∆°•°•Deseos •°•°∆

Cap.2

Ya había pasado aproximadamente una semana desde lo que pasó aquella noche, cada día me sentía un poco más cansada pero no era mucho, pensé que sería por las horas extras en el trabajo, sí, eso tenía que ser.

Nuevamente llegué a mi casa, me tiré en el sofá y no supe más de la vida. Desperté y pude ver qué no era muy tarde, me dirigí a la cocina y preparé una pequeña comida, después de comer y lavar todo lo ocupado, me tomé una ducha super relajante, creo que después de todo el pequeño sueño del sofá fue gratificante y más con el baño.

Salí ya vestida lista para dormir, preparé algunas cosas para no estar a prisas por la mañana y me acosté en la cama pero lo que no me esperaba era de que aquel ser haría precensia de nuevo en mi habitación.

—¿Me extrañas?—se escuchó una voz ronca en toda la habitación.

Me sobresalté y me quedé sentada sobre la cama, no estaba segura si lo que había escuchado era real o simplemente parte de mi imaginación. Tomé nuevamente la lámpara pero todo fue inútil, de un momento a otro sentí cómo alguien estaba detrás de mí, justo cuando me arrodillé para tomar la lámpara algo se posicionó detrás de mí, y claro que sabía quién o qué.

Me paré rápidamente antes de que la criatura me hiciera algo y al voltear a ver mi cama donde estaba aquella criatura, vi como estaba recostado de una manera atractiva, estaba de costado, con su brazo izquierdo sobre la cama sosteniendo así con su mano su cabeza, con la mano derecha hacía figuras imaginarias en las sábanas de la cama, su pié derecho estaba sobre su rodilla izquierda. Eso era súper atractivo pero más sus vestiduras. Traía un pantalón de color negro que le quedaba perfecto con la camisa de manga larga que traía, tenía algunos botones desabrochados y una corbata negra colgando como si alguien hubiera tratado de quitársela, estaba muy floja, también, tenía unos zapatos
Aproximadamente de 1930, eran de un negro y blanco pero lo que más resaltaba era su gran sombrero con una parte roja que le quedaba a la perfección con el conjunto de ropa. No pensaba en nada más en el momento más que en el atractivo de dicho ser que se encontraba en mi cama, no podía ver su cara pero era realmente hermoso, metida en mis pensamientos alguien o algo me sacó de aquellos.

—¿Solo vas a mirar?— dijo la criatura de una manera muy seductora pero molesta a la vez.

No sabía que hacer, correr o caer ante su gran atractivo. Pensé pero, era mejor llamar a la policía, no quería que me hicieran daño.

Corrí rápidamente afuera de la habitación, bajé la escaleras y fuí a la cocina a tomar el teléfono pero este no se encontraba en dónde debería de estar. Miré desesperada hacia otra parte pero mi mirada se topó con la puerta de la cocina con aquel ser recargado sobre ella.

—¿Buscas esto?—dijo mostrándome el teléfono en sus manos.

—¡¿Quien eres?!... ¡Déjame en paz!—suplicaba.

Aquel ser se empezó a acercar hasta acorralarme contra la pared, me tomó de los hombros y se acercó a mi oído.

—Soy quién te hará sufrir, pero también soy tus mayores deseos...— dijo con una voz ronca.

Me asusté, ¿Cómo iba a saber él lo que yo quería?, Esto estaba mal.

Esa cosa me tomó del cuello con una mano y movía mi cara de un lado a otro, se detuvo y por un momento se quedó quieto, me asusté cuando bruscamente comenzó a besarme y no pude hacer nada porque tomó mi cara entre sus dos manos, me dejé llevar por aquel beso, seguí con el beso, no sabía lo que hacía, a cada paso que se intensificaba el beso me sentía sin respiración, sin aliento. Cuando sentí que me iba a desplomar en el suelo aquel ser me cargó y por inercia puse mis piernas en sus caderas. Ya no podía más, sentía que me iba a desmayar y rápidamente aparté al ser de mis labios, tomé sus hombros y lo alejé, seguía cargándome y por primera vez pude ver su rostro. Al parecer su piel era grisácea, tenía un monóculo en el ojo izquierdo y una dentadura muy afilada con una sonrisa muy amplia que adornaba su cara.

—Esto no termina aquí—dice la criatura a la joven distraída.

Sentí un empujón y de repente ya estaba en mi cama y la criatura se encontraba junto a mí, me di la vuelta y gatié hacia la cabecera de la cama pero el ser me jalo de los pies y cuando me dí la vuelta, él ya se encontraba en sima de mí. Nuevamente me había acorralado, tomó una de mis piernas y la acarició hasta llegar a mi cintura y nuevamente pasó su mano por mi abdomen e hizo figuras imaginarias sobre mi pijama para después tomarla y arrancarla de una dejandome así con sólo ropa interior, no podía creerlo pero tenía tantas ganas de eso, ya no me podía resistir, ya no más. Estaba a punto de desabrocharle la camisa a aquél ser, pude ver cómo sonreía al ver cómo caía en su trampa y a mí nadie me puede ganar así que lo empujé con el pie y salí corriendo, tomé una bata que estaba sobre una silla y salí a toda prisa de mi casa. Tomé mi teléfono y caminé unas cuantas calles. Le había pedido por teléfono a una amiga que me diera refugio.

Al día siguiente, mi amiga me acompañó a casa, todo estaba en orden, incluso el teléfono de la cocina estaba en su lugar y en perfecto estado, pareciese que nada de eso hubiese pasado.

—¿Quieres que llamemos a la policía?—preguntó la amiga preocupada.

—No, no hay ni una prueba de que él estuvo aquí, no quiero problemas ni chismes— decía sin ánimo.

—Esta bien pero si necesitas algo me avisas, ¿De acuerdo?— pregunta nuevamente.

Solo hice una seña que sí y se fue. Llamé al trabajo y pedí el día libre, no terminaba de comprender qué es lo que me estaba pasando.