Dolor

322 33 159
                                    

Advertencia: Se va a manejar una situación delicada de manera un tanto explícita, solicito total respeto.
Gracias.



La historia de Eros

Hace veinte años que el mundo recibió a un dulce niño. Un ser humano que por naturaleza sería amoroso, cariñoso y muy sentimental; fue nombrado Eros. A su madre le encantaba el nombre desde que lo escuchó en algún programa de televisión, sin embargo, el castaño lo odia, no le gusta como suena.

Sus padres eran tan cuidadosos con él, al ser su primer hijo, hicieron lo posible por darle todo hasta donde sus posibilidades podían llegar. Cada cumpleaños, Ramiro, su papá, quien fue su héroe durante mucho tiempo, se dedicaba a organizarle fiestas enormes. Era su primogénito, por supuesto que todo el tiempo lo procuraba.

Tenía casi dos años cuando su hermana, Noelia, llegó al mundo. Al principio, como todo niño, fue receloso con ella, sin embargo, no pudo evitar sentir un inmenso cariño hacia la recién nacida; conforme fueron creciendo, se volvieron cómplices, incluso cuando su hermano, el que sería el más pequeño de los tres, nació, ambos se encargaron de darle mucho amor, de hacerle saber que, por muy humilde que fuera su familia, lo amaban.

Los padres de Eros no tenían preparación en nada, su madre a duras penas y había logrado terminar la preparatoria cuando se embarazó de él; de su padre no se diga, el pobre hombre iba de trabajo en trabajo, nunca se daba por vencido, su objetivo en mente era hacer feliz a su familia.

Un hombre como el padre de Eros sería difícil de odiar, no te imaginarías que fuera capaz de traicionar y hacer daño a su propia esposa e hijos. Entonces, ¿por qué Eros le tiene rencor a su padre?

Los gastos económicos eran muchos, sobre todo cuando se tienen que mantener a tres niños, su padre tuvo que buscar alternativas. En algunos de sus trabajos conoció a un señor mayor de edad. Eros no sabe bien la historia de lo que pasó ese día, sólo es sabedor de que aquel viejo le propuso ir a buscar trabajo como mesero o preparando bebidas en uno de esos lugares donde los jóvenes se iban a divertir hasta las tantas horas de la madrugada.

¿Y quién era el dueño de aquel lugar?

El señor Fernando Aguilar.

Para ese entonces, Eros vivía con demasiados deberes para su corta edad, ayudaba a sus padres económicamente; gracias a Pablo, su amigo de toda la vida a quien conoció fuera de su casa cuando al pobre chico lo persiguieron un montón de perros y el castaño lo libró de aquella situación; le ofreció un trabajo en la panadería de sus abuelos; la familia de Pablo se encontraba en una posición mucho más privilegiada, pero la manera en que trataba a Eros nunca lo hizo sentir inferior a él.

-¿Qué pasa? -preguntó la inocente voz de su hermana.

Sus padres hablaban en voz alta.

-Están peleando -susurró Emiliano, indiferente al asunto.

-¿Tú cómo sabes? Sólo tienes cinco años -refutó Noelia.

-No me molestes, a ti nadie te quiere -contestó el menor.

-A ti tampoco te quieren...

-Basta, cállense los dos -les reprendió Eros.

Los menores se hicieron caras odiosas antes de darse la espalda.

-¿Cómo vamos a dormir con tanto escándalo? -hizo un puchero Emiliano.

-Cómo si no hubieras podido hacerlo durante los últimos años -Noelia se tapó con las cobijas.

Tornado ©   [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora