Cap. 1

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Cómo siempre, me levanté e hice todo lo que suelo hacer por las mañanas. Mi día transcurrido de forma normal hasta que la noche cayó en aquella ciudad en dónde la gente se alistaba para ir a dormir. De igual manera me encontraba lista para dormir, sentada ya en la orilla de mi cama, pensaba en algunas cosas hasta que me acosté y apagué la lámpara que se encontraba en el buró de a lado, me recosté y me puse en una posición muy cómoda al dormir, estaba a punto de dormir cuando escuché unos pequeños golpes que venían de la esquina de mi habitación, dirigí mi mirada al lugar mencionado pero no pude divisar nada. Me volví a acomodar en la posición de antes y a los 5 minutos escuché el mismo golpe en la misma esquina, me paré sobresaltada y traté de que mis ojos se acostumbraran a la oscuridad, después de un minuto tratando de captar algo en aquella esquina, pude ver cómo aparecían 2 ojos rojos como si de un monstruo se tratase.

Retrocedí y me subí a la cama, tome la lámpara que se encontraba a mi izquierda y le dije.

—Si me haces algo!!! Te mato infeliz!!!—grité nerviosa y muy asustada— Escuchaste maldito??!!.

Mientras yo trataba de ver quién o qué cosa era lo que estaba ahí, se escuchó una risa que me puso los pelos de punta, seguidamente se vió una sonrisa con dientes afiliados. En ese momento pensé en muchas cosas pero en mi mente no dejaba de sonar "¿Qué es eso?".

De repente, aquel ser salió de el lugar en dónde estaba y pude captar una silueta de un hombre esbelto con un sombrero de copa, no podía ver su cara pero me ponía muy nerviosa, sentía como su mirada se clavaba en mí y no sabía si era eso o otra cosa lo que hacía que sintiera la habitación subiendo de calor a cada segundo.

El ser se acercó y le ordené que se detuviera pero hizo caso omiso a mis advertencias, siguió caminando hasta en otro extremo de la cama, me armé de valor y con las 2 manos tomé la lámpara y me dirigí hacia el para darle un golpe en la cabeza pero cuando estaba a punto de darle me detuvo con una mano. Tomó con una mano mis dos manos! Eso me alarmó demasiado, terminé arrodillada en la orilla de la cama y el de pié junto a mí. Sus manos eran ásperas y frías.

Aquel ser seguía tomándome de las muñecas, por más esfuerzos que hice no logré safarrme de su agarre y por más que su cara estuviera cerca de la mía, no podía ver su rostro. Se acercó a mi cuello y pude sentir su respiración caliente. Me estremecí y lo alejé pero fue inútil, ese ser me pegó a su cuerpo, con su mano que tenía disponible me tomó de la cintura y me apretaba contra su cuerpo.

La habitación cada vez se sentía más caliente y la criatura pasaba su lengua por mi cuello, estaba jadeando y a punto de llorar pero la criatura me tomó del cuello y mordió mi hombro, lo raro de todo esto es que en lugar de sentir dolor sentí placer, por alguna extraña razón me gustó que hiciera eso.

Bajó mi tira de la pijama que traía e iba depositando pequeñas mordidas en mi cuello hasta el hombro, provocando así pequeños gemidos que ahogaba mordiéndome el labio. Tenía las manos sueltas y no hacía nada ¿Qué me estaba pasando? Sea lo que sea, le estaba dando licencia a aquel ser de que hiciera conmigo lo que quisiera, no quería caer pero era algo tentador en el momento. Bajó hasta mi abdomen acariciando con sus manos mis pechos y mi cintura hasta quedar en mis caderas. Ahí fue dónde reaccioné y me di cuenta de que lo que estaba haciendo estaba mal, entonces.

Escuché mi alarma, ya era de día, me desperté poco a poco y recordé lo de anoche, rápidamente corrí hacia el baño para ver en el espejo si tenía alguna marca en el hombro o en el cuello pero no había nada. Todo era muy extraño, había sido un sueño pero pareció tan real. Me lavé la cara y bajé a desayunar, después tomé una ducha y salí de mi casa temprano para llegar puntual al trabajo, llegué y por una extraña razón me sentía cansada.

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