|13|

645 71 10
                                    

“Got no self control
And I don't mean cigarettes and alcohol
'Cause when it comes to you I can't say no
I don't want a taste, I want it all

...

One little kiss can turn into a thousand
One little touch and I'm gone”

———————————

Greco estaba comenzando a odiar a Armando, ¿Cómo era posible que con solo verlo o hablar con él unos pocos minutos lo hiciera sentirse nuevamente tan enamorado como cuando tenía 16?

Se lo recordaba con cada acto, cada sonrisa que le dedicaba, cada gesto hacia él, con cada chiste malo que le contaba para intentar hacerlo reír, cada abrazo, cada toque accidental... Casi podía ver el muelle frente a ellos y a un Armando mucho más joven que le hablaba sobre sus sueños. La sola presencia de Armando era mágica.

—Al menos mis hijos si se ríen con mis chistes —dijo Armando aún riendo por el rostro de su amigo cuando le contó uno de sus famosos chistes.

Greco cayó nuevamente, se dio cuenta que no estaban en el muelle, sino en la oficina de Conway, esperándolo, en comisaría. Eran cosas como esas las que lo hacían caerse de su nube de ilusiones, en la que seguía perdidamente enamorado de Armando. Pero no podía evitarlo, no podía simplemente decirle a Armando que evitara el tema de su familia frente a él, el problema era de él, que no podía afrontar que Armando ya tenía una vida feliz al lado de su pareja y sus hijos.

—Son tus hijos, es normal que digan eso —dijo riendo naturalmente, como si no estuviera teniente una crisis interna.

Se podía decir que su amistad había vuelto a un punto en el que confiaban bastante el uno en el otro, seguían siendo tan amigos como siempre, sólo había sido cuestión de que se volvieran a encontrar y se pusieran a hablar por un rato para darse cuenta que su amistad seguía ahí, intacta.

—Greco, necesito el informe de... —Jack se detuvo en la puerta al ver a Armando en su oficina. El ojiverde reaccionó a la voz de su esposo y se giró a verlo, cruzaron miradas sin decir nada por unos segundos.

Greco podía notar que algo pasaba entre ellos, la tensión se podía palpar, pero no mencionó nada al respecto. Se aclaró la garganta—. El informe ya está listo, te lo he mandado por correo, pero ahora lo voy a imprimir a las oficinas para que lo agregues al expediente en físico —Jack asintió sin prestarle mucha atención, rodó los ojos y tomó su computadora portátil—. Hablamos luego, Armando, nos vemos después. —Se despidió.

—A-adiós Greco. —Rompió el contacto visual con Jack para despedirse de su amigo, le dedicó una sonrisa.

Jack dejó salir a Greco y entró a su oficina, cerrando con pestillo para que no los molestaran. Se dirigió detrás del escritorio que tenía y tomó la radio que llevaba consigo.

—Me salgo de la radio un momento, no estoy disponible —recalcó—. Greco se queda en H-50 —Sin esperar respuesta apagó la radio sin quitarle la mirada a Armando, el menor miraba con fingida atención las cosas en su escritorio. Sabía que estaba en horario de trabajo porque llevaba puesto el mono rojo que usaba en el taller, pero aún no tenía claro el porqué estaba ahí—. ¿Y bien? —habló con tono serio, seguía un poco molesto por lo de las llamadas, bueno... en realidad ya no estaba molesto, sólo se sentía mal porque Armando prefirió hacer las cosas a su manera en vez de confiar en lo que Jack le había dicho.

Armando se aclaró la garganta para hablar—. Te estaba esperando —murmuró sin dejar de "ver" el papeleo de su escritorio.

—¿A mí? —Preguntó casi con burla—. No sé yo eh, te veías muy a gusto charlando con Greco. De hecho, siento haberos interrumpido, ¿Quieres que lo llame de nuevo? —Señaló la puerta.

To Be So Lonely | ArmanwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora