To Be So Lonely | Armanway

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"Givin' you all you want and more
Givin' you every piece of me

I'm not afraid anymore
What makes you sure you're all I need?
Forget about it
When you walk out the door and leave me torn
You're teachin' me to live without it"

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Cuando Alphonse regresó del trato de armas fue de inmediato al despacho de su padre para rendirle cuentas de como había salido su viaje, pero no lo encontró ahí, lo cual fue bastante extraño ya que siempre se encontraba administrando el negocio meticulosamente, no por nada eran los mejores en varios países y eso se lo podía adjudicar a su padre y a su obsesión de llevar únicamente él y sus hermanos toda la parte administrativa.

Pensó que probablemente había enfermado y se encontraba en cama, lo que le preocupó debido a qué no había sido notificado de ello, pero así como llegó a su mente la idea, se esfumó cuando abrió la puerta de su habitación y vio la cama en perfecto estado.

Nuevamente salió al pasillo y grande fue su sorpresa al ver corriendo hacia él a un pequeño infante de cabellos rubios quién gritaba a la par de que reía. Se quedó quieto sin saber que hacer o como actuar ante esa extraña presencia, jamás habían tenido... Eso en casa desde qué él y sus hermanos crecieron lo suficiente como para ser conscientes de su alrededor. Por lo que casi sale corriendo cuando el pequeño lo abrazó por detrás de sus piernas en un intento de ocultarse.

Pero la cosa no terminaba ahí, para su gran, por no decir enorme, sorpresa, pues detrás del niño rubio venía la causa de sus risas y gritos, siendo esta nada más y nada menos que... ¿Su padre?

Se quedó boquiabierto al ver a su padre aparecer por el pasillo, lo que sólo hizo al pequeño pegar un grito de diversión y aferrarse más a sus piernas.

Cuando ambas miradas esmeralda se cruzaron, una de ellas de sorpresa y la otra con una chispa de diversión, fue como si su padre recordara quien era, o quién tenía que ser, y en un santiamén arregló su porte así como su expresión, la cuál aún conservaba una chispa de diversión.

El mayor se aclaró la garganta nerviosamente—. Alph, hijo, que bueno que has regresado con bien.

El nombrado asintió sin saber que decir—. S-sí, eh...

—Abu. —El pequeño soltó las piernas del joven y fue a dónde el mayor se encontraba, alzando ambos brazos en señal de que quería ser cargado por el de cabello canoso.

El mayor no se resistió y lo alzó en brazos con una sonrisa.

Alphonse cada vez entendía menos.

"Oh por Dios Alph, a papá le encantará saber que ya es abuelo". Comentó con tono burlesco a su hermano.

"Alphie". Alph le dedicó una mirada neutral a Armando y sin decir nada siguió a Ander.

Miró al niño rubio, él había llamado abuelo a su padre.

No se necesitaba ser un genio para intuir lo que había pasado o que el niño era hijo de Armando; lo que lo llevó por un segundo a darse cuenta que era tío, y así de rápido como el pensamiento llegó, lo deshechó, no quería actuar igual que su padre, porque seguramente él había sido el causante de que el pequeño se encontrara ahí, pero la duda de saber cómo había llegado el niño a la mansión se mantenía presente... ¿A caso Armando había accedido a la estúpida decisión de su padre?