''La vida es larga, y la mayoría del tiempo es una mierda"
Un nuevo día, un nuevo sufrimiento.
Desperté por el sonido de la alarma, soñolienta me refregué los ojos y me levanté. Hice mí cama, en unos cinco minutos. Y luego me fui al baño.
Abrí el grifo de la ducha, para bañarme. Despojé algunas prendas, quedando solamente con ropa interior.. me miré; cómo siempre lo hacía. Con asco hacía mi misma, era.. era tan horrenda. Me sentí mal y seguí desvistiéndome hasta quedar desnuda y poder bañarme.
Al terminar, cerré el grifo y me enrollé las dos toallas. Me dirigí hacia mí cuarto nuevamente y me comencé a vestir con mis chalecos de mangas largas, qué tapaban mis cortes. ¿De qué? de una lucha, contra mí. ¿Por qué? porqué.. sí. Eso no es una explicación, más bien todo era por él.. el chico que me hacía llorar todas las noches. Qué me ilusionaba y desilusionaba.
Solté mi pelo rubio dejándolo caer normalmente, mientras lo desenredaba con mis dedos. Mis ojos, verdes agua.. llamaban mucho la atención; más de lo normal.
Bajé al primer piso donde se encontraba mí madre, con la perra de mí hermana; la qué se aprovechaba de mí y cómo toda madre ''buena'' la defendía de nuestras peleas. Iba a salir pero mí madre llamó mi atención.
—Come algo, antes de irte.
Hice caso y tomé una manzana verde, de mis favoritas. Mí hermana Charlie me miraba con.. ¿envidia? algo así. Digamos qué ella es más parecida a mí padre, castaña oscura, ojos mieles. No es fea, pero yo la encuentro más linda a ella. Aunque la odie.
Tomé la mochila que colgaba de la silla y salí. Coloqué mis audífonos y me deje llevar por la música, des-concentrándome del mundo. Caminé cinco cuadras antes de llegar, aún me faltaban dos. En esas dos empecé a tener terror, y nervios. Prendí un cigarro, típico de mí fumar.. corría riesgos como el cáncer de pulmón, pero cualquier forma de acabar con la vida, era buena para mí.
Al final llegué, y vi como todos murmuraban cosas sobre mí. No me gustaba para nada ser el centro de atención. Pasé cerca de Sebastian, su sonrisa.. oh Dios me derretía. Pero todo eso se nubló cuando me miró con una mueca de asco, y causó un gran dolor en mí.
Seguí caminando sin tomar-le la mayor importancia, fingiendo una sonrisa. Cómo siempre. Llegué a mi casillero y saqué las cosas que necesitaba. Lo cerré y me dirigía hasta la sala. Pero alguien me puso el píe y caí al suelo, botando todo lo que llevaba. La mayoría que estaba ahí se reía, menos un chico.. Mario. Él corrió a ayudarme, y debo decir qué estaba sorprendida.
Las lágrimas caían lentamente, y las secaba al tiro para disimular. No me gustaba qué me vieran triste, tenía que mostrarme fuerte.
—¿Estás bien?
—Sí, gracias. —Respondí, levantándome. Le regalé una cálida sonrisa y traté de seguir con mí camino, pero el me tomó de la muñeca. Haciendo qué me retorciera de dolor.
—¿Qué tienes?
—Nada. —Susurré, apretando los labios para qué no saliera ningún sollozo.
—Bien. ¿Te quieres sentar conmigo en Biología?
—Claro. —Sonreí y el asintió. Se dio media vuelta y siguió con su camino.
¿Un nuevo amigo? ¿Un interesado para qué lo ayudara en tareas? No lo sabía. Pero me sospechaba qué sería uno de los miles qué querían humillarme, o hacerse pasar por un amigo, contar mis secretos. Y qué volviera a desconfiar de todo el mundo.
Fui al baño, y lavé mi cara. Miré al espejo, y vi qué estaba escrito con labial ''Volvió la suicida, ____ Blair.''
Miré a la nada, y comencé a llorar. ¿Por qué me hacían esto a mí? Me destrozaban, y no paraban de hacerlo. ¿No tenían una pizca de.. culpa? No, claro qué no. Me merecía esto por ser una idiota, débil, suicida, enamorada de un imbécil que nunca se fijaría en mí.
Saqué un pedazo de confort, y limpié lo que decía. Dejando un poco borroso, me dirigí a la puerta y salí de allí como si no hubiera pasado nada. Caminé hasta el salón cuando tocaron la campana, haciendo qué los alumnos se juntaran y se revolvieran entre todos. Me senté en el mismo puesto de siempre, el último.. a la derecha. Así el profesor no me veía distrayéndome.
Mario se sentó a mí lado como me dijo anteriormente, y me sentí un poco incómoda.
—¿No eres de los chicos qué sólo me quieren humillar? —Pregunté, mordiendo mí labio inferior levemente. Mientras revisaba unas páginas del libro.
—No, ____. —Reímos.
—Podrías tener problemas sí te acercas a mí, ya sabes.. soy antisocial. Me tratan mal, soy suicida. Nadie me quiere. —Susurré, al mismo tiempo hacía una mueca.
—Para mí no lo eres, _____.
—Gracias, me haces sentir muy bien. —Murmuré y el sólo sonrió, para empezar a seguir las instrucciones qué decía la profesora.
Nos pasamos la clase charlando, o bueno.. no tanto. Pero este chico, ya se empezaba a ganar un 1O% de mí confianza.
El día en general, iba.. más o menos. Ni mal, ni bien.
Ya a la hora de irnos, Mario me acompañó a la salida, para luego irnos caminando. Pero a él se le olvidó no sé que, en su banco de puesto. Tuvo qué ir a buscarlo, y yo sólo esperar nerviosa en la entrada, con miedo de qué me hicieran algo.
Iba a dar media vuelta, pero choqué con Sebastian, qué al parecer quería hablar conmigo. ¿Esto sería bueno, o malo?
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aqui les dejo el primer capitulo. espero y les guste... por lo pronto estare invitando a pdc que lean la novela. Subire otro capitulo hasta el domingo :)
les dejo mi twitter: @VianeGonzalez
Y el wattpad de la escritora: clerbiebs
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"Depression" Sebastián Villalobos y tu-1° Temporada
Random"Le dices qué es hermosa, ella dice ''No, no lo soy''. Le dices qué no es gorda, ella dice ''¿Vez esto?'' y toca su vientre. Halagas cómo luce, te dice ''Hay chicas qué se ven mejor qué yo''. ¿Sabes porqué no cree tus halagos? No es porqué no le gus...