¡ADELANTOS DE LA PROXIMA MARATÓN!

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1/3.

—¡Deja de ser tan cínica, _______! Busco lo mejor para ti, y tu arriesgas tu seguridad conmigo; yendo tranquilamente por la casa de tus padres. ¿¡Qué crees tú?! ¡Te podían ver! ¡¿Eso querías?! —Exclamó enojado, intentando calmarse, cerró sus ojos con fuerza y apretó sus manos; transformándolas en puños.

—¿¡Cínica?! Dios, tenía curiosidad, tu también la tendrías si no vez a tu madre después de una semana, o qué se yo. ¿¡Qué creo yo?! ¡Lo hice bien, no me vieron! Dios, eres tan exagerado, Mario. ¡Lo entiendo! Sé que quieres protegerme, pero eso no era para que me hagas un show ahora mismo. —Exclamé también molesta.

—¿Exagerado? ¡¿Eso soy, _______?! —Preguntó y tensó su mandíbula, dando a entender que yo la había cagado. —Odio que no valores todo lo que he echo por ti, ______. Ahora mismo podría estar tirándome a cuántas tías quiera, pero no. ¡Claro! soy tan idiota que ando tan preocupado por ti _______ Blair.

—Yo... lo lamento. —Murmuré aguantándome las lágrimas, intenté tomar-le las manos pero el las apartó bruscamente.

2/3.

Me quedé sorprendida y decidida a ir a pedirle perdón a Mario, no podía desaprovechar su amistad, no podía desvalorar todos sus sacrificios hacia mí. Mario sin duda era el mejor amigo del mundo. Salí de la habitación, y toqué la puerta de su habitación. No contestó nadie, así que volví a tocar, y nuevamente fui rechazada. Abrí la puerta lentamente y Mario  se encontraba dormido en su cama. Sonreí con ternura y cerré la puerta otra vez. Tomé una manta que se encontraba cerca y lo tapé para que no le diera frío, aun no era tan tarde, quizá recién oscurecía.

Me acosté a su lado, y besé sus labios tiernamente. El se removió sonriendo pacíficamente, sonreí nuevamente. Era tan tierno. Era tan único, era tan él. Sin duda me estaba empezando a enamorar de Mario, y debo admitir que tenía miedo, hay chicas mucho más hermosas y perfectas que yo, ¿Y si él se enamoraba? Me conozco tan bien, que podría decir que no soy lo suficiente buena para él. Mario lo dijo ''Ahora mismo podría estar tirándome a cuántas tías quiera.'', y tenía razón. Pero no lo hacía, no lo hacía por mí. Y eso me parecía jodidamente tierno.

-o-

—¿Qué hacías en mi habitación?

3/3.

Entramos a Música, y vimos que al frente de la clase se encontraban sentados el profesor y Sebastián, con una guitarra en manos. Me pareció extraño pero no le tomé importancia, Mario se sentó a mi lado y el profesor empezó a hablar:

—Bueno, alumnos. El joven Villalobos me ha pedido que lo deje cantar una canción que ha compuesto el mismo. Escúchenla con atención, es muy bonita.

—Esta canción es muy especial para mí, la compuse a los 13, si es que no me equivoco. Espero que les guste. —Dijo Sebastián empezó a cantar, con su guitarra. Me fijé en sus labios carnosos, rosados. Sus ojos cafés me buscaban.

-o-

Terminó de cantar, y le agradeció a los demás, mientras estos aplaudían sin parar. Por otro lado, yo seguía en mi mundo, reflexionando, él se volvió a sentar y me llegó un papel, me lo entregó la chica que estaba delante mío.

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"Depression" Sebastián Villalobos y tu-1° TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora