"Solíamos ser inseparables...''
Miraba como Sebas se acercaba a mí, con algo escondido detrás de su espalda. Intenté verlo, y el se movió intentando taparse, reí por su acción. Tenía la manguera atrás suyo, quería mojarme.
Salí corriendo lo más rápido para que Sebastián no me alcanzara, pero fue en vano, el era más rápido que yo. Di un gran chillido al sentir el agua fría... súper fría, chocar con mi espalda.
—¡Idiota! —Grité, tiritando por el frío.
Las carcajadas de Sebastián resonaban en el patio de su casa. Le quité la manguera cuando el seguía riéndose al verme toda mojada e hice que esta chocara con su cara, y luego por todo su cuerpo. Reí más que fuerte al escuchar su gran grito, y salí corriendo nuevamente, me la devolvería y mucho peor.
Me agarró por detrás e hizo que me girara, quedando frente a sus ojos cafes, y él frente a mis ojos verdes, que en este momento se notaban más claros. Sonreí frente a el.
—Oh, _____... de esta no te salvarás. —Murmuró, acercándose a mis labios, de manera que nuestras respiraciones chocaban. Me acerqué hacia él, intentando besarlo, las tentaciones eran fuertes. —Por ahora, te dejaré con las ganas.
Volvió a reír, alejándome de él. Hice un tierno puchero, intentando convencerlo. Él negó con la cabeza y sacudió su pelo , haciendo que pequeñas gotas cayeran en mí. Negué con mi cabeza frustrada-mente. Solté un suspiro y me acerqué a el.
—Vamos, dame un beso. Sólo uno. —Le pedí, haciendo---nuevamente, un puchero. El sonrió triunfadoramente y se acercó a mí, dándome un corto pico en los labios, pero yo (de lo astuta que era), me aferré a su cuello y lo besé apasionadamente.
—Te quiero... mucho. —Susurró Sebastián, cuando nos separamos por falta de aire. Sonreí.
—Yo también.
Desperté exaltada, algo sudada y con calor. Mi cabeza dolía demasiado. Miré hacia todos lados, y estaba completamente sola. Me fijé en una nota del escritorio. Me levanté a verla, y decía: ''Hey cariño, me tuve que ir. Te quedaste dormida en mí regazo. Revisa tu celular porque cuando llegue a casa, te mandaré un mensaje para que no te preocupes por mí. Y bueno, eso. Te quiero mucho, nos vemos mañana. Mario xx.''
Sonreí inconscientemente y bajé a la cocina por un vaso de agua y una pastilla para mí fuerte dolor de cabeza, al tomarla subí nuevamente a mi habitación. Acostándome en mi cama, sin mucho sueño, pero de igual manera, me dormí.
(...)
Ya iba llegando a la secundaria, así que desconecté la música y guardé mis audífonos. De igual manera que tiraba al suelo mi cigarrillo y lo pisaba. Me retorcía de los nervios al ver a Sebastián con su grupo de amigos y amigas en la entrada. Tengo que ser independiente, no puede siempre estar dependiendo de Mario en todos lados. Él no está, tengo que---intentar pasar ocultamente. Mordí mi labio con nervios, y me tapé la cara con mi gorro. Sentí una mano en mi hombro y me exalté, mi corazón empezó a latir con desesperación.
—Ven conmigo, sí no quieres que le pase nada a tu mario —Susurró esa voz que tanto miedo causaba en mí, y a la vez, que hacía que sintiera un montón de mariposas en mi estómago. Asentí a su dirección y lo seguí, me dirigía a la parte trasera y oculta de la secundaria. Nadie iba para allá.
Limpié mis manos en mis pantalones, intentando calmarme. Cerré mis ojos cuando el paró y me arrastró, haciendo que quedara pegada a la pared, y el frente a mí.
—¿Q-qué quieres Se-Sebastián..? —Pregunté, intentando parecer segura de mí misma, pero no lo logré. Lo único que logré fue ponerme pálida por los nervios, con ganas de llorar débilmente.
—¡Quiero que él se aleje de ti, maldita sea! —Gritó enfurecido. Miré para otro lado, no quería ver su mirada molesta. Pero Sebastián me tomó del mentón, haciendo que lo mirara. Mis ojos verdes estaban nublados por las lágrimas que amenazaban con salir. —Ese cabrón... —Murmuró, gruñendo entre dientes.
—No le hagas nada, por favor. —Le pedí, mirándolo directamente a los ojos; lo que hacía (muchas veces) que se sintiera culpable y no hiciera lo que decía. Pero sólo me miro con rabia, y gritó:
—¿¡Qué no le haga nada?! Joder, ______. ¡Él tiene que entender que eres mía!
—Nun-ca he si-do tu-tuya. —Tartamudeé, mirándolo con confusión. Llorando silenciosamente.
—¿No? —Preguntó sarcásticamente, acercándose a mí, apretándome contra él. Tocando duramente desde mí cuello, mis senos, mí vientre, cintura y trasero. —¿Recuerdas cuándo nos besábamos, nos acariciábamos.. y cuando me pedías que te hiciera el amor?
—Cállate, me arrepiento mucho de eso. —Murmuré con lástima y asco de mí misma. El rió con desagrado, haciendo que lo mirara directo a los ojos... sólo se veía la lujuria en su mirada. Volvió a tocarme el trasero, pero ahora con más fuerza, haciendo que me retorciera. —Pa-para.
—¿Te arrepientes de haber sido una perra, ______? —Preguntó, sonriendo traviesa-mente, logrando su objetivo. Limpié mis lágrimas, y acumulé todas las fuerzas que tuve para no derrotarme. —Vamos, dímelo. ¿Te arrepientes de eso?
—¿Por qué tu no te arrepientes de haberme utilizado? —Pregunté tristemente. —¿No recuerdas cuando en este mismísimo colegio... todos te odiaban? ¿No recuerdas quién fue la única que te ayudó y te apoyó? No, ¿cierto?
—Cállate, maldita sea. Solo te dejaré algo claro, nunca te utilicé. Yo... yo no sé que decir. —Murmuró, sintiéndose culpable. Sabía que lograría hacerlo sentir así con esas preguntas. Sonreí interiormente.
—¿Por qué me haces esto? ¿Por qué te alejaste de mí? —Seguí haciendo más y más preguntas, incoherentes para él. Hasta que me tomó de la cintura, haciendo que enrollara mis pies en su cadera, pegándome fuertemente a la pared y besándome, tratando de no lastimarme.
Pero esta vez no me dejé, me alejé de el, empujándolo hacia atrás. Me miró sorprendido.
—No dejaré que vuelvas a utilizarme, Sebastián. Por favor, solo... aléjate de mí. Me lastimas, me lastimas demasiado. —Susurré, volviendo a llorar, haciendo que el me estrechara en sus brazos y llorara en su pecho incómodamente.
-----
Aquí esta el capítulo 15!!!
Que les pareció? 7u7 comenten.
No olviden votar y compartirla con nuestras demás hermanas:3 nos leemos el viernes :)
PD: El jueves es navidad Yeees!!
ESTÁS LEYENDO
"Depression" Sebastián Villalobos y tu-1° Temporada
Random"Le dices qué es hermosa, ella dice ''No, no lo soy''. Le dices qué no es gorda, ella dice ''¿Vez esto?'' y toca su vientre. Halagas cómo luce, te dice ''Hay chicas qué se ven mejor qué yo''. ¿Sabes porqué no cree tus halagos? No es porqué no le gus...