Capítulo 45

2.4K 275 40
                                    

POV LISA

Subimos al avión, Jisoo se fue a lado con un asiento vacío y nosotras dos justo del lado contrario. Después de aquella situación, el buen humor se había esfumado. Había que ser idiota para no darse cuenta que ese abrazo y la sonrisa que me dio cuando le dije que me casaría eran de lo más falso que pudiera existir, además las extrañas palabras de Jisoo.

Sólo me confirmaron que en definitiva algo estaba pasando y nadie tenía la amabilidad de decirme. Había algo enorme y brillante en su mirar, que yo era incapaz de descifrar y estaba volviéndome loca poco a poco sin saberlo. Tenía que quitarle ese libro y tenía que hacerlo ahora ¡Pero siempre lo lleva con ella! Y de perderlo de vista, era obvia la respuesta.

Cuando nos sentamos, no me digirió la palabra, sólo tenía alguna que otra conversación con Jisoo. No pasó mucho tiempo cuando dieron el anuncio de que despegaríamos. Apagamos nuestros teléfonos y abrochamos los cinturones, sentí como el avión se encendió. Técnicamente era la primera vez que viajaba en uno y estaba bastante emocionada, aunque tomó más velocidad haciendo que mi cuerpo se pegara al asiento. Me asusté un poco y por inercia tomé la mano de Roseanne y cerré los ojos. Un par de segundos después, abrí los ojos y vi que ella miraba nuestras manos. Tal vez le molestó, así que la solté.

—¡Wow!—Dije para romper el hielo, porque esto era lo más incómodo del mundo. —Nunca había estado en uno. Es... rápido jajaja. ¿Ustedes... no se ponen nerviosas? Cuando viajan.

—Te acostumbras. —Respondió a secas. —¿Me disculpas? Debo ir al baño. —Se desbrochó el cinturón y se fue. Necesitaba saber que le pasaba pero no tenía idea de que decirle. Yo no soy ninguna bruja y si no lo hablábamos, jamás lo resolveríamos ¿Qué habré hecho mal?

POV ROSÉ

Este día había comenzado tan bien y lleno de emociones pero terminó siendo una mierda.

¿Cómo era posible que se casara con él? ¿De verdad esto le afectó hasta los sentidos? ¿En serio no siente lo mismo cuando está conmigo? Mi corazón se estaba quebrando en cientos de pedazos.

Cuando el avión despegó , ella tomó mi mano y en vez de sentir mariposas, lo único que sentía eran agujas, las cuales me recordaban que no podía volver a sentir lo mismo cuando la tocara, cuando la tuviera en frente de mí. Necesitaba salir de aquí ahora. El avión se niveló, salí corriendo hasta el baño y terminé llorando, era un llanto de pura desilusión. Estaba más que deshecha, no podía mirarla sin echarme a llorar y querer lanzarme sobre ella , decirle todo, absolutamente todo... sólo que no podía hacerlo y menos ahora.

No sé cuanto tiempo se quedaría en Chicago, pero necesitaba idear algo... algo con significado para decirle o ayudarle a recordar. Entonces, le dejaría el libro y lo demás... quedaría en sus manos y yo, por más que quisiera, no podría obligarla a nada.

Estuve dentro del baño por casi una hora, cuando por fin me dispuse a regresar. Mientras caminaba por el pasillo, me dediqué a inventar alguna excusa de lo más creíble para decir. Para mi suerte, Jisoo y Lisa estaban en un sueño profundo, así que no tuve mucho problema. Me senté e hice lo mismo que ellas.

Aún tenía la imagen de ese anillo en mi mente, y lo único que lograba era que me hiciera recordar al mío, que estaba en casa. Si le dijera y le mostrara el que ella misma me dio años atrás ¿Cambiaría algo? Finalmente el cansancio me venció y terminé cerrando mis ojos.

Escuché una voz que me erizaba la piel al decir mi nombre y desperté.

—Roseanne... Roseanne... Rose...

—¿Qué pasa?

—Llegamos. Abrí los ojos y me topé con los que podían alegrarme o echarme a perder el día con tanta facilidad que me asustaba.

—Bien... vamos.

—¿Pasa algo? —¡TODO! Pensaba...

—No, nada. Vamos.

—¿Dónde estuviste?

—Fui al baño y de regreso... me quedé platicando con una azafata. No me tarde demasiado, pero cuando regresé estabas dormida.

—Oh... bueno.

Despertamos a Jisoo no de la manera más educada que puede existir y salimos a buscar nuestro equipaje y un taxi. A penas estuvimos dentro, le envié un mensaje a mi madre para que fuera a mi casa y se llevara todas las fotografías de Lisa y mías. No pasaron ni dos minutos cuando respondió que lo haría.

La noche estaba cayendo, el taxi nos llevó hasta el departamento de Jisoo. Sacamos todas las cosas del taxi y entramos. Como era tarde, pedimos una pizza y nos sentamos a comer.

—¿Estás nerviosa, Lisa?

—Como nunca antes.

—Descuida... se pondrá peor.

—Jisoo...

—Es la verdad.

—Déjala... ya me acostumbre.

—¡Ya era hora! —Todas reímos.

—¿Cuándo podré verlos? Ya saben... —Preguntó Lisa.

—Tu familia tiene la costumbre de reunirse los miércoles por la noche, ojalá eso no haya cambiado.

—¿El miércoles? ¿¡Tan pronto!?

—Tú querías verlos cuanto antes ¿No, Lisa?

—Sí, pero... supongo que nunca dejaré de estar nerviosa.

—Mientras más pronto mejor. —Dije tomando otro pedazo de pizza. —No sabemos cuanto tiempo te quedes.

—En eso tienes razón. Se está haciendo tarde...y... ¿Dónde dormiré? —No mentiré, mi mente se puso a imaginar con esa frase y Jisoo sólo rio.

—Es claro que aquí no. Irás a casa de Roseanne. —Sentí como sus ojos se clavaron en mí, mientras que yo sólo pretendía estar concentrada comiendo.

—Bueno... supongo que deberíamos irnos ¿no?

—Claro que sí, sólo termino con esto y pediremos un taxi.

Seguimos hablando otros 30 minutos, hasta que llegó el taxi por nosotras y partimos rumbo a casa. No tenía idea de como sería esto, si sería increíble o terrible volver a tenerla en casa. Tampoco le dirigí la palabra todo el camino. Sólo podía orar porque mi madre no haya olvidado absolutamente ninguna fotografía.

En menos de 10 minutos, estábamos caminando hacia la puerta y mi cuerpo había comenzado a temblar. Llegamos a la entrada, me recargue en la pared y Lisa me miraba extraño.

—¿No... vas a abrir? —Cierto. Yo tenía las llaves. Por lo general, siempre abría ella.

—¿Qué? ¡Oh! Lo siento. Es la costumbre. —Busqué las llaves en mi bolso, metí la llave por la cerradura y mientras la giraba, no podía dejar de pensar en la mínima posibilidad de que al cruzar la puerta, que viera todo y recordara algo. —Por favor, quiero entrar y que sea como si ella nunca se hubiera ido. —Pensaba una y otra vez.

Giré la manija, la hice pasar y justo me centré en su rostro para ver su reacción al encender la luz, pude notar como recorría con la mirada todo. Sólo miraba alrededor y por un momento, pude ver en sus ojos que ella lo sabía, que reconocía todo esto.

—¿Está todo bien, Lis?

—¿Está todo bien, Lis?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Maratón 2/3

A prueba [CHAELISA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora