17 | La fobia oculta

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—Más rápido —gritó Rowena a la nada mientras sacudía su mano de un lado a otro

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—Más rápido —gritó Rowena a la nada mientras sacudía su mano de un lado a otro.

Terrence corría tras de ella. Estaba cansado, pero alegre de poder estar con la chica que recordaba, aunque la situación no fuese tan placentera como en antaño.

Rolan Wölgub estaba padeciendo esa misma tarde.

Rowena no estaba riendo ni corriendo por diversión como a Terry le gustaría revivir, era un día devastador, lleno de dolor y cargado de tristeza. Cuando el chico pudo estar junto a Rowena, entonces ella volvió a correr.

El aire golpeó su rostro sonrojado, estaba cansada y tenía sus ojos hinchados de tanto sollozar, entonces se detuvo de golpe y observó el suelo tras de ella. Había sentido como si estuviese por darse contra el suelo.

Su grito se escuchó por todo el pueblo y los habitantes que estaban cerca, la observaron con desconcierto y temor.

Terry se extrañó del comportamiento de su amiga y corrió otro poco para sujetarla de los hombros. La mirada de Rowena era de terror, observaba el suelo con pavor total.

—¿Te encuentras bien, Row? —preguntó Terrence, sujetando a Rowena.

Rowena no respondió, siguió observando el suelo con miedo.

—Row, ¿me escuchas?

Terrence se posicionó delante de ella en cuclillas y siguió sujetándola por los hombros. Rowena lo observó entonces, su respiración estaba jadeante y su semblante pareció tranquilizarse.

—Yo... —murmuró, sin saber lo que había sucedido—, sentí que iba a caerme, entonces... —sus ojos se cristalizaron por las lágrimas que intentaron escapar— no lo sé...

Terrence se levantó con cuidado y rodeó a Rowena con sus brazos, la chica dejó escapar unas cuantas lágrimas. Tres imágenes llegaron a su mente en su estado de conmoción. Tres recuerdos borrosos que desconocía totalmente.

Una mano, peligrosa y suave. Una sonrisa burlona. Una caída a un vacío.

El miedo se atoró en su garganta y se preguntó qué había sido eso. Imaginar caerse le provocaban náuseas y un bloqueo.

Rowena prefirió agacharse hasta llegar al suelo lleno de tierra y procuró no volver a levantarse. Terrence la observó frunciendo el ceño.

—Eh, Row... —llamó dudoso— ¿qué haces?

—No voy a caminar, no voy a caerme —sentenció y comenzó a arrastrarse por la tierra en dirección a su hogar, debía llegar con su padre.

Terrence la observó mientras se revolcaba sobre la tierra como un gusano.

—¿No prefieres que te cargue si ya no quieres caminar?

Se acercó y Rowena lo observó a los ojos, expectante y totalmente confundida. Sin esperar respuesta, Terry la sujetó y la alzó para cargarla como una princesa.

En las fauces del lobo | PRÓXIMAMENTE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora