Capítulo 47

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POV LISA

Perdí la cuenta de por cuanto tiempo estuvimos así. Algo me ocurría cuando estaba cerca de ella, no sólo el efecto calmante que tenían sus palabras sobre mí. Con tan sólo verla, podía hacerme explotar de alegría o desvanecerme por tristeza. En que momento o a que hora exactamente, no lo sé, lo último que recuerdo fue que ella se mantuvo despierta hasta que yo no di más y me quede profundamente dormida.

Mis ojos volvieron a abrirse hasta la mañana siguiente, a causa de un frío terrible que sentí en la espalda. Quise tallar mis ojos para abrirlos, pero me percaté que estaba abrazando a Roseanne, con un brazo por debajo de su cuello y el otro sobre ella. Levante la vista para ver su rostro, estaba profundamente dormida y no parecía molestarle en lo absoluto. Cada gesto, cada rasgo de su rostro, su respiración, incluso la leve sonrisa dibujada en sus labios, absolutamente todo de ella emanaba paz. Una paz con la que nunca antes la había visto.

Después de ver eso, me era imposible dudar de lo hermosa que era. Lo graciosa y segura de si misma que era al expresar sus ideas, el enorme gusto con el que se llevaba cualquier cosa a la boca, lo divertido que era verla nerviosa, todo en ella me llamaba la atención, o al menos, para mí lo era. Me di cuenta de todo lo que estaba pensando e insinuando y bajé la mirada, vi el anillo en mi dedo. Recordé a Joel, tratando de hacer memoria cuándo fue la última vez que me sentí de esta manera estando con él, cuándo había sido la última vez que me hizo sentir única para él.

Entonces, inconscientemente, mi imaginación comenzó a jugar. ¿Y si yo no me hubiera comprometido con él? ¿Qué más tendría que saber? ¿Qué era todo eso que me ocultaba en el libro? ¿Si no tuviera nada que me hiciera regresar a Nueva York? ¿Y si la razón por la cual me siento de esta manera tuviera nombre y apellido? El porqué cuando la tengo a ella enfrente no soy capaz de ver nada más... ¿Y si acaso Roseanne y yo en el pasado... hubiéramos sido...

—Buenos días. —Su voz hizo que pegara un pequeño salto del susto. —¿Cómo dormiste? —Sólo podía mirarla. Su mirada era capaz de dejarme muda, por alguna razón. Unos instantes después, recordé que la seguía abrazando y me separé de inmediato. —Lisa... ¿Pasa algo?

—¿Qué? No, no, nada.

—No parece nada.

—Es sólo que... esto no debió pasar.

—¿Esto? Pero... ¿Qué fue lo que pasó?

—Nada, olvídalo. —Traté de levantarme, cuando sentí que estaba tirando de mi brazo.

—¿Qué pasó, Lisa?

—Te dije que nada, sólo... déjame. Debo ir a ducharme. —Me solté de su agarre y caminé hasta la puerta, paré en seco porque su voz se hizo presente de nuevo.

—Lisa... —Me quedé inmóvil, tomé una bocanada de aire y me di media vuelta para poder mirarla. En su rostro no yacía más paz con la que dormía, ahora estaba llena de confusión. —Deja de huir... de esto. No huyas más. —¿Huir? ¿Qué se supone que tendría que hacer o responder ante eso? Y recordé aquella teoría que había pasado por mi mente... ¿Entonces "esto" era real? ¿Por qué no podía ser completamente sincera conmigo? La miré una vez más y ahora lo supe... Ella sabía que yo había entendido a lo que se refería.

—Lo siento, yo... no puedo. —Di media vuelta, giré la manija y salí de la habitación corriendo hacia la mía. ¿Podría alguien explicarme que acaba de pasar? No podía sacarme la expresión de su cara de mi mente. No sabía como interpretar todo esto, pero también, me daba miedo preguntar. —¿Cómo dormiste? ¿Cómo dormiste? —Decía para mis adentros. —Si supieras que ha sido la mejor noche de toda mi vida...

POV ROSÉ

No pude simplemente dejarla dormir como si nada. Mi cuerpo pedía a gritos estar junto a ella, lo pensé durante mucho tiempo, mientras que ella iba cayendo frente al sueño, hasta que por fin me decidí a no hacerlo. ¿Y si acercarla a mí esta noche que implicarla alejarla los próximos días? Jamás tomaría el riesgo. Así que sólo cerré los ojos y me propuse a dormir lo más tranquilamente posible. Para mi sorpresa, sentí que me abrazó, atrajo mi cuerpo al suyo y se acurrucó de una manera en la que yo sólo pude ceder, y al menos, por un instante, esos minutos con ella abrazándome, la sentí completamente mía.

A prueba [CHAELISA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora