Cap.8

58 5 2
                                        

Me estaba volviendo loca, todo lo que estaba viviendo no era normal. Llamé a una amiga quién pronto fué a mi casa, cuando llegó le conté todo lo que había vivido o soñado.

—No puede ser.— dijo sorprendida.

—Estoy realmente confundida, ¿Será que me estaré quedando loca?.— dije pensativa.

—No es así, ¡lo que pasa es que un incubo te está visitando!.— dijo mi amiga sorprendida

—¿Cómo?.— pregunté ignorante.

—Son demonios que se disfrazan de hombres muy atractivos y sensuales, dicen que se meten en tus sueños para después hacerte el "amor", también escuché que ataca más a las mujeres jóvenes y buscan a las que son todavía vírgenes, igual me dijeron que ellos sólo hacen aparición una o dos veces, pero no más. Lo raro de ésto es que dices que no tiene apariencia humana, a venido más de dos veces y su descripción se me hace rara.— explicó mi amiga.

—Tengo miedo. Sé que querías saber la verdad pero esto se me hace muy tenebroso, no quiero imaginarme que un demonio viene en las noches a tratar de violarme.— dije entrando en pánico.

—Tranquila, sé que pronto se irá. Si no se va en dos días más te ayudaré y traeremos a un padre, ¿De acuerdo?.— dijo tratando de tranquilizarme.

—Está bien.— dije suspirando.

—Tal vez siempre viene porque tienes mucha energía.— dijo.

—¿Y eso qué tiene que ver?.— pregunté curiosa.

—Ellos se alimentan de tu energía, pero, ahora que lo pienso igual puede que regrese porque todavía no te ah... Ya sabes.— dijo frunciendo los labios.

—¿Qué pasa si me entrego?.— pregunté.

—No lo sé, pero no creo que sea buena idea.— me miró preocupada.

Después de mucho tiempo de plática mi amiga se fue dejandome con muchas respuestas pero también más preguntas. Todo el día me la pasé viendo películas y comiendo para olvidar que ese ser del maldad pura habías matado lo único que quería en ésta vida. En ratos recordaba que Manchas ya no estaba conmigo y eso me provocaba lágrimas por toda la cara. Con los ojos hinchados caminé hasta mi habitación, me dí una ducha y me acosté sobre la cama. Extrañaba a Manchas a cada segundo, todo el día la había pasado recordando momentos con él y ahora dormiría sola, otra vez. Lentamente comencé a cerrar los ojos hasta que caí en los brazos de morfeo, después de un rato desperté, vi el reloj y era la hora en la que siempre solía despertarme cada que venía Black Hat, rápido cerré los ojos para continuar con mi sueño, tal vez si me dormía no aparecería y me dejaría en paz tan sólo una noche, pero valla que fuí estúpida al creer eso.

Sentí cómo acariciaban mi cabello pero traté de ignorarlo a toda costa y dormirme, bajó su mano hasta mi abdomen y seguí ignorando lo que hacía, de repente me jalaron bruscamente de la cintura provocando que abriera los ojos a todo lo que dan, frente a mis ojos tenía la mirada enfadada de Black Hat.

—¿Ahora qué quieres?.— pregunté molesta.

—Te quiero a ti.— dijo con voz ronca y seductora.

—¿Y a qué te refieres exactamente con eso?, ¿Me quieres literal a mí o sólo quieres mi virginidad?.— pregunté furiosa.

Black Hat mostró una sonrisa pero apesar de eso se le notaba el enojo que tenía.

—Ambas cosas, digamos que quiero ambas cosas.— dijo rápidamente.

—Maldito.— dije golpeando su pecho.

∆°•°•Deseos •°•°∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora