"Depression" Sebastián Villalobos y tu-1° Temporada

Capítulo treintaiuno

''Dolor de cabeza, ojos cansados, estomago vacío, pensamientos suicidas y una sonrisa en el rostro. Así iba ella por la vida.''

(Punto de vista de Sebastián)

En el recreo me dieron ganas de ir al baño, así que, obviamente fui. Al abrir la puerta escuché una voz masculina, así que me quedé ahí.

—¿Qué necesitas, man? —Preguntó otra voz masculina, era la de Mario.

Rápidamente saqué mi celular, al desbloquearlo me fui a las aplicaciones y coloqué ''Notas de voz'' y así lo dejé andar, para que grabara todo.

—Tenemos que hablar de la apuesta, ¿sí? —Contestó el otro chico, Adam.

—¿Sobre...?

—_______.

En ese momento me sorprendí, todo el tiempo... ¿la estuvo engañando? ¿todo era una apuesta?. Transformé mis manos en puños y mis nudillos se pusieron blancos de la fuerza que ejercía.

—Supongo que vas ganando la apuesta, la maldita pe*rra se ha confiado muy bien de ti. —Dijo burlesco Adam.

—Eso... sí. —Dijo Mario, triunfante pero a la vez preocupado.

—¿Le haz quitado su virginidad?

—No... —Respondió Mario, mintiendo.

—No me mientas. —Adam rodó sus ojos. —Te daré buena paga por la apuesta.

—Sí. —Respondió finalmente Mario.

Al escuchar eso, tenía ganas de ir a estrechar a ______ contra mis brazos, aunque esto no era una sorpresa, en todo caso, ya lo sabía. Pero pensaba que Mario la amaba, pero vaya mierda, actuaba muy bien.

—Quiero que ahora, la patees lejos.

—Eso suena divertido. —Dijo Mario inseguro, con una sonrisa falsa en su cara.

Corté la grabación sin seguir grabando lo último que decían, le resté importancia. Salí corriendo de allí, buscando la dirección de _______. Miré el reloj que traía en mi muñeca y aún quedaban cinco minutos de clases.

Me rendí no la encontraba, pero ahora, tendría clases con ella. Y Mario no, eso sonaba perfecto. Comenzaría a separarlo de ______, aunque costara, ella volvería a confiar en mí.

El timbre sonó y entré a la clase de Geografía, ______ ya había entrado, se le notaba sola y asustada. Me senté junto a ella, no sin antes preguntárselo.

—¿Puedo...?

Ella asintió algo incomoda, me senté ahí dejando mi bolso encima. Saqué otra vez mi celular y busqué el número de Mario para mandarle un mensaje.

“¿Patearla lejos? Te haré el trabajo más fácil, amiguito.” —Anónimo.

Junto con el mensaje le mandé la nota de voz, sabía que se desesperaría, y aunque quisiera, no podría hacer nada. De esta, Mario, no te salvarás.

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Algo corto pero interesante x)

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