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Flamenco

Narra Amaia.

Después de que Draco y "Mattheo" se fueran, es extraño estar acá, básicamente sola, ya que no puedo acercarme a "Tom" porque seria extraño que entablamos una conversación, la mente de Mattheo pero el cuerpo de Tom, más extraño no podía ser.

Mi mañana se pasa rápido, cómo quisiera estar en estos momentos en el tren de ida a Hogwarts, pero me tengo que quedar acá, para no levantar sospechas del plan que tenemos, lo único que pido es que no quisiera salir de la mansión Malfoy.

Contando que Patrik es un mortifago, no quisiera ir con al a ninguna "misión" por así decirlo, ya que puede tomarme a traición y matarme mientras menos lo prevea.

Por otro lado está Cedric, con el tenemos que hablar más después de todo lo que paso en el castillo, tal vez y nos volvemos mejores amigos, aunque Mattheo no lo permitiría, pero no estoy en posición de que me digan que hacer, no ahora, no con todo lo que se avecina.

Pasear por jardines de la mansión me tranquiliza, aún que todo sea frío y nublado, me da un cierto aire de paz, lo que necesito ahora, estando básicamente sola, acá, con mis papás, con los mortífagos, y con Voldemort rondando en todo momento es incómodo.

Saber que se puede meter en mis pensamientos en todo momento me tiene paranoica, ya Draco me enseñó a prevenir que pase eso, pero en cualquier descuido, estaré con un brillo verde quitándome la vida en menos de dos segundos.

Los pasos de alguien que está caminando hacia mi sé intensifican cada vez más, pero no quiero ni darme la vuelta a ver quién es, tantas posibilidades y poca valentía de mi parte.

—Amaia, así que, acá estas—me habla, y es Cedric, su voz me devuelve el alma, y recién soy capaz de girar sobre mi propio eje, y un pensamiento fugaz pasa por mi mente, ¿En verdad será Cedric?, Con todos los mortifagos rondando en la mansión cualquiera puede tener posición multijugos.

Termina de acercarse a mi y lo miro con recelo, ya que no podría saber si es el o no en realidad, —No te preocupes, te puedo asegurar que soy yo, si se que estás recelosa por quedarte sola en un lugar lleno de mortifagos rondando veinticuatro siete—dice como si leyera mis pensamientos, y eso es lo que más miedo da, ya que al ser mortifago sabe cualquier tipo de hechizos, incluyendo la legermancia.

—Nuestra charla en los pasillos, cuando me confesaste que los "moretones" te los hizo Mattheo—dice haciendo comillas al darse cuenta que seguía sin confiar en el, ahora estoy un poco más tranquila al saber que si puede ser el.

—Bueno señor Hufflepuff, ¿Que hace rondándome tan temprano?—le pregunto para alivianar el ambiente un poco.

—Aburrimiento, además que estar solo acá no es muy lindo que digamos—responde bajando la mirada.

—Bueno, supongo que ahora, hay más posibilidad que estemos un poco juntos y no se, tal vez distraernos haciendo cualquier tontera—le digo dando un paso a su lado para empezar a caminar.

—Un tanto peligro que estemos juntos, pero ya que más da ¿No?—dice sonriendo levemente.

—Tienes razón, a estas alturas, ya no interesa nada, al menos cuando ambos ya tenemos está cosa grabada—le digo alzando mi brazo izquierdo y descubriendo la marca tenebrosa.

—Es linda—dice y no me creo lo que acabo de oír, lo miro con una cara de tener un signo de interrogación grabada en el rostro.