Hidro y Ponto cayeron ante Tifón y sus ídolos fueron despojados de sus cuerpos con un fuerte pisotón. Ofión envió a Tártaro, el Primordial del Abismo y Mundo Inferior, a luchar contra su <<hijo en espíritu>>. Su piel era tan oscura como la de Erebo y su lanza era de elemento tierra.
Los peregrinos permanecieron sentados por un buen rato sobre una de las ramas más bajas y resistentes de Cipariso. El Ciprés les ofreció algunas de sus nueces para que recuperaran energía con mayor rapidez, pero ellos rechazaron su ofrecimiento con algo de asco. Al principio se habían hecho la idea de que el Árbol no les había hablado con cuestionable intención y que fueron ellos los que le habían dado cierta connotación a sus palabras, después consideraron la idea de que el Ciprés de verdad estaba hablando en doble sentido solo para tomarles el pelo.
A lo lejos podían ver a Hécate luchando contra esbirros de Zeus y Tifón. Una de las trillizas usaba dagas de cristal negro, las otras dos tenían cuchillas normales de madera, cuero y metal. Lo que sorprendió a los tres emisarios fue ver a Cerbero y al Lobo-De-Egina proteger a la Titánide Triple. Ambos cánidos tenían los ojos brillando con una tonalidad fucsia.
—¿El Lobo-De-Egina no se había ido con Nahash, según lo que Cerbero le contó a Zeus? —preguntó Orión—. ¿Y por qué Cerbero nos traicionó?
—Los dos están siendo controlados por la magia de Hécate —afirmó Escila—. Está usando a soldados de sus dos facciones enemigas para que hagan su trabajo sucio y ahorrarle uno que otro riesgo <<innecesario>>.
—Ese tipo de hechizos por lo general son temporales —informó Quimera—. Si a Hécate no se le agota la energía vital de tanto abusar de esa habilidad mágica, entonces el control que tiene sobre ellos desparecerá cuando muera en su forma espiritual.
—Me encargo del Lobo Gigante —les dijo Orión a sus compañeros—. Gracias a mis armas, soy el que tiene una mayor chance de salir ileso de sus zarpazos pétreos.
>>Parece que esta vez voy a depender más de mi escudo que de mi lanza. Este tipo podría despedazarme con mayor facilidad que los Autómatas o Cyborgs de tamaño Promedio.
—Yo entretengo a Cerbero —le dijo Quimera a Escila—. Espero que en ese estado haya olvidado que tiene una forma superior, porque si se le ocurre usarla contra mí, me veré obligado a volver a invertir la poca energía que he recuperado en mi forma de Dragón.
—Intentaré acabar con las tres Hécates antes de que eso ocurra —le dijo Escila—. Usen sus armas de cristal para protegerse en caso de que las trillizas (potencialmente) teñidas les tiren un rayo mágico fucsia.
Bajaron de la rama de Cipariso y pasaron a sus formas espirituales. El León saltó sobre el Perro Tricéfalo, el Gigante resquebrajó un poco la cabeza del ágil Lobo con un roce de su lanza y la Halíade rodeó a la Titánide Triple con ayuda de sus tentáculos.
—Sé que estás controlando a los cánidos para que peleen por ti —le dijo Escila.
—No fue difícil —dijo Hécate relajadamente—, solo tuve que apuntarles con mis armas y lanzarles el hechizo cuando no me estaban mirando. Los dos estaban muy ocupados luchando con Lobos y Hombres-Perro como para prestarme atención.
>>No me costaría nada hechizarte a ti también y mandarte a atacar a tus amigos o al enorme Árbol que hay más adelante.
—Soy más rápida que tus hechizos. Te arrepentirás de rechazar las ofertas de Axis.
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Quimera: Segundo Libro de Las Guerras de Tabula
FantasyLuego de sufrir una humillante derrota cerca del final de un evento masivo, el avatar de la Quimera empieza de mala gana su primera misión como emisario de Axis. Junto a sus dos compañeros de equipo deberá recorrer la región de Ferus para reclutar a...