Capítulo treinta y siete.

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Maratón 2/?
"La vida es hoy, no mañana, ¿Qué haces acá encerrada? Salí a tomar aunque sea aire fresco" ¿Y quién dijo que yo quiero vivir la vida? ¿Eh?

Relamí mis labios y saqué mis brazos que rodeaban su cuello, colocando-los a los costados de mi cintura. Examiné su mirada, me miraba con curiosidad. Abrí mi boca pero no tenía claro que era lo que diría exactamente. La cerré nuevamente y lo seguí pensando hasta que me decidí que preguntarle. 

—¿A qué te refieres?

—Intentarlo. —Respondió y lo miré sorprendida. —Los dos.

—Sebastián, yo no... tan sólo, no puedo. —Murmuré tristemente, con la cabeza gacha. Intenté darle una sonrisa fortalecedora, pero más pareció una mueca.

—No me refiero a que seamos novios, ______ —Dicho esto, solté un suspiro de alivio. —Pero que intentemos ser los 'mejores amigos' que éramos antes, ¿sí, aceptas?

—Acepto. 

Lo miré profundamente, sus ojos demostraban alegría y después de años, podría decir que Sebastián me había vuelto a sacar una sonrisa. Lo estreché en mis pequeños y débiles brazos, pero en eso hubo un error. Raspé mis cortes actuales y solté un chillido de dolor.

—¿Estás bien? —Preguntó asustado, separándome de él. Asentí frunciendo mis labios, intentando que mis ojos no se llenaran de lágrimas otra vez.

—Sí, es sólo que el otro día me quemé con el agua hirviendo y ahora me raspé, sólo me había olvidado de eso, no es nada. —Sonreí falsamente y él asintió inseguro.

—Ok. ¿Puedo ver tu dedo? 

Abrí mis ojos sorprendida y negué con la cabeza levemente, dando a entender que ''estaba bien'', siguió mirándome inseguro y suspiró. 

—Sebastián, tengo miedo... —Susurré y me tomó levemente de la mano, mientras la acariciaba inconscientemente.

—¿De qué...?

—Miranda, ella no soportará nuestra amistad. Era mi mejor amiga, es ilógico, siempre te ha ''amado'' —hice comillas con mis dedos—... por así decirlo.

—Ella es sólo una... folla-amiga. Algo así. —Reímos. —Pero no te preocupes, no te hará daño. Si de verdad hubiera sido tu mejor amiga, como lo era en la primaria, nunca te hubiera echo daño.

—Ella cambió, cometió el error de contagiarse con las otras adolescentes rebeldes y...

—Perras. —Finalizó sin importancia.

—Exacto. —Murmuré. —Porque bueno, a ella siempre le ha gustado el tema de las animadoras, porristas, como quieras llamarles. En fin, ella era humilde, inteligente, y linda, así naturalmente.

—Igual que yo. —Murmuró, sintiéndose un idiota por el daño que me hizo anteriormente. 

—Está bien, todos cometemos errores. —Susurré. —Podré superarlo, te entiendo... los humos se te subieron a la cabeza, eres un adolescente, no sé como explicarlo.

—No hables como si tú fueras una vieja arrugada y sabia. —Soltó una carcajada y negué divertidamente.

—Estás loco. —Le saqué la lengua.

—No sé, creo que sólo un poco.

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"Depression" Sebastián Villalobos y tu-1° TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora