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Lealtad

Narra Draco.

Noche anterior.

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Estaba recostado en la cama de mi habitación pensando en todas las posibilidades que tenemos de perder, todo momento se me pasa por la cabeza las miles de maneras en que todo esto puede salir mal.

Y en caso de que pase eso perdería a Amaia o en todo caso yo no podría volver a ver a mi madre, las demás personas no me interesan en lo más mínimo, solo ellas demostraron que me quieren de verdad, no son como todos los hipócritas que me rodean queriendo ser mis amigos solo por qué tengo el apellido Malfoy y tengo dinero.

Siento tantas ganas de matar a todos los hipócritas que me rodean, pero no puedo hacerlo tendría que deshacerme de medio Slytherin y no me conviene.

Descarto la idea me levanto de la cama, me visto y salgo de mi habitación con rumbo al cuarto de Amaia, llegó a la puerta y a pocos pasos me detengo a meditar si quizá ya de quedó dormida, talvez si pero no pierdo nada intentando.

Tocó la puerta y no hay ninguna respuesta, insisto una vez más hasta que escucho su voz-Un momento-dijo ella al parecer no estaba durmiendo, espero un poco más hasta que me abre la puerta.

-¿Porque tardaste tanto en abrir?-le pregunté y dudó un momento a la hora de responder–Lo siento ya estaba durmiendo y no quería levantarme–dijo después de un rato, error mío la desperté–Lo siento si hubiera sabido que estabas durmiendo no habría venido–dije acercándome a ella.

No te preocupes no pasa nada, solo que fue un día agotador y si este fue así no quiero imaginarme cómo serán estas semanas aquí–dijo frotándose sus ojos–Pero que pasó tu porque sigues despierto–me dijo con curiosidad y yo agache la cabeza.

—No podía dormir, no creo que logré conciliar sueño con todo lo que está pasando te unirás a los mortifagos, trataras de llevar a cabo el plan que tienes y tengo el miedo que algo salga mal y te pierda–dije acercándome para abrazarla.

—No tienes porqué tener miedo, todo saldrá bien y podremos vivir sin ningún temor después–me dijo abrazándome más fuerte–eso espero las únicas personas importantes para mí son mi madre y tu, no podría soportar perder a alguna de las dos–dije sollozando en su hombro.

No soy de demostrar mis sentimientos pero me aterra la idea de quedarme sin las dos mujeres a las que he querido más que a nada en el mundo–Tranquilo si, ven descansemos y mañana vemos como se pintan, es cuestión de confianza Draco, te prometo que todo saldrá bien de una u otra forma–dijo ella levamdone a la cama.

Ambos nos soltamos del abrazo para poder entrar en la cama, ella me espero a que me quitara la americana, me metí a la cama y ella me siguió, la abraze y así nos dormimos.

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Me desperté un poco exaltado, Amaia no estaba en la cama conmigo, apareció en el umbral de la puerta del baño al parecer recién se habia bañado–Bueno días dormilon–dijo ella con una sonrisa radiante–buenos días–le respondi frotándome los ojos y levantandome de la cama.

—¿Que tal dormiste?–le pregunté mientras entraba en el baño–muy bien apesar de que me desperté con un color sofocante a lado mio–dijo con una sonrisa juguetona–lo siento–dije–no te preocupes cariño–contesto acercándose a mi y dándome un leve beso en la boca.

Era momento de avisarle lo que tenía planeado hacer hoy después de que ella hablé con el señor oscuro, tenía que decírselo el día de la fiesta pero no lo hice, ahora tengo la oportunidad ya que están mis padres y los de ella y así puedo recibir el permiso de ambos.