Capítulo treinta.

4.5K 272 13
                                    

 “—¡Amo mí vida! —Dijo la chica con cortes en las muñecas.”

Mis ojos ardieron y quise salir corriendo de allí pero me aguanté, tragué en seco y suspiré tratando de calmarme.

—¿Estás bien? —Preguntó Mario, sonreí a medias y refregué mis ojos con mis manos. Él asintió y me besó la mejilla, sonreí avergonzada y le devolví el gesto.

Me volví a fijar en el pequeño papel y escribí: ''Gracias, Sebastián. Supongo que me sorprendiste.''

Le pedí a la misma chica que me lo entregó recién que se lo devolviera. Ella asintió amistosamente y le entregó el papel. Sebastián al leerlo sonrió y lo guardó en su bolsillo de su chaqueta de cuero. Buscó mi mirada y luego de eso, hubo una conexión en nuestra mirada, supongo que me perdí en sus ojos. Él estaba sentado en la segunda fila, en los asientos de al medio. La luz que entraba por la ventana reflejaba sus ojos cafes que brillaban con ilusión.

Cabizbaja empecé a anotar las notas musicales que el profesor anotaba en la pizarra. Al cabo de unos minutos después, el profesor avisó.

—Para la próxima clase quiero que me traigan una canción inspirativa, ¿entienden?, puede ser escrita por ustedes. Que reflejen lo que sienten, que el arte entre en sus venas, ¿está bien? —Aquel profesor era tan... ¿positivo? ¿inspirativo? no sé con cuál palabra nombrarlo, pero siempre al hablar le gusta rellenar la oración haciendo gestos con sus manos, no sé si me entienden.

Los alumnos asintieron y empezaron a murmurar cosas entre ellos; las chicas hablaban sobre sus últimas conquistas, últimas modas, entre todas esas cosas, glamour. Los chicos hablaban sobre cuántas tías se habían acostado durante el mes, o también sobre los partidos de los equipos deportivos de la secundaria. En fin, por primera vez en el año, me fijé en sus actitudes dentro de la clase, o más bien, intenté descifrar lo diferente que eran entre todos; y lo muy exageradamente iguales que podían llegar a ser.

Pero, sobre todo me fijé, que era la menos sociable, aunque ya lo sabía, porque bueno, todos me ignoraban y menospreciaban. En fin, a lo que me refiero, es que tengo a una sola persona junto a mí, y no quiero perderla. Pero aveces, quisiera volver a estar sola otra vez, estar sola en mi extraño mundo de fantasía e ilusión.

Es tan extraño a la vez, que me hace un nudo que no se puede desatar, ni resolver. Entre todo eso está Sebastián , sigo enamorada de él, pero ese chico que solía ser hace cinco/siete años atrás ya no existe, él mismo lo mató, lo enterró lejos de aquí, en una distancia que no puedo llegar a encontrar. Pero aveces, aveces lo veo en sus ojos; y sé que sigue aquí. 

Era tan extraño sentir sus labios sobre los míos, tan extraño como sentir su perfume y calor al recordar como se sentía estar estrechada en sus brazos. Él lo sabe todo, y eso me aterra. Conozco su lado frío y firme, y sé que puede llegar a convertirse en mi peor pesadilla como muchas veces lo ha hecho. 

—Tierra llamando a ______. ¡Repito! Tierra llamando a ______ Blair. —Escuché exclamar a Mario en mi oído. Reaccioné y pestañeé, haciendo una mueca divertida.

—¿Mhm? —Murmuré.

—Ya podemos salir al recreo. ¿En qué mundo estás? —Preguntó bromeando. Reí sarcásticamente y rodé mis ojos, pegando-le una palmada en el hombro.

Tomé mis cosas y juntos nos dirigimos hacia los casilleros. Saqué la llave para abrirlo de mi bolso y, obviamente, lo abrí. Guardé mis cosas y lo cerré rápidamente. 

Esperé que Mario hiciera lo mismo y luego nos dirigimos al comedor. Saqué una manzana de mi bolso para empezar a comerla.

—¿Solo comerás eso? —Preguntó Mario. Asentí y el me miró comprendiendo la situación.

—No tengo hambre, con esto y un poco de agua estoy bien. —Respondí, completando su curiosidad. 

—¡Prometiste qué comerías mejor, haz el intento! —Chilló con su voz masculina rodando los ojos.

—Mario, cálmate, es recién el desayuno. ¿Acaso quieres que me coma todo lo que encuentre en mi camino? —Pregunté sarcásticamente y rodé los ojos, imitando su acción.

—Ugh, lo siento...

—No lo sientas, está bien. —Murmuré, queriendo acabar la conversación y así fue.

Nos sentamos juntos en unas bancas que habían en la pequeña plaza que se encontraba justo en la mitad del patio escolar. Los alumnos solían ir allí para conversar, maquillarse, leer, en fin; todo lo que quisieran hacer, excepto cosas malas, obviamente.

Mario se comía un paquete que contenía papas fritas; chatarra. No entendía como podía comer como un cerdo -lo digo de buena manera- y no le afecta en nada, sigue siendo el mismo flacucho que salía en las fotos que vi el otro día en su casa.

—Antes eras adorable. —Susurré y él me escuchó, por lo cual, me miró ofendido y divertido. —Quiero decir, aún lo eres... p-pero-

—No te preocupes por explicarlo, lo sé. —Murmuró acercándose peligrosamente a mis labios. Me sonrojé exageradamente y luego de eso, sentí sus labios sobre los míos, moviendo-los con ritmo.

Le seguí el ritmo y le respondí, colocando una mano en su mejilla, acariciándola. Luego de unos segundos nos separamos por falta de aire, sentí algo en mi estómago, no iba a decir mariposas volando, porque eso sería muy... ¿cursi?, sí.

Su teléfono empezó a sonar y lo sacó de su bolsillo. Se escuchó un ''Te necesito ahora, ven por favor'' de la otra línea del teléfono, era una voz masculina, y se me hacía conocida. Mario murmuró un ''Ok'' desganado y cortó.

—Princesa, tengo que ver unos asuntos con un amigo, ¿sí? —Me avisó y asentí sonriendo a medias. —Cualquier cosa, uhm... sólo anda donde la supervisora general, ¿está bien?

Volví a asentir y lo vi alejarse. No tenía más que hacer, y mi celular estaba muerto, literalmente. Así que lo único que podía hacer era observar a los otros alumnos, observar como cada uno se perdía en su mundo.

--------------

Hola chicas

Tal vez me odien por no haberles subido capítulos pero tengo mis razones n.n

Les subiré este y otro más, los que no les subí el miércoles y sábado.

Espero y me perdonen /.\

Disfruten los capítulos :) no olviden votar y comentar que es gratis x)

Saludos a las nuevas lectoras :3

¡DIGAN NO A LAS LECTORAS FANTASMAS!

"Depression" Sebastián Villalobos y tu-1° TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora