Capítulo 20

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''Se que nada cambiara, si mañana no me vez, tengo que asimilar, que por este corazón, no tienes interés''


Nayeon estaba sentada sobre uno de los pupitres mirando como sus amigas o amigos hacían bromas y besaban a sus parejas. Irene le guiñó un ojo y se levantó de la silla moviendo sus caderas, acarició su mejilla antes de besarle los labios. A lo lejos, sintió los ojos de Mina sobre ella, lo que le provocó a tomar a Irene por su cintura y le tocó el trasero. Ella sonrió, qué fácil que era esta chica.

Estaban en una hora libre, el profesor había faltado y nadie estaba para reemplazarlo, siquiera un preceptor estaba ahí, no gritaban, tampoco hacían ruido pero, siempre alguien se les quedaba cuidando. No eran el mejor curso de todo ese pasillo.

Mina alejó la vista de esa escena y Sana miró donde ella. Abrió los ojos de golpe al ver como sus lenguas se notaban y la forma que Nayeon tenía de tocarle.
—Zorra.
Irene se separó de Nayeon, aún tomándola por los hombros, giró la cabeza para ver el pelo de Sana dándole la espalda. Agarró una bolita de papel y la tomó para tirársela en la cabeza, cuando esta chocó contra su cabellera rubia, dio media vuelta, levantó una ceja e Irene le saludó con la mano para que le prestara atención.
—Te escuché.
—No te mencioné, si te quisiste sentir identificada es tu problema. —Guiñó un ojo y volvió a Mina quien le sonreía.
—Dicen que si críticas a una persona es porque estás viendo tus propios defectos... zorrita.

Sana bufó, no supo por qué le dijo eso, no se sentía mal porque ella ya sabía exactamente que no lo era, pero lo que faltaba era que esa hueca le molestara a ella. No iba a dejar que le pasara por encima, era directa y lo era más cuando estaba presente Irene, esta siguió besando a Nayeon quien, ahora había dejado de manosearla.
—La zorra, la puta, la perra y sus derivados son sinónimos de Irene. —Sana llevó una mano a su cintura, descargando el peso en esta.

Se escuchó un grito de aprobación y algunos otros gritos de risa. Los clones de Irene –Jennie y Olivia– le miraron de arriba abajo para después acomodar su cabello. Se separó de Nayeon y pasó por entre los escritorios para llegar a su lado, Nayeon le siguió deteniéndola cuando intentó tirar de su pelo. Luego, la agarró por la cintura con las dos manos, levantándola en el aire.

Sana se dio media vuelta y le miró peleando con Nayeon para que esta la soltara. Cuando empezó a calmarse, la dejó en el piso, aunque Sana tuvo la impresión de que ella le pegaría en cualquier momento, hay gente que dice que cuándo te enoja lo que te dicen es porque es verdad. Entonces, realmente Irene era una zorra.

Muchos lo han comentado, y entre ellos, chicos. La mayoría eran hombres y con todos esos Irene se acostó estando con Nayeon o no estando. No le importaba una relación y si seguía con aquella chica linda de ojos cafés lo hacía porque era una de las mejores en la cama.
— ¿Eres tan cobarde como ella? —Le dijo Irene a Sana señalando a Mina detrás de ella. — ¿Eres tan débil y frágil como Mina? ¡¿Eh?! —Le gritó y todo el curso estaba callado. Irene tenía el apoyo de la mayoría por más que no le cayeran bien, estaban de su lado porque le tenían miedo.

Sana le negó con la cabeza, no era como Mina, era todo lo contrario pero no por eso iba a dejar de tal manera a su amiga. Nayeon frunció el ceño, aún seguía en una mezcla de sentimientos, no había dejado de pensar en Mina, pero ahora se había hecho un desafío con sí misma, no hablaría sobre ella cuando este sola, no pensaría sobre su hermosa sonrisa cuando la coreana le dice algo, tampoco de cómo sus mejillas se ruborizan cuando habla o cuando se da cuenta de que la observan. No iba a pensar en el color de sus ojos y como la luz del día los hace brillar, no quería olvidar cuando la encontró con todo su pelo mojado después de salir de bañarse y no tenía maquillaje, estaba realmente bella así... tan natural.

Let Me Die - Minayeon [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora