Orión entró en estado de alerta al ver a más Gorgonas acercarse. Quimera y Escila le dijeron que se relajara y procedieron a explicarle que solo Medusa tenía visión paralizante. Dos de las Gorgonas tenían el mismo cabello, ojos, dientes, brazos, alas, cola y elemento que Medusa, pero la tercera apenas parecía Gorgona. Ni siquiera se podía estar completamente seguro de que fuera mujer. Tenía pelo de Serpientes, enormes cuernos de cabra y dos piernas humanas; gracias a ellas llegaba a los diez pies de alto. Su armadura era de cuero y sujetaba una lanza era de cristal rosa.
—Sé que dos de ustedes son Esteno y Euríale —les dijo Quimera—. Pero la otra...
—Soy Gorgon-Aix —dijo el ser de cuerpo y voz andrógino—. Nacido como Hijo de Tifón (según algunos mitos) y convertido en el Padre y Madre de las Gorgonas.
—Eso no me aclara mucho —admitió Orión—. Es más, solo me hace formularme muchísimas más preguntas.
—Sí, lo sé, es muy confuso —secundó Gorgon-Aix—. Primero fue un Monstruo masculino con cuernos de cabra, después femenino al ser considerado una versión Gorgona de Amaltea (una Ninfa que se transforma en Cabra) y al final terminé siendo una combinación de ambos mitos.
—Me recuerda a la historia de Hermafrodito y Salmacis —comentó Escila.
—Ahora que recuerdo, el género de la Quimera varía en los mitos —comentó el León—. Los próximos avatares femeninos de la Quimera tendrán una forma espiritual de su mismo sexo.
—Encárguense de las que tienen extremidades metálicas —le dijo Orión a sus compañeros—. Yo voy por el/la que tiene cuernos.
Sin prestar atención a las protestas de sus compañeros, Orión sonrió maliciosamente y se fue corriendo hacia Gorgon-Aix. Quimera y Escila no estaban para nada contentos con la idea de pelear contra seres que ponían mutilarlos con tan solo un manotazo cuando todavía estaban algo cansados por sus batallas anteriores. Incluso en su forma superior Quimera iba a tener uno que otro problema con las garras y lanzas de las Gorgonas.
Esta fue la batalla más fácil que Orión hubo tenido en su vida sin contar su primer encuentro con la Hidra-De-Lerna. Gracias a su lanza y orbes de vacío, el Cazador obligó a Gorgon-Aix a guardar su distancia la mayor parte del tiempo. Y si a eso se le sumaba la diferencia de tamaño, fuerza y nivel de técnica, la derrota del Padre y Madre de las Gorgonas era inevitable. Ni siquiera con envenenar la pierna del Gigante con sus Serpientes Gorgon-Aix tuvo una oportunidad significativa de salir vencedor/a.
Quimera y Escila pasaron a sus formas espirituales alternativas (el primero a la superior, la segunda a la inferior) para darles pelea a las escurridizas Mujeres-Serpiente. Las Gorgonas no solo eran buenas con las lanzas de elemento metal, también sabían moverse muy bien ya sea arrastrándose o volando. El León necesitaba un cuerpo más resistente, la Ninfa uno que abarcara menos terreno. Tras varios minutos de intensa e incesante lucha, Quimera logró aplastar a Esteno con sus patas y sin recibir más que una que otra herida medianamente profunda producto de las zarpas inorgánicas de la Gorgona. Escila aprovechó sus orbes azules, florete de cristal y sus piernas humanas para descuartizar a Euríale miembro por miembro cada que esquivaba una acometida. No le dio tiempo a la Gorgona de maniobrar o alejarse (ya sea reptando o volando).
—Sí que se demoraron —comentó Orión unos minutos más tarde.
—Pudiste habernos ayudado a terminar nuestras peleas más rápidamente, animal —le dijo Quimera.
—El chico/chica de los cuernos me envenenó, por lo que tuve que detenerme a descansar un poco después de neutralizar los efectos de su toxina —replicó Orión—. ¿Saben? A pesar de lo peligrosos que son, siento que no tengo que... tomármelos en serio o tenerlos en consideración. No sé por qué.
—Será la maldición de sus contrapartes mitológicas —consideró Escila—. Sin un trasfondo tan interesante como el de Medusa, están condenados a vivir a su sombra.
—Estos tres desgraciados no cuentan como transmutados, ¿verdad? —preguntó Quimera.
—No —respondió Escila—. Ningún mito indica que nacieron teniendo una forma inofensiva como la de Medusa que después fue alterada por los Dioses. Y los jefes de los pueblos ferusianos tampoco mencionaron a estos tres en las reuniones previas a esta batalla, así que podemos acabar con ellos.
Olvidaron al trío de espíritus al poco tiempo de haberlos rematado.
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Quimera: Segundo Libro de Las Guerras de Tabula
FantasyLuego de sufrir una humillante derrota cerca del final de un evento masivo, el avatar de la Quimera empieza de mala gana su primera misión como emisario de Axis. Junto a sus dos compañeros de equipo deberá recorrer la región de Ferus para reclutar a...