¿Y vivieron felices por siempre?

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— No te preocupes por nada, Sasori. Cuidaremos de Sarada mientras tanto, ¿vale? Además no tenemos que interrumpir a su madre, debe tener una amena conversación con Kakashi.

Las palabras de Rin hicieron reír tanto a Sasori como a Obito los cuales entendieron el mensaje a claras luces. Kakashi y Sakura tenían de esas conversaciones tan profundas y tensas que llegaban a empañar los vidrios, las mismas que hacían una pelea en un catre buscando al ganador.

Ninguno de los tres era tonto. Si Sakura envió ese texto solo quería decir una cosa.

— ¿No te molesta? Es decir, que yo recuerde cuando éramos unos adolescentes, Rin siempre estuvo profundamente enamorada de Kakashi, y no de ti, Obito.

Un ligero tic nervioso no se hizo esperar en la ceja derecha del pelinegro de contextura delgada. Con un gesto descontento se cruzó de brazos desviando al mismo tiempo la mirada hacia la ventana.

— Eso ha quedado atrás, Sasori. — Interrumpió con dulzura y amabilidad la mujer —, además estoy felizmente casada con Obito.

El gesto tenso de su esposo volvió a ser normal, la sonrisa aliviada no se hizo esperar junto con sus parpados cerrados. Como amaba escuchar a su esposa en esos planes.

—.Pero, hay algo que me llena de dudas... ¿Por qué ustedes no han tenido hijos? Llevan años juntos y aún así no ha pasado absolutamente nada.

Rin se cubrió los labios pues quería comenzar a reír, algo tan obvio que tenía cuando entraba en un tema delicado y personal. Diferente fue Obito el cual no dejó de ver a su esposa. Él también se hacía las mismas preguntas que Sasori. Finalmente para no dejarle una carga a Rin, él inquirió.

— Verás... Ella es una mujer muy ocupada, generalmente está en la clínica y pocas horas nos vemos. Esta ha sido una oportunidad perfecta para estar juntos, pero ya vez que, primero es el deber de tío y luego lo demás. No puedo irrespetar sus tiempos.

— Pero, ¡ambos parecen los padres de Sarada! Se verían muy bien teniendo uno propio. —

Volvió a insistir Sasori. Era tan cabeza dura que no lograba pillar el mensaje de silencio.

— Estoy algo cansada — Interrumpió la mujer dejando un bostezo evidente. — Iré a dormir al lado de Sarada. No hablen tan fuerte porque sino la van a despertar. ¿Vale?

. . .

La blanda cama cobijaba ambos cuerpos cómplices de una noche activa. Tuvieron breves momentos de descanso, tiempos donde solo tomaban algo de agua, alguna que otra cosa para comer al cuarto y así fue durante toda la noche, hasta que Sakura terminó con las piernas temblorosas. Kakashi en cambio, la abrazó de esa esbelta y diminuta cadera para brindarle protección.

El primer rayo de sol ingresó por la ventana, a pesar de tener unas cortinas gruesas en el cuarto, ese rayo de vitamina buscó la manera de dar justo en el rostro de Kakashi. Fue ahí que, no soportando el brillo, abrió los ojos. Acto seguido se cubrió con el antebrazo para no quedarse ciego.

Había pensado en eso. Si el rayo de sol continuaba jodiendo en sus ojos, terminaría por perder la vista, pero eso no era todo lo que le dolía sino que perdería toda la escena desde su punto.

Ver a Sakura con su cuerpo descubierto y que otro rayo de sol iluminara su bajo vientre, hizo desearla más y más. Pero, debía ser realista. Ella seguramente quería descansar y no estaría dispuesta a eso.

Al pasar unos minutos el inquieto movimiento de la mujer alertó a Kakashi. No supo por qué, pero en cosa de segundos volvió a cerrar los ojos, ni siquiera se molestó en cambiar de posición a pesar de que el rayo de luz molestaba su vista. Fingiría estar dormido.
Sakura poco a poco abrió sus ojos, sentía un inquietante calor en su bajo vientre, al ver esa luz iluminando esa parte de su cuerpo recordó algo de hace muchos años.
¿Era el momento para eso? Su mente quería retroceder el tiempo para llevarla a esos recuerdos dulces y amargos, pero ella siendo más astuta, no lo permitió, menos ahora.

Primavera blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora