Capítulo 30

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POV JISOO

Hay algunos momentos en la vida que tienes el poder de apartar tu atención de la realidad que te rodea. Hacen todo lo que quieres y deseas que giren en torno a ellos. El mundo podría estar en cuenta regresiva y tú sólo seguirías pensando en eso. Ojalá todos fueran buenos... pero en la vida nada es fácil ni perfecto. Incluso hay momentos que pueden ser los peores de tu vida. Terminar desempleado, una gran pelea con alguien que ames... el accidente de tu hijo...

—JISOO... ¡¡JISOO!! —Escuché la voz de Rosé llamándome. Corrió como nunca antes y me abrazó. —Jisoo, dios... Lo siento tanto. Vine en cuanto me llamaste ¿Cómo está? ¿Qué pasó con Nick?

—Yo... yo estaba...

—¡JISOO! —Esta vez era Nam, que parecía que había corrido mil calles para llegar.

—Jisoo amor, lo siento. El auto no arrancó, tuve que correr hasta aquí. ¿Qué pasa? ¿Cómo está Nick? ¿Dónde está mi hijo? ¡Dime!

—Nam, cálmate, por favor. —Rosé interrumpió. Nam estaba como loco y tenía derecho después de una llamada en donde no se le explicó nada. Yo estaba atónita, con el alma al borde de un precipicio. ¿Por qué no me di cuenta? ¿En qué momento lo dejé hacer eso?

—Nam.. amor, yo... esta mañana tus trabajadores trajeron las nuevas ventanas para el departamento. Las dejé justo a un lado de las escaleras, pretendiendo que no estorbaría a nadie hasta que tú llegaras y pudieras subirlas. Mas tarde... Nick... él se había quedado dormido en el sofá o eso creí. Bajé a buscar una carpeta que había dejado en el auto, no se veía como si fuera a despertar pronto. Así que salí, sin miedo a nada. No aparecía la estúpida carpeta y... después de un rato. —Mi voz comenzaba a cortarse a medida que recordaba. —Yo... levanté la mirada buscándolo hasta que lo vi en las escaleras, no sé como llegó ahí... y... antes de que pudiera hacer algo... él... él cayó. Cayó y rodó por las escaleras, hasta que impactó en una de las ventanas. Corrí, te juro que corrí pero no alcancé a evitarlo. Su... su brazo... su pequeño brazo. Estaba cubierto de sangre, no dejaba de sangrar y él no dejaba de llorar. Lo siento... lo siento tanto.

Nam me abrazó con fuerza y Rosé se unió al abrazo. Los tres lloramos como si no hubiese mañana. Los doctores nos informaron que la cortada y los golpes que sufrió podrían ser graves. Él era tan pequeño. Tendría que ser examinado. Si algo le ocurría a mi pequeño jamás me lo perdonaría.

—Disculpe... ¿Kim Jisoo?

—¡Soy yo! —Al fin, un médico que nos traería noticias de mi hijo.

—Tengo noticias. El pequeño Nicholas está en observación, logramos detener la hemorragia a causa del corte en su brazo, me temo que él es muy pequeño y perdió demasiada sangre. Necesitamos un donador. ¿Usted es su madre?

—Sí, lo es y yo soy su padre. —Nam interrumpió mi charla con aquel doctor. —¿Qué necesitamos hacer?

—Primero necesito que vengan conmigo para hacerse la prueba de compatibilidad. De ahí veremos quién de ustedes resulta el mejor donador para su hijo.

—Iremos de inmediato. ¡Vamos! —Contesté. —Rosie... si quieres volver con Halsey, no habrá ningún problema.

—¿Estás loca? Claro que no volveré. Es mi amado sobrino y tú mi mejor amiga. Me quedaré. ¡Anda, hazte la prueba! —La abracé y salí caminando tras el doctor.

Llegué hasta una pequeña habitación donde nos extrajeron sangre a mí y a Nam y a mí. Ambas placas fueron introducidas a una máquina.

—Esto puede tardar hasta unos 15 minutos. Deberían esperar afuera e ir a la cafetería por un café o algo de comer. —Nos dijo una de las enfermeras.

A prueba [CHAELISA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora