Capítulo cuarenta y seis.

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{Capítulos finales}; maratón 3/4

''Quiero salir corriendo de aquí, poder irme lejos, donde no me encuentre nadie, sin gente, sola.''

Me separé de él de apoco y suspiré con calma, haciendo una mueca antes de empezar a hablar.

-Sebastián, yo no---

-Está bien. -Me interrumpió, soltando un suspiro frustrado. -Lo siento.

-No, no es nada. -Asentimos.

Lo abracé tímidamente, aún estando encima de él. Para mi corazón era un momento que sería recordado siempre, éste momento era uno de los que extrañaba. Extrañaba estar con él, porque me entendía a la perfección, era mi mejor amigo, ¿no es obvio? Yo lo lastimaba sin darme cuenta, y luego él lo empezó a hacer, alejándose de mí, humillándome, dejándome en la oscuridad. Pero había vuelto, volveríamos a reiniciar todo.

-Creo que, debo irme, tengo que, ya sabes, arreglar los últimos temas del baile de primavera. -Hizo una mueca y asentí, parándome de la cama, caminando hasta la puerta. -Te veo mañana en la escuela.

-No creo que vaya. -Hice una mueca, señalando mis heridas.

-Oh, cierto. Entonces, te llamaré. -Silenció, sin saber que hacer.

Rápidamente se acercó a mí, besando mi mejilla y saliendo por la puerta, sin antes susurrarme un fugaz "adiós". Me ruboricé al instante y cerré la puerta nuevamente. Acercándome -ahora- a la ventana, viéndolo subir a su auto y partir. Rebusqué en mi mochila el laptop, sacándolo. Lo dejé encima del escritorio y saqué de mi bolso la pequeña agenda que siempre traía.

Me acerqué al teléfono y marqué el número de la nutricionista. Esperando que contestara.

-¿Diga? -Contestó extrañada por la llamada.

-Buenos días, soy ______, ______ Blair. -Hablé y ella soltó un suspiro de alivio.

-¡Oh! ¿En qué te puedo ayudar, ________? -Preguntó amablemente, mientras se escuchaba de la otra línea como cerraban la puerta y movían una silla para sentarse.

-Verá, yo no estoy en las mejores condiciones como para seguir yendo al consultorio, me resulta bastante difícil ahora con todo ésto de la secundaria, el baile de primavera de la escuela, los estudios, regresar a mi antigua casa y todos los otros problemas personales. -Expliqué y ella murmuró un 'Mhmm'

-Que lástima... -Susurró. Rodé los ojos, suspirando. -Es que ya te tenía escrito la lista de tu nueva dieta de alimentación, así que... te la puedo mandar por e-mail, ¿sí?, ¿qué dices? -Propuso y contesté un rápido 'sí' -Bien, dame tu e-mail.

Se lo di pausadamente para que lo anotara bien, mientras mis uñas golpeaban nerviosamente el pequeño mueble donde me encontraba apoyada con el teléfono en una mano.

-Bien, en minutos te lo mando. Sigue la dieta muy bien, ______. Yo sé que tienes muchos problemas personales, pero hazlo por ti misma, no por los demás. ¿Está bien?

-Está bien. -Murmuré tristemente, evitando llorar. -Muchísimas gracias por su atención, doctora (nutricionista). Me ha ayudado bastante, le agradezco éso.

-No es nada, me gusta ayudar a los demás. Cualquier problema que tengas puedes confiar en mí.

Ojalá fuera tan fácil, pensé.

-Así será. -Mentí. -La llamaré, lo prometo. Hasta luego.

-Hasta luego.

Corté la llamada y me dirigí al escritorio, sentándome ahí. Prendiendo el laptop, revisé mi e-mail y allí se encontraba mi dieta, la revisé y me pareció buena, la guarde en una carpeta especial y cerré mi e-mail, para ingresar a Twitter.

Revisé mis interacciones y dm's (mensajes directos) así que me decidí por llamar a Marcella, pidiéndole ayuda con mi vestuario para el baile de primavera.

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Que? Pensaron que iban a cochar verdad? Pos no! xD jajaja pervertidas

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"Depression" Sebastián Villalobos y tu-1° TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora