Primavera blanca

¿Solo amigos?

¿Qué pasó? Jamás imaginé que sería tratada así y menos por ella. Exijo una explicación clara, porque si analizamos la situación, me humilló y no solo frente a ti, sino que al personal que trabaja y vive en tu comunidad. ¿Sabías que la pueda demandar? ¡No me parece justo! Ella fue la que accedió a quedarse ahí. Además, tiene con qué cuidarse, con quiénes aliarse y no puede quejarse por nada. Yo sí, tengo todo el derecho de poner una demanda en contra de ella. ¿Tú crees que no sé que es Kuran Huno? Já. Esas personas son realmente sorprendentes, creen que teniendo un poco de poder pueden cambiar. Pero espera, espera, yo haré que tenga vergüenza pública... 

Sukea no sabía qué era peor, o sentir incertidumbre o bien, querer enviar un mensaje corto como: ''Vete a la mierda'' o algo parecido. Estaba tan molesto, sorprendido, arrepentido, una avalancha de preguntas y sentimientos que no dejaban de alterarlo. 

Finalmente, sin querer comenzar una discusión sin sentido, escribió un texto corto: ''Haz lo que quieras.'' Y como respuesta, recibir otro gran texto que denostaba al hombre. 

¡Son todos los hombres iguales! Error, son todos iguales. La fama se les sube por la cabeza, de haber sabido que eras exactamente igual al resto, no permito hacer nada. ¡Me violaste! ¡vulneraste mis sentimientos! ¿qué clase de hombre eres? 

Enojado y con la sangre ya en el ojo, Kakashi lanzó su aparto móvil contra la pared, esto hizo que se rompiera. El concreto del piso recibió cada fragmento de vidrio como también algunas piezas que salieron volando. 

Habían pasado al menos tres días desde que esa mujer decidió abandonar el hogar de Sukea, TRES DÍAS donde trabó la puerta para impedir la entrada de Yamato, Anko e incluso Guy. 

Luego de una semana y media, fueron llamadas perdidas, mensajes de texto, más llamadas perdidas e insistentes golpes a la puerta. Fue tanto el escándalo que se armó que, Anko llamó a las autoridades para verificar el domicilio de Kakashi por presunta desgracia, no obstante, fue él quien les abrió la puerta para confirmar que estaba bien. 

— ¡¿Pero qué te pasa, idiota?!  — 

Lo primero que recibió, en vez de ser los policías o su buen amigo Guy, fue un fuerte puñetazo en la nariz pero por parte de Obito quien estaba afligido por el estado de su amigo. Kakashi rápidamente se cubrió la nariz luego de sentir esto con tanta fuerza. Anko y los demás apartaron al azabache del otro pensando que lo volvía a golpear, sin embargo, fue todo lo contrario. Tomó la mano del castaño para alzarlo y luego abrazarlo. 

— Eres un estúpido. ¿Sabes la preocupación que nos dio? Tus compañeros de trabajo, amigos, Rin, Sarada e incluso yo. Muchas veces le tuve que mentir a esa niña para que no llorara. 

Kakashi se sintió culpable, claramente él se encerró por dichos problemas, pero también porque rompió su teléfono, sus pertenencias. Todo en esa casa era un desastre. Mesas tiradas a un rincón, suciedad, vidrios rotos, botellas de alcohol regadas por el piso, la fotografía de su madre a un lado de unas flores marchitas, también de Sarada quien por cierto estaba con Sakura a su lado. 

— No me voy a quitar la vida si es que tanto les preocupa eso, la destino en algún momento se encargará, no está en mis manos... 

Yamato, Guy y Anko se miraron, no fue necesario decir algo al respecto, Sukea realmente se sentía afectado por tantas cosas. En cierta forma preocupados ya que nada era predecible en ese momento, mucho en el estado que se encontraba. 

El hedor a alcohol era increíble y repugnante, a penas se mantenía en pie. 

— Lárguense... ya están viendo que estoy bien... 

Fue tajante en su petición, sin embargo, los únicos que se marcharon fueron los policías quedando también en incertidumbre, aunque incumbencia de ellos no era. Minutos más tarde y ya más en confianza, cada uno de ellos colaboró por el arreglo del hogar del castaño. 

Yamato y Guy en completo silencio limpiaron absolutamente todo. Piso, mesas, quitaron los vidrios rotos, etc. Mientras que Anko, lavó la ropa, aseó su habitación, quitó todas las botellas de alcohol venir y por haber, hasta que el hogar de este hombre quedó libre de ellas. 
Obito, al tener más confianza y conocerlo de toda la vida, lo jaló del brazo para subirlo a su espalda. A continuación, lo dejó sentado en la taza de w.c, en ese lugar le quitó prenda por prenda, hasta que lo tiró a la tina con agua fría. Kakashi no se puso objeción, él solo se limitó a mirar cada acción hasta que esa temperatura lo espabiló. 

Obito se inclinó mientras se subía las mangas para no mojarse. Con una esponja lavó su espalda, recogía agua con la misma para que recorriera cada parte de su cuerpo, incluso con la ducha abierta. Aquel color castaño del cabello caía de su pelo. Aquella tintura de quitado fácil con el contacto con el agua. ¿Cómo demonios el día de la lluvia su cabello no decoloró? 
Esto se estaba preguntando el azabache. Kakashi alzó la mirada por curiosidad, y al notar que su amigo miraba el agua café cayendo, este enseguida añadió.