Enfermería

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Narra Amaia

Desperté en la enfermería y todo a mi alrededor estaba oscuro lo último que recuerdo fue a Cedric tratando de evitar que caiga al suelo.

Más antes de eso solo se me viene a la mente Mattheo, en ese instante todo lo que había pasado en diez minutos volvió a reproducirse en mi mente "amor" esa palabra insignificante y a la vez tan encantadora de su parte rondaba por mi cabeza una y otra vez no podía ver más que su rostro plasmado en mi memoria.

Me trate de levantar pero un fuerte mareo me detuvo y me tiró contra la camilla nuevamente mire por todos lados hasta que vi a alguien durmiendo en una silla a mi lado, enfoque un poco más mis ojos y note que era Cedric.

Estaba profundamente dormido cuanto tiempo estaría aquí cuidándome me acomode un poco para poder verlo mejor pero la camilla hizo un ruido un poco fuerte y lo despertó.

Abrió sus ojos y lo primero que vio fue a mi despierta y una sonrisa de alivió se dibujo en su perfecto rostro—T/n que bien que despertaste, estaba muy preocupado por ti—confesó un poco serio.

—¿Por qué no comiste bien todos estos días eh?—me pregunto un poco enojado—estaba muy triste por lo que había pasado no sabía cómo reaccionar no sabía por qué habías reaccionado así y desde de lo que pasó estas semanas te tome cariño y pues de cierta manera me sentí mal por lo que había pasado—confesé aganchando mi cabeza hacia otro lado.

—Estuvo mal por mi parte actuar así pero te pido disculpas nuevamente y ya te dije lo que quiero y no quiero presionarte por nada del mundo, me entiendes eres una persona muy especial no dejes que alguien x te diga lo contrario— dijo acercándose a mi y acariciándome el cabello.

—¿Cómo te sientes ahora?—pregunto y moví mi cabeza de lado es señal de no—sigo un poco débil por lo que pasó y pues me siento cansada ¿Qué hora es?—le pregunté y el elevó sus hombros—no lo se muy tarde yo creo—dijo en tono juguetón—¿te iras a tu dormitorio?—le pregunté suavemente.

—No, me quedare a cuidarte por su puesto si tú quieres—respondió un poco tímido—claro que quisiera que te quedes, pero no creo que esa silla sea muy cómoda, ven échate aquí conmigo e intentemos descansar— dije recorriéndome un poco y dando pequeños golpecitos sobre el colchón de la camilla.

—¿Estas segura?—pregunto—yo podría dormir en esta silla no te preocupes—dijo y lo interrumpí— de ninguna manera te lastimarla el cuello o la espalda y no queremos que el capitán de quidditch salga lastimado ¿Cierto?—le dije en un tono un poco juguetón.

El se paró de la silla se estiró un poco y subió a la cama conmigo se acomodó el primero de forma que entráramos bien ya que el era muy alto yo me le acerque un poco me apoye en la almohada y puse mi mano en su torso y el empezó a acariciar mi cabello.

Sentí una oleada contra mi nariz de su exquisito aroma olía a miel y canela respire profundo dejando que mis pulmones se llenarán de su aroma.

A los pocos minutos caímos ambos en un suelo profundo.

Por alguna razón aparecí en el jardín trasero de mi casa pero todo estaba marchito y hecho pedazos unos pasos delante mío estaba un joven vestido de traje, era alto y fornido pero delante suyo estaba una chicas delgada era lo único que la podía ver.

De repente el joven se dio la vuelta y vi que era Mattheo, el momento en que lo vi sentí que mi respiración se hacía más pesada sentía las lágrimas picando en la comisura de mi ojo.

Lo que dijo fue—Amaia lo lamento pero no debí dejar que lo de nosotros se alargará pero ya no te quiero, fuiste un error y nada más ya tengo a alguien más— termino de decir la oración de dio la vuelta y sentí como mis lágrimas caían desconsoladamente por mis mejillas mientras Mattheo le daba besos en el cuello a la chica delante de él.

Me desperté sudando y comencé a llorar sentía que me faltaba el aire, Cedric se despertó sin entender nada de lo que estaba pasando y solo me abrazó con la esperanza de que me pudiera tranquilizar.

—Tranquila solo fue un mal suelo Amaia—ven—me volvió a abrazar—intenta dormir si todavía es temprano—dijo y me abrazó mientras estábamos echados.

Me afectó demasiado volver a ver a Mattheo el me había marcado de tal manera que cuando me alejo de el mi mundo perdió el rumbo.

Hasta este año que encontré a Cedric el me da tanta paz y tranquilidad, me siento protegida con el es como si fuera una cuerda que nos envuelve a los dos y el era mi escudo contra todo el mal.

O al menos yo sentía eso cuando estaba con el, puede que el también sienta lo mismo pero no lo sabría si no le preguntaba, levanté mi vista para verificar si todavía estaba despierto pero no ya se había vuelto a dormir.

Era tan satisfactorio verlo dormir si respiración lenta y relajada era lo mejor por todo el silencio que nos envolvía escuche el latir de su corazón fue algo tan mágico, me quedé contemplando como dormía por un largo rato hasta que pude volver a conciliar el sueño nuevamente.

Dormí bastante bien las próximas horas sin ningún sueño en el que aparezca Mattheo y fue un enorme alivió para mí.

Sentía ya un poco de bullicio temprano pero no quería abrir los ojos y me volví a dormir, hasta que sentí una mano acariciándome el cabello no fui capaz de abrir los ojos pero sentía su delicioso aroma contra mi, me dio un tierno beso en la frente.

—Buenos días dormilona es hora de levantarse—dijo juguetonamente y recién pude abrir los ojos y lo primero que vi fue esos hermosos ojos color avellana mirando directamente a los míos.

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