Promesa

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—Entonces ¿Por eso me sacaron de la mansión no querían que este cerca de ellos porque me protegían al igual que tú?—Le pregunté soltandome de sus brazos.

—Así es yo todavía estoy en contacto con ellos pero no saben que estoy aquí contigo mi padre de priva de decirles varias cosas—dijo apagando su porro y lanzándolo lejos.

—Necesito que me respondas algo y quiero que seas muy sincero ¿Puedes?—mi miró por unos segundos dudando pero luego asintio—esta bien ¿Que quieres saber?—preguntó pasándose una mano por su cabello.

—No estás inventando todo lo que me acabas de decir solo para acercarte a mi ¿Enserio todavía me amas?—termine la pregunta y hubo un silencio incómodo-No, Amaia, no estoy inventando absolutamente nada y si todavía te amo pero tienes que estar lejos de mi—dijo agachando su cabeza al suelo.

—Dime cómo quieres que esté lejos de ti cómo quieres que me aleje si se que todavía me amas y que todo lo hiciste para protegerme no rompiste del todo la promesa que me hiciste después de todo—dije evitando que se vuelva a formar el nudo en mi garganta.

—No la rompi del todo pero aún así quiero estar lo más lejos posible para que estés bien además creo que estás con Malfoy o me equivoco—dijo levantando una ceja—no sé si estamos estamos el no me lo pidió oficialmente se podría decir.

—Idiota—dijo con una expresión de enojo—en parte si un tanto idiota—dije tratando de sonreír un poco—por que ¿Que pasó? ¿Que hizo?—pregunto un poco enojado sentándose en el piso

—A estado tratando de controlar quién puede ser o no ser mi amigo últimamente está muy extraño conmigo—dije sentándome cerca de el—bueno pues trata de controlarte como si eso se pudiera-dijo riéndose levemente.

—Una vez lo intentaste y saliste perdiendo—dije sonriendo por el recuerdo—tienes razón nadie puede controlarte siempre haces lo que quieres eso fue lo que me atrajo hacia ti en primer lugar-dijo haciendo que su humor y el mío decaigan.

—Me puedes prometer dos cosa Mattheo por favor—dije un poco triste—lo que tú quieras—dijo mirándome alzando una ceja—Me prometes que dejaras de fumar y que por lo menos seremos amigos—le dije sintiendo que nuevamente se formaba un nudo en el medio de mi garganta.

La primera no puede que lo cumpla pero con la segunda te lo prometo para ser verdad extrañaba estar cerca de ti escuchar tu risa ver cómo pones los ojos en blanco desafiandome aún sabiendo que eso no me gusta para nada pero te prometo que seremos amigos y estaré más tiempo contigo-me dijo mirándome fijamente.

—Bueno con la primera promesa no la cumplirás del todo y como dicen por ahí si no puedes con ellos únete tienes otro porro—le dije y al instante frunció el ceño moviendo su cabeza en negación.

—No, no te dejare no quiero que estés en esto conmigo te lo prohibido Amaia—dijo enojado—bueno entonces si no quieres que lo haga al igual que tú lo tendrás que dejar—le dije rodando los ojos con una sonrisa malvada.

—Esta bien lo haré pero prometeme que tú no estarás cerca de esto—dijo sacando un porro del bolsillo de sus pantalones de tela—no te prometo mucho y no seas aguafiestas prendelo por una vez quiero saber qué se siente—le dije rodando mis ojos nuevamente sabiendo el efecto que tienen en el.

Lo dudó por unos momentos pero lo prendió y aspiró por unos momentos me pasó el porro y expulsó el humo e hice exactamente lo mismo después de un rato empeze a sentirme relajada.

Mattheo y yo estábamos en silencio pasándonos el porro entonces solo me quedé dormida.

Narra Mattheo

Estaba con Amaia en la torre de astronomía y le confesé todo lo que pasó ya que estaba bajo el efecto de el porro, me hizo prometer que lo dejara y que empiece a estar más cerca de ella ambos extrañabamos estar juntos.

Solo nos relajamos fumando un poco hasta que note que ella se hacía quedado dormida junto a mi me pare cuidadosamente sin hacerla despertar cargandola en mis brazos para llevarla a su dormitorio.

Después de tanto tiempo tuve una conversación un poco normal con ella la extrañaba mucho es y siempre sera una debilidad que no puedo permitirme pero se me hace inevitable.

Es tan hermosa hasta cuándo está durmiendo, Entramos en la sala común y por suerte no había nadie subí hasta su habitación la acosté y la tape, me quedé un buen rato sentado al borde del colchón admirando su belleza.

Es tan reconfortante estar cerca de ella poder sentir su aroma su respiración poder eschucar su voz su risa la forma en la que me hace renegar poniendo sus ojos en blanco.

Definitivamente nadie se puede comparar con ella pero de una u otra manera tengo que estar distanciado de ella y eso es lo que más me duele por qué trato de protegerla aún sabiendo que mis esfuerzos son banos.

Al día siguientees

Narra Amaia

Me desperté en mi cuarto con Mattheo a mi lado estaba tapada pero el no, estábamos frente a frente no recuerdo la última vez que estuvimos haci podía ver sus perfectas facciones frente a las mías sus labios rosados sus ojeras prominentes por las veces que se desveló.

Podía ver la cicatriz que tenía alrededor de su ojo sentí la tentasion de tocarlo y haci lo hice tenía la respiración un poco entrecortada, sentí una descarga eléctrica en el momento en el que mi mano tocó la sube piel de su mejilla.

Por el movimiento un poco brusco que hice el se despertó—Buenos días—le dije con una sonrisa enorme igual a la de el—Al parecer me dormí en tu cuarto—dijo un poco avergonzado algo raro en el.

—Yo no me di cuenta cuando me dormí—dije tapandome los ojos con mi mano—¿Quieres bajar a desayunar?—pregunto—No tengo mucho apetito pero si quieres baja tu—le dije sentándome en la cama mirándolo.

—Yo tampoco tengo hambre—dijo con una sonrisa maliciosa—Entonces ¿Que quieres hacer?—le pregunto—Tu deberías bañarte—dijo levantando una ceja—por el humo del porro está impregnado en tu ropa—dijo aclarando.

Entonces supongo que nos vemos después—dije bajando de la cama—Si tu quieres me quedo aqui—dijo—Esta bien te veo en un rato—le dije entrando en el baño.

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