''Déjame preguntar como llegamos hasta aquí porque en realidad, no necesito preguntarlo en absoluto''
Una semana después, Mina asistió a clases, ya sin moretones... Bueno, no tantos. Chan la pasó a buscar con Sana y fueron a clases en su auto. Cuando llegaron, se despidieron de él y salieron.El timbre sonó y salieron corriendo para las puertas del Instituto. Mina fue hacia su locker y sacó el libro de inglés y el de Biología. Sintió una presencia detrás de ella, pero intentó ignorarla, sabría quién sería y actuar como si no se hubiera dado cuenta sería lo mejor. Apenas se había recuperado como para que le lastimen de nuevo.
En ese momento, un brazo se apoyó en el otro casillero. Mina respiró profundamente. Supuso que era Nayeon, ella no le haría nada físicamente, pero si psicológicamente. La lastimaría como nunca, de eso estaba segura.
Luego, escuchó otra voz a lo lejos, esa voz aguda y chillona era ni más ni menos de Irene. Mina cerró su locker y al dar media vuelta, chocó con Nayeon tirando sus libros, en el momento en que se agachó a recogerlos, Irene los pateó lejos de su alcance. Besó a Nayeon y luego se dirigió a Mina. La observó de arriba hacia abajo, mirando si tenía alguna marca, herida o si aún le quedaban moretones por lo pasado hace siete días. El corazón de Mina palpitaba muy rápido, podían escucharse los latidos o eso pensó ella.
«Tranquilízate, estúpida.»Mina respiró hondo y soltó el aire, le miró a los ojos a Irene cuando ella, le levantó la barbilla. Nayeon solo se quedó ahí parada mirando la escena. Irene sonrió de lado y le tiró de la cola de cabello a Mina. Ella se quejó y estuvo a punto de gritar para que le soltara, pero Irene le pegó una cachetada en la mejilla derecha y Mina se mordió la mejilla por dentro. Reprimió un grito y lágrimas, negó con la cabeza para que la dejara en paz. Cayó al suelo, indefensa.
Sus rodillas chocaron contra el piso, haciendo ruido, su mano cayó haciendo fuerza y se dobló.
« Maldición. »Una lágrima se desparramó por su mejilla y un sollozo salió de su boca. Sintió el impulso que Irene tenía en pegarle una patada directamente al estómago pero, Nayeon le detuvo.
—Déjala, no vale que desquites tu energía en ella, cariño. —Susurró Nayeon lo suficientemente audible para que Mina lo escuchara, aunque sus oídos hacían un ruido agudo.
—No lo vale pero, ¿sabes? Es divertido. —Empujó su pierna hacia delante y le dio justo en la boca del estómago, dejándole sin aire.Cayó al suelo completamente y Nayeon al verla de esa manera, no pudo soportarlo. Agarró el brazo de Irene y se la llevó a regañadientes, ella se quejaba y gritaba pero Nayeon no dejó que fuera a pegarle. Cuando la coreana vio a Mina de tal manera hace una semana, supo que no permitiría que Irene le volviera a pegar. Cuando estaban a unos pasillos de diferencia, Irene se soltó de Nayeon y le golpeó el pecho pero ella no sintió nada. Tomó sus manos y solo la besó para tranquilizarla. Ella cedió a sus labios, pero cuando Nayeon se separó, Irene frunció el entrecejo.
— ¿Por qué no me dejaste golpearla? —Le preguntó cruzando sus brazos.
Nayeon negó con su cabeza y la miró tomándola de los hombros.
—No es bueno lo que le haces, amor. —Dijo, lo más tierno que pudo.
— ¿Y? ¿Tú crees que me importa ella? —Se soltó. — ¡Ella merece todo esto! Ella me importa mierda, y siempre será así.
{...}
Mina fue a clases, pero llegó tarde. Sana respiró tranquilamente cuando la vio entrar, pero al ver su mejilla roja, sintió pánico. Irene tampoco estaba en clases, se sintió fatal por dejarle sola cuando fue a buscar sus libros. El profesor pidió una explicación y ella dijo que se levantó tarde.Fue a su asiento y cuando se sentó, Sana le abrazó por los hombros, le pidió disculpas y Mina se quejó, sus brazos le dolían... De nuevo. Al salir de las dos clases de las dos primeras horas, Mina corrió hacia la Biblioteca sin que Sana le viera o eso pensó ella. No quería hablar con nadie, quería llorar en silencio sola, quería sufrir sola, no soportaba la pena de las demás personas. Se topó con una o dos personas de una de sus clases, y luego... Llegó al final de la enorme y vieja Biblioteca.
Fue a una sección que nunca estaba habitada por alumnos, buscó un libro cualquiera y se deslizó por la pared hasta sentarse con las piernas pegadas a su pecho, sus lágrimas cayeron como cataratas a un río. Sintió pasos cerca de ella y una mano se estiró por delante de su cara.
Levantó la vista y se encontró con Nayeon. Era una costumbre que eso pasara de ahora en día. Rodó los ojos e ignoró su mano para fingir que seguía leyendo.
Nayeon rió burlona y se la volvió a estirar, pero Mina no la tomó.
—Tómala, no te haré daño.Mina negó con la cabeza y sorbió los mocos. Limpió una de sus lágrimas con discreción y entonces Nayeon se acomodó a su lado.
—Interrumpes en mi casa, hoy viniste a mi locker, y ahora aquí... ¿Me estas acosando para decirle a Irene qué cosas hago? —Giró la media vuelta para mirarle con el ceño fruncido. —Ya es suficiente con que tenga que sufrir cada día porque a ella no le caigo bien, no quiero que tú también me lastimes.Se paró y dejó el libro donde estaba, pero cuando estaba a punto de salir del pasillo, Nayeon la tomó por el ante brazo y la empujó contra uno de los estantes grandes sin lastimarla, obviamente. Le miró directamente a los ojos y Mina al sentir incomodad los bajó.
—Sólo... Yo... —Empezó Nayeon pero, no sabía que decir.
—Déjame en paz... Es suficiente con tener a tu novia molestándome.
Nayeon la volvió a tomar del antebrazo cuando ella estaba por irse. Mina soltó su brazo y se armó de valor para enfrentarla.
— ¿Qué es lo que quieres? —Preguntó haciendo un mohín con sus manos. — ¿No es suficiente con verme de esta manera? —Se señaló, y una lágrima se deslizó desde su ojo. — ¿Quieres también molestarme ahora y por el resto de mi vida? —Llevó una mano a su cabeza y despeinó su cabello, que ahora permanecía suelto.Nayeon se quedó en completo silencio y eso Mina lo tomó como una respuesta, salió de ese lugar. Iría a algún otro donde sabía que nadie la encontraría, detrás de la cancha de futbol había un pequeño parque olvidado desde hace muchos años y ese era su lugar favorito hasta que un día vio a dos chicos haciendo cosas inapropiadas y decidió no ir más... Hasta hoy.
Se balanceó en un columpio por unos quince minutos cuando este detuvo. Mina suspiró frustrada.
— ¿Pensaste que no te iba a seguir?
Mina sonrió, sin ni siquiera pensarlo, pero luego borró su sonrisa.
—Sí. Era lo que quería. —Se levantó del columpio. —Dime, ¿Qué quieres?
—No lo sé. —Respondió alzando los hombros. — ¿Estás bien? Hoy... Cuando... Hmmm, Irene...Mina frunció los labios.
—Tranquila, eso no fue nada. Me ha lastimado peor, casi no sentí mucho dolor como la primera vez. —Sus ojos se aguaron y salió corriendo a todo pulmón.
Todo lo que esperaba era que Nayeon no la siguiera, no fuera donde ella. Necesitaba estar sola y cuando la mayor estaba cerca, su mente se quedaba en blanco. Odiaba el hecho de que la siguiera como un chicle, no lo soportaba, y tampoco soportaría que la acosara.
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Let Me Die - Minayeon [Adaptación]
Fiksi PenggemarA veces creemos que tenemos una vida perfecta, pensamos que todo está bien y que nada puede salir mal, mucho menos destruir eso que con tanto esfuerzo hemos construido. Pero un día, de pronto algo cambia, algo saca de balance nuestro entorno y enton...