Let Me Die - Minayeon [Adaptación]

Capítulo 30

"Ya no aguanto más, cada noche mis ojos arden más."

Mina salió corriendo del salón de clases, no quería que Sana la encontrara en la puerta y le pidiera que por favor hablaran, pero como la suerte nunca está de su lado, justo eso pasó.

La castaña caminó derecho hacia su locker, era el cambio de asignatura y siempre le tocaba con Sana, ¡por el amor de Dios!

La rubia la seguía por detrás intentando hablarle pero no había forma, cuando Mina paró en su casillero, ella le empezó a hablar.

-Mina, déjame explicarte.

Ella negó con la cabeza, tomó sus libros y cerró el locker.

-Oh vamos, no seas idiota y hablemos como la gente lo hace.

Lo último que faltaba era que la persona que le había mentido, que la había usado como un proyecto para ganar dinero le dijera que era una idiota. Sana se retractó al segundo que abrió su boca, Mina tenía una sonrisa en la cara, estaba totalmente enojada con ella. No pensaba perdonarla, ¿Cómo podría hacerlo? Lo peor de todo fue que pensó en Nayeon y como, en parte la perdonó hace tiempo... En sí, la situación era diferente pero, ambas la habían lastimado.

-¿Eres actriz en algún lugar, Sana? -preguntó Mina mientras empezó a caminar y ella la siguió.

-No, ¿Por qué lo...? -se quedó callada y bajó la cabeza, pensando el significado de esa pregunta. Después de unos segundos, lo comprendió. -¡Mina!, mira...

-Oh, ¡No sigas mintiendo! Nadie puede engañarme de esa manera sin ser actriz, Sana. -le pegó en el hombro como si estuviera jugando con ella. -Ojalá te vaya bien en tu vida siendo como eres.

-¡Mina! -le gritó, la castaña se detuvo en seco. -¡Vas a escucharme Myoui Mina!

... Y esa era la Sana que ella conocía o pensaba que conocía, el punto es que... por un momento, sonrió por recordar en cuantos problemas se había metido porque ella la obligó a hacer cosas que un adolescente hace. Después, pensó en aquella noche donde iban a cenar todos juntos y su sonrisa desapareció.

Miró hacia el cielo, estaba gris, iba a empezar a llover. Tal vez, al escuchar el sonido de las gotas chocar contra el pavimento podría calmarla, solo tal vez.

-Esta bien, te escucho.

Sana tardó en hablar y Mina se estaba desesperando.

-¿Vas a hablar? ¡Estoy perdiendo la clase!

-Sé que tu papá me pagó para fingir que era tu amiga, pero cada consejo o cada vez que te obligaba a hacer algo era porque realmente quería que lo hicieras, quería que vivieras esa vida que toda chica quiere porque, tienes las posibilidades. -dijo, y se acercó a ella. -Para mí eres una amiga y estuviste ahí para cuando yo te necesite, si no hubieras sido importante para mi, no te habría contado mi historia.

Mina se quedó callada, espero por unos segundos más por si ella seguía hablando pero no fue así, agarró con más fuerza sus libros.

-¿Eso es todo?

Sana abrió la boca, atónita, esperaba algo como: "te perdono pero, seguimos sin ser amigas." "todo está bien, ¿de acuerdo?" no esperaba que ella le dijera eso, así que solo asintió con la cabeza y Mina dio media vuelta para irse pero, la rubia aclaró su garganta, tenía una gran duda en medio de esta. Su cabeza solía pensar y no sacaba ninguna respuesta, no podía inventar algo o sospechar, tenía que preguntarlo.

-¿Por qué perdonaste a Nayeon pero no me perdonas a mí? 

Y esa pregunta... Esa pregunta no tenía respuesta.

Por ese pasillo justo pasó Nayeon y se quedó mirando a Mina, quien la ignoró. Realmente tampoco quería hablar con la mayor por más que ahora fuera a evitarla, el hecho de que se hubiera ido en el peor momento, dolió. No se podía confiar en las personas pero, las entendía y odiaba eso. Nayeon se quedó parada en medio de Sana y Mina, miró a la rubia y después a la castaña. Iba a seguir caminando pero, algo le dijo que tenía que estar con Mina.

-Mina...

-No me hables.

Era irónico porque cuando la molestaba la quería lejos, no la soportaba. Pero, después aceptó eso, había empezado a llevarse bien y Nayeon se fue y eso era cuando la quería cerca para tener a una persona que la ayudara.

La vida no tenía sentido.

La vida de Mina no tenía sentido.

-Sana, a ella nunca la perdoné, nunca voy a hacerlo, puede que haya aceptado que podemos intentar ser amigas pero no, no acepté que ella me dijera lo siento, ¿entiendes? -dijo, y miró a Nayeon, quien agachó su cabeza. Mina quería llorar, odiaba toda esta mierda de telenovela barata. -Tampoco puedo perdonarte, es que... sigo sin entender, te creí mi amiga. -se acercó. -Te conté cosas que se las habrás dicho a mi papá y eso no puedo perdonarlo.

-Nunca le conté nada que fuera muy personal, te lo prometo. -su voz se cortó. Ambas querían llorar.

Nayeon fue a donde Mina y la tiró levemente del brazo. 

-¿Quieres decirme algo también? -Mina preguntó con ironía.

-Lamento haberte dejado cuando más necesitabas a alguien pero, siempre deseaste que te dejara de molestar y lo hice, solo que no entiendo por qué. -

-Yo sí sé por qué, es muy fácil de saber. -

Sana se acercó a ellas, quería escuchar de qué hablaban. Los ojos de Mina se ponían más brillosos con el paso de los segundos, su mente le decía que no llorara, que no soltara ninguna lágrima porque no lo merecían y trataba de escuchar y hacerle caso a su mente por primera vez.

-Si a Sana no la hubieran contratado, nunca me hubiera hablado. Y si tú Nayeon, nunca hubieras sentido pena por mi, tampoco lo habrías hecho, y lo entiendo. -intentó sonreír pero, hizo una mueca. -Nadie quiere ser amigo de la chica que algún día va a acabar con su vida.

Las dos se quedaron calladas y entonces, Mina supo que su teoría estaba correcta. Solo había que pensarlo y analizarlo, su vida no era buena, no era divertida, no era la típica chica adolescente, no salía, no bebía, no disfrutaba.

Ellas sí.

Miró hacia el pasado cuando su madre seguía con vida y deseo, deseo más que nunca que ahora ella estuviera viva, tal vez esto nunca hubiera pasado.