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“No matter what we breed, we still are made of greed. This is my kingdom come, this is my kingdom come

When you feel my heat, look into my eyes
It's where my demons hide, it's where my demons hide

Don't get too close, it's dark inside
It's where my demons hide, it's where my demons hide”

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Aquella noche Jack se encontraba trabajando en el turno nocturno, por lo que en casa sólo se encontraban los niños, que dormían plácidamente en su recámara, y él.

Ni siquiera el té entre sus manos podía calmar sus nervios, no hacía más que pensar y pensar en lo mismo, su padre. Estaba harto de que, aún sin verlo, pudiera controlar sus emociones, sus acciones y sus desiciones.
No podía seguir siendo débil, se había refugiado en su temor durante varias semanas, sin progresar, sin hacer nada más que temer por la vida de sus seres queridos.

Miró la mesa de noche, Jack había olvidado su móvil. Dejó su taza de té en la mesa y tomó el teléfono móvil. Se sintió extraño, él no solía husmear en las cosas de nadie, no lo haría, tan sólo quería... Asegurarse de que no le hayan amenazado nuevamente.
Lo desbloqueó con facilidad entrando directamente a la aplicación de mensajería, ignoró los mensajes recientes y buscó el mensaje del que Jack le había hablado, conforme iba bajando en los chats su pulso se aceleraba, seguía teniendo miedo, incluso su mano temblaba. Resopló.
Lo encontró, Jack nunca había respondido, sólo abrió el mensaje, entró al perfil de esa persona, aparecía en blanco, no había nombre o foto de perfil, nada raro. Hasta que bajó al número de teléfono, sus manos sudaban.

Salió al balcón aún con el móvil en sus manos, miró a sus hijos durmiendo plácidamente en su recámara, suspiró, tenía que afrontarlo, por ellos, por su seguridad.

Cuando lo notó la llamada había sido aceptada. No había vuelta atrás.

¿Jack Conway? —Armando tembló, joder, seguía teniendo esa voz casi siniestra. Pasó saliva, no estaba seguro de que sonara como Jack, pero tampoco estaba seguro de que el viejo lo reconociera—. Has tardado en llamarme de vuelta, sinceramente, no esperaba que lo hicieras, pero lo has hecho, ¿Puedo saber por qué?

Se aclaró la garganta, no iba a pretender ser Jack, sólo dejaría que las cosas siguieran su curso—. ¿Qué es lo qué usted quiere? —habló con voz seria, aunque por dentro estaba por ponerse a llorar. Si algo le había enseñado la vida, era a fingir valentía cuando se sentía acorralado. Le había funcionado por mucho tiempo, esperaba que lo hiciera de nuevo.

Mhm... Eso es muy general, ¿No cree? Puedo querer muchas cosas en esta vida, sea más específico.

—¿Me quiere tomar el pelo? Le advierto que no estoy para sus juegos. Sabe perfectamente de lo que hablo.

Me parece que se lo dejé muy claro por el mensaje de texto, quiero ver a mi hijo —Armando apretó con fuerza el teléfono, quería gritarle a ese hombre que él no era su hijo, que no tenía derecho alguno de llamarlo así, pero se contuvo, no arruinaría las cosas— así que más le vale ayudarme con esto... A no ser que quiera convertirse en un obstáculo para ello.

Armando temió, de verdad su familia estaba en peligro, miró nuevamente a sus hijos. Respiró hondo—. No sé atreva a amenazarme.

To Be So Lonely | ArmanwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora