Let Me Die - Minayeon [Adaptación]

Capítulo 22

''Y todo el tiempo creí que te encontraría, el tiempo ha traído tu corazón hasta mí.''

Era jueves, habían pasado dos días de que volvió a su casa, pero todavía seguía sin recordar nada de las veinticuatro horas del lunes. Había estado observando la caja roja que Nayeon había dejado con ansias por saber que había dentro, no la tocó, trataba de evadirla pero siempre le llamaba la atención. No sabía qué era y tenía unas inmensas ganas de averiguar que contenía.

Caminó hacia su escritorio de madera y agarró la cajita, examinó toda la parte exterior de la misma, era pequeña, tenía detalles en dorado, parecía que era de alguna joyería. La abrió y una palabra resaltó en la misma, se quedó maravillada.

Era un colgante que poseía la palabra "Ángel" sobre ella. Al minuto que lo sostuvo sobre su mano, la volvió a meter a donde pertenecía.
« ¿Por qué me dio esto? »
«Mina, no caigas en su juego. Te está usando. Nunca lo olvides. »
« No le importas, ella te ve como un niño a un juguete nuevo. »

Era de noche, por lo tanto, volvió a la cama. A la mañana del día siguiente le entregaría la caja a Nayeon para que se la dé a su novia, o alguna de todas las chicas que estaban locas por ella. Mina no quería tener nada que tuviera que ver con Nayeon, pero cada vez que intentaba alejarla de su mente, el color de sus ojos se quedaba marcado en su cabeza como una imagen intacta.


...


Ninguna clase le coincidió con Nayeon hasta que llegó Química. Ella estaba rodeada de sus amigos y su novia quien tenía a sus clones haciéndole la tarea a último minuto. No se atrevió a caminar hacia donde ella y por lo tanto, siguió su camino a su lugar de siempre con Sana a su lado.

La hora pasó muy rápido y cuando no se lo imaginó, todos salían del aula con la única tarea: Salir del Instituto y no verlo hasta la semana que viene. Irene besó a su novia, quien le manoseó el trasero y salió.

Mina le pidió a Sana que le esperara en la puerta por si Irene volvía y le hacía algo. Siquiera, la tendría a ella para que le ayudara. Dejó la cajita en el pupitre de Nayeon y se dio media vuelta sin decirle ninguna palabra como lo tenía planeado, el miedo –que no supo de donde vino– se apoderó de Mina en el momento en que en vez de salir por la puerta, dobló en los primeros asientos para ir donde Nayeon.

La mayor la detuvo tomándola del brazo y sus cuerpos se chocaron. Mina se separó de ella al instante.
—Creo que te confundiste de casa, eso no debía ser para mí. —Dijo Mina tirando su brazo del agarre de Nayeon.
—No, te lo llevé a ti porque quería que lo tuvieras.
—No me vas a comprar... Puedes dárselo a Irene o a todas las chicas que tienes atrás pero, a mí no me das cosas como esas porque no estoy loca por ti. —Acomodó su libro que llevaba en mano y vio como Nayeon agachaba la cabeza para mirarle a los ojos.
—Quiero que lo tengas tú, ¿vale?
Mina negó con la cabeza y se separó de ella un paso.
—No quiero tenerlo entre mis manos, ¿lo entiendes?

Nayeon rió y se acercó un paso, terminando en la misma distancia que antes. Acomodó un mechón de la cabellera castaña de Mina y ella corrió su rostro para que no le tocara.
—Si, lo entiendo. —Sonrió. —Pero, esto va en tu cuello.

Mina levantó la vista para observarle, se perdió en sus ojos. Eran muy lindos, pero no, ella no iba a caer como muchas lo hicieron. Cada cosa que Nayeon decía era mentira, ella siempre iba a ser la razón por la que se cortó la primera vez. Por la que su mente empezó a hacerle la contra, nunca nada iba a cambiar eso...

—Quédatelo, no lo quiero. —Dijo y se dio media vuelta alejándose de la coreana, antes de salir por la puerta se detuvo. Nayeon estaba con la boca boquiabierta. —Tampoco deseo tenerlo sobre mi cuello, créeme.

Al decir esto último, salió del salón y se encontró con Sana, quien miró haciadentro. Ambas sabían que Nayeon sentía "algo" por Mina, pero ella estaba con Chany le quería... Subieron al auto de Bang Chan cuando escucharon que alguien gritóel nombre de Mina, sacó la cara por la ventanilla y se encontró que Nayeon sehabía quedado parada en la calle mirando como el auto se iba.