Envuelto en mi locura

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''Años anteriores era todo tan diferente a como lo es ahora...

Antes el sonido de la alarma era quien me despertaba cada mañana, acompañado de la mano de la enorme soledad que me dejó la partida de mi madre. Mi desayuno se trataba de mirar el mismo cuadro siempre, una enorme mesa con cubiertos solo para mí, con siete puestos en cada lado para llenar con gente la cual no estaba.

Ahora el sonido que me despierta es la voz dulce y delicada de esa pequeña llamada Sarada, también el ladrido de ese perro viejo que también me hizo compañía en un tiempo.

Puedo decir que esa pequeña se convirtió en mi energía, sobre todo porque Pakkun está a su lado y sé que han podido ser felices a pesar de todas las eventualidades tan trágicas.

Poco a poco me fui acostumbrando a la presencia de la pequeña, de Pakkun y también de Sakura...

Ella, cada vez que relata la historia de su pasado donde también salgo involucrado, mi pecho se aprieta porque quiero que me vea, porque necesito que sepa que a quién le tiene tanto que pedir perdón es la persona que ahora le está ayudando. Pero no puedo, no debo forzar su mente para que recuerde porque sería incluso peor.

Sarada se ha sentido afectada, hay veces que llega de la guardería con el corazón contento, corre desde ese bus y baja para recibir mi abrazo, pero se detiene cuando ve a su madre tan desorientada. Sakura tiene la mirada perdida sin ver, sus ojos de hermoso color brillan solo a la luz del día y se apagan cuando viene ese amargo recuerdo de su esposo.

Durante estos días me he cuestionado mi capacidad de no querer. Conversé con Rin un millar de veces, incluso con Obito. Las palabras de mi amigo son atrevidas, sin sentido, pero su ayuda es de todo corazón, diferente es de Rin que intenta aclarar mis dudas. A veces creo que sigue enamorada de mí, pero luego me doy cuenta que no, porque cuando ve llegar a Obito, sus ojos brillan, su mano se aferra fuerte a la de él.

Son miradas intensas que alguna vez tuve con Hanare, al menos por mi parte, porque ella jamás me vio así. Ahora recuerdo que fui un tonto. ¿Cómo hubiese sido la historia ahora?

Desde el día que Rin se fijó en mí y yo me hubiese fijado en ella, ¿estaría tan feliz como lo es con Obito ahora?

Me hace feliz verlos juntos, pero, ¿por qué cuando están así me siento celoso?

Tuve una duda: ¿estoy enamorado de Rin?

Fue justamente cuando vi sus ojos y ella me respondió que no, que no era eso. Entendí que yo también deseaba a alguien que me quisiera de manera sincera, pero tenía miedo.

La inseguridad invadió mi corazón, la decepción. Enterarme de una verdad tan tarde fue una cascada de hielo en mi cabeza.

Pero, a pesar de mis dudas, estoy en casa, cuidando de tres personas.

Rin y Obito me han dicho que busque a alguien para rehacer mi vida, pero, ¿quién?

Hace tan poco me enteré de tantas cosas que me es difícil decir: ''Estaré contigo toda la vida''

Tal vez deba darle la oportunidad a la maestra de Sarada, después de todo, me ha enviado mensajes, se preocupa por mí y en ocasiones insinúa cosas. ¿Será lo correcto pensar así? ¿y si solo lo hace de buena mujer que es y yo estoy confundiendo sus acciones?

Ah... qué complicado es el amor. ''

— ¿En qué piensa tanto, señor Sukea? — Sarada al ver el rostro perdido del mayor, dejó su juego de las tacitas de té y caminó hasta él para tomar sus manos. Ella se comportaba como toda una niña adulta.

Primavera blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora