A prueba [CHAELISA]

Capítulo 12

POV ROSÉ

Cada piso que subía el elevador parecían que eran kilómetros en mi mente, kilómetros en mis recuerdos. Tenía a Jisoo sujetándola del brazo... casi podía sentir las miles de palabras que seguramente quería decirme en este momento y sin embargo no lo hacía.

Ahora sentía perdido el sentido de mi vida.

Luchaba contra las ganas de caer de rodillas llorando. Ahora lo sabía... Ni Lisa ni Jennie habían puesto un pie en este hotel desde aquel día. Ellas simplemente salieron por la mañana igual que muchas personas y no regresaron.

Sonó el timbre que que indicaba que estábamos en el quinto piso y las puertas se abrieron. Recorrimos un largo pasillo buscando la habitación.

396... 398... 400... 402...

—Esta es, Chae...

—Lo sé.—Dije sacando un gran suspiro desde el centro de mi pecho. Miré la tarjeta que me había dado el recepcionista, la mano me temblaba como nunca antes. Traté de pasarla por el lector de la puerta pero me fue imposible.

De la nada empezaron a correr las lágrimas de manera desconsolada por mi rostro. Mi mente sabía que al entrar a esa habitación estaría vacía. Parte de mí tenía fe y aún rezaba que al entrar la encontraría durmiendo, leyendo un libro o tal vez viendo la televisión. Jisoo tomó mi mano e hizo que la mirase.

—Juntas... ¿Está bien? Ha sido así durante 5 años y así será ahora. —Lo único que pude hacer fue asentir con la cabeza. Entonces la luz roja cambió a verde y se escuchó el seguro desbloquearse.

Tomé una bocanada de aire y abrí la manija.

Apenas di tres pasos y percibí un aroma familiar, aquel que antes me robaba el aliento significando que estaba cerca, ahora me robaba el aliento ya que sabía que su aroma era solamente un recuerdo. Jisoo cerró la puerta y volvió a tomar mi mano. El silencio que había en la habitación era aterrador.

—¿Lisa? —Llamé casi como un susurro. —¿Jennie? —Pude haber llamado más veces pero con una sola pude comprender que nadie me respondería. —No hay nadie. —Dije mientras apretaba la mano de Jisoo, intentando guardar mi desesperación.

—Iré a revisar el baño, Chae... —Entonces Jisoo me soltó y se dirigió al baño.

Me quedé inmóvil unos segundos, pero sabía que tarde o temprano tendría que afrontar todo esto y la verdad, entre más pronto sería mejor. Tomé valor y caminé hacia las camas de la habitación.

No tenía porqué sorprenderme, pero supongo que nadie está preparado para esto. Por más que quieras mentalizarte para cuando ocurra, jamás podrás.

Encontré la maleta de Lisa y la de Jennie en una esquina cerca de la ventana. Ropa por toda la habitación, las camas deshechas, el perfume y el cepillo de Lisa sobre el tocador. Comencé a tomar algunas cosas que encontraba por el piso, unos jeans, un saco, un par de blusas que reconocí, cuando de pronto encontré una mascada de color rojo a un lado de la cama, sin dudas la reconocí de inmediato, de hecho... era mía o alguna vez lo fue.

(Pasado)

POV LISA

—No tienes idea de como voy a extrañarte, mi amor.

—Tranquila ¿Vale? Sólo me iré una semana, no será mucho y después de eso tendremos el verano para nosotras. —Y sonrió, era un gesto simple pero en ella era perfecto. Todo en ella era adorable, sus facciones, su cuerpo, su sonrisa, la manera en la que arrugaba su nariz, los pucheros que hace... La había estudiado de pies a cabeza tantas veces desde hace tiempo y aún no encontraba alguna imperfección.

—Lo sé, lo sé... pero es que ya sabes... apenas comenzábamos a divertirnos.—Le guiñé el ojo. —Amo estar contigo y ahora te irás tan lejos por una semana... ah, en fin. Tendré que buscar algo que hacer.

—Vamos Lili, Australia no está taaaaaan lejos. Hablaremos por mensajes todas noches. ¿Te parece? —Rodó mi cuello con sus brazos y rozó sus labios con los míos simplemente en un juego de tentación. Sabía perfectamente que me enloquecía, mis manos ya estaban alrededor de su cintura.

—Eso es jugar sucio, Rosie... —Susurré en sus labios.

—No, no lo es. ¡Esto sí!

Y de la nada, Rosé me tiró sobre la cama, con su cuerpo sobre el mío sin despegar nuestros labios. Era inevitable, la temperatura había subido desde el momento en que llegué a su casa y subí a su habitación para ayudarla con su maleta. Sus manos vagaban por mi abdomen y mis caderas. Un simple beso, una caricia, el roce de su piel con la mía, sólo eso bastaba para hacerme delirar. Esta mujer me tenia a sus pies, desde el primer momento en que nos vimos. El beso se fue haciendo más lento, más suave y tierno. Tenía la mitad de mi cuerpo sobre el de Rosé, nuestras piernas enredadas, sus manos en mi cabello y las mías en su cadera.

—¡LISA! ¡ROSEANNE! La cena está lista.

—¡Vamos mamá! —Gritó Rosé apartándose unos centímetros de mis labios y de inmediato regresando a lo que hacía. Después de eso me fui directo a su cuello.

—¿No deberías decirle a tu mamá que ya estás cenando? —Dije susurrándole en su oído.

—Lisa, compórtate

—Compórtate... compórtate... lo dice la chica que tiene 35 minutos con su cuerpo pegado al mío sobre su cama. Eres un excelente ejemplo, Park.

—Tu boca es un poco mejor besándome que hablando ¿Sabes?

—Creo que deberíamos bajar ya.

—Creo que tienes razón pero la verdad no quiero.

—Ni yo... pero tus papás y tu hermana nos están esperando para cenar y si no bajamos pronto, ellos subirán por nosotras... puede que nos encuentren en una situación incómoda. —Dejé un beso en su cuello. — Y tendré que verme en la necesidad de informarles que tú me provocaste. —Ella soltó una carcajada.

—¿Provocarte yo, Manoban?

—Por supuesto, ahora mueve ese trasero fuera de la cama y vayamos a cenar.

—¡Agh! Está bien. —Dejé un último beso en sus labios y me levanté, ella estaba por abrir la puerta cuando...

—Pero en serio, te extrañaré demasiado... ¿Qué voy hacer sin tus besos, sin tus caricias, sin tus pucheros?

—Hmmm —Abrió su armario y sacó una larga pero linda mascada roja, la puso alrededor de mi cuello y me jaló hacia ella. —Quédatela... y así estaré contigo, aún cuando haya kilómetros ente nosotras, estaré contigo.