajado toda la vida ahí, ¿no? No entendí, por qué... — Intentaba expresarse lo mejor posible, pero era difícil, menos viendo a su amiga tan indispuesta. 

— Tú conoces bien los códigos de la familia, ¿cierto? Incluso perteneciendo a otros lazos... 

Ambas guardaron silencio. Sakura sabía bien que cuando decían ''No la conozco'' es porque su amo, es decir el jefe de dicha familia, terminaba una relación o un matrimonio, o bien, estaba con otra mujer. 

Tenía miedo de preguntar. ¿Sería correcto? Trataba, realmente su mente se esforzaba en crear palabras bien conectadas para preguntar, pero, era imposible. Sus labios incluso comenzaron a balbucear solo sonidos, fue entonces que Rin se acercó a ella para tomar asiento en la silla del lado.

Las manos de Rin seguían siendo tan gentiles. La yema de sus dedos acariciaron el vientre de Sakura con tanto amor, estaba feliz por ella, realmente feliz. 

— Creo que será un niño... 

Escuchar esto por parte de Rin la sorprendió. 

— Rin... dime... me estás asustando... 

— Fue hace mucho tiempo...

 Interrumpió con un hilo de voz casi en un murmullo desganado y sin aire 

—. Estaba angustiada, asustada, no sabía lo que hacía y solo actué porque no quería que volviese a ocurrir lo mismo. En ese momento... solo pensé... en mí, no sé si fue egoísta o no sé... pero... — Al ver los ojos encendidos y preocupados de su amiga, la castaña por fin soltó. — Yo no puedo tener hijos. La gran mayoría siempre se ha preguntado por qué. Llevamos mucho tiempo con Obito, tanto que en ninguna oportunidad he tenido una sola señal de embarazo. Él por obvias razones comenzó a sentirse frustrado... — Tomó una bocanada de aire. Sentía que estaba diciendo las cosas sin ordenarlas, sabía que Sakura no la estaba entendiendo. — ... Desde aquel día Sakura, después de ese día, a las semanas siguientes, ¿lo recuerdas? Izumi  cada vez iba a ver que ocurría conmigo, una de las mujeres que trabajaba en la casa me había dicho algo que me llenó de preocupación...

Sakura sujetó las manos de Rin, parecía que estaba entendiendo, pero esto solo lo hizo para brindarle apoyo. El gesto que ella tuvo la llenó de valor, pero de igual forma desvió la mirada porque no se sentía capaz de decirlo. 

— Me llevaron al médico ese mismo día, sé que te enteraste... pero era para constatar las lesiones que dejaron... pero lo que el médico omitió fue terrible... — 

Cerró sus ojos, automáticamente oyó los gritos de ella misma, sintió que ese aroma asqueroso volvía a su olfato, incluso la asquerosidad de ser penetrada. Todo eso la alteró. 

— Sakura... estaba esperando un bebé de mi violador... del maldito violador. 

Aquellos ojos verdosos esperanzadores se llenaron de fuego. ¡Lo detestaba! Le habían hecho daño, mucho daño. Lo peor era eso, todo. 

— Aborté, del miedo aborté, y del miedo, de la frustración, en esa misma semana, me realizaron una operación para nunca tener hijos. Para mi mala suerte Izumi se enteró y se indignó. Un bebé para la familia Uchiha es muy importante... pero yo no quería parir a alguien que tuviese el rostro de mi violador... ¡no quería! — 

Rin por fin rompió en lágrimas, su sola aura se notaba agotada. Sakura no esperó para tenerla entre sus brazos y recibirla, acogerla, besar su frente y solo dejarla llorar. 

En lo único que pensaba Sakura era que si tuviera el super poder de revivir a esos sujetos, sería únicamente para patearlos y matarlos con sus propias manos. Por otro lado, no entendía el motivo exacto de la visión tan egoísta de aquel entonces de Izumi. 

— Imagino que el tonto de Obito se enteró de esto y... 

— Esa es la peor parte Sakura.... — Levantó el rostro para verla y decir. — Él será papá, él... él...

— Espera... ¿q-qué? ¿estás diciendo que...

— Sí Sakura... él se buscó una mujer para poder tener una familia de verdad, pero no lo culpo... después de todo siempre pasé en el trabajo para zafar de la verdad y...

— ¡No! ¡No te eches la culpa a ti, Rin! 

— Pero Sakura... yo cometí el error de no decirle la verdad... Hace tres meses atrás, antes de que tú y Kakashi estuviesen ya juntos, él se había enterado... 

— ¿Quién se lo dijo? 

— Eso no importa... 

— ¡¿Quién se lo dijo?!

— Sakura... por favor... no es momento de alterarse, le hace mal a tu bebé... 

— Entonces dime de una vez quién fue porque sino ahora mismo iré a mi casa, sacaré de mi baúl el arma y le dispararé en el puto pene a Obito. 

Rin tampoco tenía muchas opciones. Conocía perfectamente a Sakura, sabía que ella sí sería capaz de una barbaridad como esa. 

— Izumi tenía una relación amistosa con Kurenai hace tiempo atrás. No me preguntes cómo es que se conocieron, pero Kurenai, sí, la ''ex'' de Kakashi, le contó todo esto a Obito. Al parecer tuvieron una reunión y, como ella sabía que Obito es o era el mejor amigo de Kakashi, lo manipuló. En base de su tristeza se aprovechó y bueno, se acostaron... 

— ''En base de su tristeza'' No Rin, ¿de qué tristeza? Debió ser hombre e ir contigo para abrazarte y darte comprensión, no que una mujer le parara el pene y que la ¡AAAAAAHG! maldición... 

— Sakura... por favor cálmate, no quiero que por mi culpa le pase algo a tu bebé... 

Sí. Tenía que hacer un esfuerzo para no salir por esa puerta, agarrar un bastón de algún anciano y metérselo por el culo a Obito. Era tanta su impotencia, y más porque Rin todo lo veía por un lado positivo y tranquilo. 

Lo peor fue oír el nombre de Kurenai. Recordar que obtuvo amenazas constantes por parte de ella, que la iba a destruir y bien que lo comenzó a hacer. Uno de los puntos débiles de Sakura podían ser Sarada o Kakashi, pero la profesora que bien sabía hacer las cosas, inició por Obito. 

Podía conocer a Obito toda la vida, siempre lo consideró listo y muy divertido, pero con esto se le cayó más abajo de la tierra. 
¿Qué podía hacer? Viendo a su amiga tan destruida. Ni siquiera tenía cara para decirle: ¡Hey, ve a mi boda, no pasa nada! ¡NO! sería demasiado egoísta, ¡muy egoísta! 

Una marejada de palabras tenía en su corazón, su mente, incluso sintió nauseas. 
Rin, comprendiendo lo que ella debía estar sintiendo, en cosa de segundos la acomodó en el asiento. 

— No puedo hacer nada, Sakura, tú tampoco puedes hacer mucho, ni tú, ni nadie, ni Kakashi. Si él quiso que las cosas fueran así, así deben ser para él, si ella será la futura madre de un bebé, entonces que así sea. Yo no puedo dejar de ser quien soy, no dejaré mi trabajo y mi pasión. Quien me ame debe entender eso... 

Fueron dos a tres golpes en la puerta de entrada, sin pedir permiso o tener autorización una mujer que traía una caja grande de comida, y también traía un palito en la boca sorprendió a la pelirrosa, bien que la conocía. 

— ¡Hola precios.... ¿señorita Sakura? ¿Qué hace aquí? ¡Perdón! No quise... no quise... — Como pudo intentaba esconder todo lo que traía, incluso esas flores y comida. Tenía muchísimas cosas en las manos. 

— ¿Anko? — Cuestionó la ojiverde.

— Oh... Hola Anko... — Agitó la mano la castaña con dulzura, la otra la ocupó para limpiarse las lágrimas. 

— S-sí, es que... verás... ¡Já! No hay nada que explicar. Es que bueno... yo...  

Rin se puso de pie para ayudarla con todas las cosas que traía. Con un cariño notable besó su mejilla para saludarla. Rin cuando se volteó y llevó las cosas a la mesa del fondo, Anko se puso extremadamente roja, muy roja, pero intentó disimularlo. 

Sakura quien vio todo se sintió sorprendida, pero también entendió. ¡Anko estaba enamorada de Rin! pero al parecer, Rin no de ella. Pero, ¿desde cuándo? 

— Generalmente hablamos con Anko en las noches o cuando puedo, ambas tenemos trabajo duro, y como ella es la editora en jefa de Kakashi, y yo lo conozco tan bien, bueno... ahora tú también lo conoces más que yo Sakura — Rió no queriendo desmerecer a la pelirrosa. — A lo que voy es que me pedía consejos para tratar su mal genio o su pereza. 

— Y vaya que me dieron resultados. Ese cabezota siempre es muy irresponsable con sus historias, pero ahora que tú estás ahí Sakura, le dirás que sea más responsable, o puede que no, después de todo, somos de diferentes editoriales. Te conviene no publiquemos nada, pero tampoco a nosotros nos conviene porque estaríamos sin trabajo, todo un problema... — Se encogió de hombros la chica. 

— Sakura, Anko, iré a marcar mi turno para salir, ¿si? no tardaré. 

Dicho esto la mujer se retiró de la oficina dejándola a las dos a solas. 

— Anko... — Sakura se acercó para tomarla del rostro y verla directo a los ojos. — Te gusta Rin, ¿verdad? 

— ¿Q-qué? — La mujer enrojeció otra vez. — ¡No digas... 

— No me mientas, ¿desde cuándo? 

— Bueno, ¿Qué acaso no me puedo sentir admiración por una mujer tan trabajadora y hermosa como ella? 

— Ahora entiendo por qué Kakashi me decía que jamás te veía con hombres... 

— ¡Tsk! ¿eso dijo? ¿Qué sabe él? 

— No me importa si te gustan las mujeres, Anko ... pero si sabes que... 

La mujer suavizó el gesto mientras veía una fotografía de Rin en la pared como la neurocirujana más destacada de la clínica. 

— Sé que sigue enamorada del tonto de su esposo pero... ¿sabes? No importa si nunca le llego a interesar, prefiero que me siga viendo como una amiga, así como lo hace contigo, aunque claro, soy yo quien viene a dejarle comida, aunque me la termine comiendo yo o algún extraño, pero, me hace feliz cuando la veo sonreír, cuando me abraza, cuando es tan cariñosa... es... — Anko volteó a mirar a Sakura. — Yo leí tu libro, Sakura ... 

— ¿Lo... hiciste? 

— Sí. No digo que con ese libro me haya sentido liberada, pero tengo mi propia forma de amar. Jamás me había sentido tan feliz y apoyada por alguien, a pesar que ella lo hace con una intención de amistad. Fui yo quien confundió todo esto... pero... me gusta y no puedo evitarlo... 

— No es imposible, Anko ... esfuérzate, pero no la presiones, sigue siendo esa amiga. Rin es una mujer maravillosa y estoy segura que en algún momento no hará miramientos si eres mujer, te amará. Ahora mismo te ama, pero como amiga... más adelante cambiará su visión. 

Fue una conversación breve pues Rin venía de regreso. Cuando estuvieron las tres juntas sonrieron. Sakura con incertidumbre, Anko nerviosa, y Rin porque se forzaba a sonreír. 

* * * 


Dos semanas después ... 


Primavera blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora