Cuando aquella mujer recogió a esa chica, al principio no la reconoció, pero pasado los segundos y al verla con más detenimiento por el retrovisor, logró saber quién era.
— ¿Rin Nohara? —
Preguntó desprevenida. Rin, al oír su nombre en los labios de esa mujer, dio un brinco asustada, no quería más. En un momento pensó que esa mujer le haría daño, que solo la conocía porque era parte de esos hombre, pero todo ese pensamiento asustadizo se esfumó cuando por el retrovisor estudio su rostro. Esa mujer era la directora de la escuela: Tsunade.
Ella, al igual que Rin, asistiría a la reunión de los Uchiha gracias a la invitación de Fugaku y Mikoto.
— Directora...
— ¿Quién demonios te hizo esto? —
La rubia apretó las manos en el volante como si esto le diera la posibilidad de llegar más rápido. Colérica mordió su propio labio al ver a una de sus estudiantes de esa manera.
Rin, se tocó el rostro, intentaba dejar de temblar, pero era imposible. La chica olía a rancio, tenía la boca con sangre y el rostro con restos de estos ya seca. Su cuerpo no tenía coordinación alguna.
— Mi papá, ellos mataron a mi papá...
Tsunade tomó el manos libres de su teléfono, tenía que hacer una llamada.
~ ~ ~
— Hija, tenemos que irnos. —
Advirtió Anne con un tono bastante asustado. La mujer se apresuró a llegar donde estaba su hija.
Sin darle tiempo de opinar, tomó su antebrazo con fuerza, la estaba prácticamente jalando.
— ¿Tan pronto? L-lo lamento Sasuke, gracias por todo, te lo agradezco, pero... — Decía mientras se alejaba de él a zancadas largas. Tenían prisa y no sabía el porqué.
— Descuida... — Respondió él con intriga en su voz. No había nada de bueno en esa mujer llamada Anne ni en su actual pareja, a sabiendas de que ese hombre era socio y padre de aquel peliplata que estuvo anteriormente con ellos.
Sakumo movía el pie, cada segundo era decisivo, tenían que salir de ahí cuánto antes y actuando de lo más normal.
— Listo querido, tenemos que irnos.
— ¿Lista, Sakura? — Sakumo se arregló la chaqueta. — Vamos a despedirnos de los anfitriones.
Cuando iban en dirección a despedirse, Kakashi se adelantó junto con Obito a conversar con Fugaku y Mikoto.
El padre del peliplata vaciló en despedirse, pero no hacerlo, sería una falta de respeto hacia esa familia.
Con decisión dio paso firme al frente. Anne, todavía tenía tomada a Sakura, pero esta se zafó y simplemente bufó.
— No entiendo qué los tiene así. — Masculló para su madre. — ¿Por qué tenemos que irnos así de repente?
— Calla, Sakura. Sakumo tiene que hacer un viaje importante fuera del país —Mintió—, por eso, tenemos que irnos ya.
— ¿Fuera del país? Pero, ¿tenemos que ir con él?
— No lo sé — Contestó.
Fugaku estaba cruzado de brazos, siempre su rostro se mostraba tenue ante la situación. Oía con atención lo que decía Obito sobre su invitada, y este, en cosa de segundos ató cabos.
Su oscura mirada se volvió intensa al ver al peliplata viejo, pero fingió.
— Fugaku, amigo. — Interrumpió la charla este hombre. — Tenemos que irnos.
— ¿Qué?, ¿tan pronto? — Cuestionó Mikoto ya enterada de todo. — ¿Tu prometida también se va?, ¿por qué no dejas que Sakura se quede?
Kakashi al oír el nombre de esa chica, abrió los ojos con sorpresa. Por alguna razón, su corazón comenzó a latir preso del miedo, una confusión que tomó un amargo sabor en su boca.
Esta chica, se puso atrás del hombre, todavía no entendía las intensa mirada que Kakashi ponía en ella, aunque esta vez, fue diferente.
— Lamento mucho todo esto, señora Mikoto. — Se inclinó Sakura pidiendo disculpas.
— Pero, ¿qué les pasó?, ¿tienes algo importante por hacer, Sakumo?
Cuando iba a responder, uno de los hombres de Fugaku interrumpió la charla para entregarle el teléfono celular. Cerca de su oído susurró: ''Es la directora de la escuela, Tsunade Senju''
Este, extrañado tomó el celular.
— Señora directora. ¿Cómo está?, ¿por qué no ha llegado a la fiesta?
Mientras el anfitrión de la fiesta charlaba por teléfono. Kakashi afiló la mirada a su padre. No confiaba en él.
Amargos recuerdos regresaron a su cabeza, un recuerdo que sentía nunca podía borrar.
La sangre en el piso, los pétalos de rosa, el olor a sangre por todos lados.
Sus manos se empuñaron con rabia, tenía ganas de golpear.
— Hace mucho tiempo no estaban tan juntos — Rompió el hielo Mikoto.
— ¿A qué te refieres, tía? — Preguntó Obito con duda.
— Pues a Kakashi. Tu padre está al lado tuyo y no lo saludas. —
Quien mostró cara de sorpresa esta vez fue Sakura. Sus manos comenzaron a sudar frío, sus ojos buscaron la mirada de Kakashi y este correspondió de inmediato.
Sakura estaba consciente de que Sakumo tenía un hijo, pero él nunca mencionaba su nombre, jamás decía algo referente a él, simplemente mencionaba lo orgulloso que se sentía de tenerlo.
— Él no es mi padre. — Contestó rápidamente sin ser descortés.
— De acuerdo, entiendo. No se preocupe. — Fugaku mantuvo la postura. Cuando colgó el teléfono y se lo entregó a este hombre, aprovechó de dar indicaciones.
— Hatake Sakumo, ¿se presentó algo urgente por lo que deban retirarse? — Cambió el tema la pelinegra.
— Pues verá. Mi prometida últimamente está muy cansada, y estoy seguro que es por alguna sorpresa, entonces...
Sakura arrugó el entrecejo, eso no fue lo que su madre le dijo.
Obito, Mikoto, Fugaku e incluso Kakashi se dieron cuenta de la extrañeza que tenía el rostro de la pelirrosa.
— Antes de que se vayan... — Fugaku se adelantó para tomar a su ''amigo'' con un abrazo fraternal. — ¿Tú conoces a esos hombres Ryo y Shin?
Anne palideció en cosa de segundos, y Sakumo negó, pero luego admitió conocerlos porque, hace tiempo les encargaba algunos trabajos.
— Quisiera contar una anécdota de esos dos. — Inquirió Fugaku.
— Me encantaría oírla, pero, mira a mi esposa, está cansada.
— Querida — Intervino Mikoto tomando la mano de Anne y sentándola en una de las mesas cercanas. — Es momento de brindar y luego podrás irte.
— De acuerdo — Respondió ella confiada.
Sakura, no entendía qué pasaba, pero aún así se sentó al otro lado de la mesa. Su cabeza era un mar de preguntas, de dudas. Sakumo, Sakumo sabía muchas cosas desde hace mucho tiempo. Ella era una simple marioneta viviente.
— Bueno. Recuerdo que, un día intentaron secuestrar a alguien, y bueno, ese secuestro vino con una persona extra. Obito — Llamó a su familiar. — ¿Recuerdas cómo se llamaba ese hombre... — Quiso, o mejor dicho, hacía cómo que si quisiera recordar. — El padre de tu amiga Rin. Bueno, bueno, el punto es que... tu amiga Rin, fue secuestrada por Ryo y Shin, hombres que trabajan para Sakumo. ¿Me equivoco?
Todos se quedaron en silencio.
Obito y Kakashi al principio quedaron en silencio.
— Pero ellos dejaron de trabajar para mí.
— ¿Sí?, ¿y por qué tendrían interés en secuestrar a la amiga de tu hijo y la de mi familiar? No entiendo...
— ¿Qué le hiciste a Rin? — Kakashi tomó a su padre por el cuello—, ¿qué demonios estás haciendo ahora?
Obito salió corriendo de ahí, a su lado iba Shisui el cual le daría las indicaciones de dónde se encontraría el resto. Otros hombres, aquellos que trabajaban para Fugaku, fueron a buscar otras pruebas.
— ¡¿Qué hiciste con Rin?! — Lo zamarreo con fuerza. — ¡¿Qué le hiciste?!
Sakumo no supo cómo contestar.
Anne, se puso de pie para intervenir.
— Suéltalo, ¡Suéltalo!
Sakura se tapó la cara. Ahora entendía porqué Sakumo estaba tan confiado en asistir. Cada vez lo odiaba más, y peor a su madre quien era testigo de todas esas atrocidades.
Ella, incapaz de callar y sin importar si la matarían o no, se levantó de la mesa y abofeteó a su madre con tal fuerza que la hizo caer al piso.
— Así que es eso... cada día me sorprendo más de ti, mamá... ¿qué hicieron con esa pobre chica?
— Sakura, sakura, nosotros no tenemos nada qué ver.
— ¡Deja de mentir!, ¡estoy harta, harta! —
Embravecida, Sakura se acercó hasta uno de los hombres de Fugaku el cual tenía un arma a la vista, ella sin pensarlo, tomó la pistola y la cargó. Nadie dijo nada, más todos fijaron la vista en esa fiera mujer que apareció.
El hombre peliplata orgulloso vio a la hija de Anne.
— Así cómo me obligaste a matar a tu sobrino, lo haré con ella. ¿Te sientes orgulloso? trágate tu maldito orgullo. —
Sakura, sin pensarlo ni por medio segundo, apuntó a su madre. Ella gritaba, protestaba, e incluso quiso echar a correr, pero, esta sin darle oportunidad de eso, le disparó en las piernas.
— Te quedas ahí. — Ordenó la pelirrosa.
Kakashi quedó perplejo al igual que Sasuke, este muchacho había estado observando a esa mujer.
— Sakura, te arrepentirás de todo esto — Dijo Sakumo. — ¿Qué pruebas tienes de todo esto?
Fugaku le metió la mano al bolsillo y le quitó el teléfono, de inmediato le puso la huella e hizo unas llamadas. Al otro lado del teléfono contestó la directora.
Al fondo se oía el llanto desesperado de Rin.
— ¿No tengo pruebas suficientes? Muchachos, ya saben qué hacer.
Las órdenes de ese hombre se respetaban. Sakumo se atrevió a hacerle daño a Rin. Tal vez la chica no era parte de su familia, pero, Obito la consideraba su amiga, su amor, él estaba completamente enamorado de Rin, y eso, tenía mucho valor pues, ningún amigo, amor o cualquier cosa que pasara a ser Uchiha, debía ser tocado.
Anne, miraba con verdadera tristeza los ojos de Sakura. Su hija se había convertido en un monstruo.
— Eres una bestia, ¡una bestia!, ¡soy tu madre! — Golpeó el piso con el puño para exigir respeto por parte de Sakura, pero la pelirrosa se dio la vuelta, no pudo mirarla.
— Señora Mikoto, perdóneme por esto... — Dejó el arma en la mesa.
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Primavera blanca
Fanfiction''Kakashi siempre consideró a su mascota el perro más audaz y habilidoso del mundo. Recordar cómo lo había encontrado, siempre removía su lado sensible. Un cachorro mojado por la lluvia, llorando, asustado y golpeado. Para Kakashi la situación no...