Cuando te reencuentras con alguien especial, las cosas parecen cambiar para bien, sientes una quietud en tu alma que te lleva más allá y te deja ser tú mismo. Eso le ocurrió a Rowena cuando cruzó su mirada con Terry, había cambiado, pero su forma de verla y sonreír hacía ver que definitivamente era el mismo.
Su alma seguía unida a la de ella.
Después de visitar a la señorita Brighton y dejar las flores silvestres en la lápida, Rowena le pidió a Rolan, casi de rodillas, si podía ver a su amigo de la infancia, Rolan no pudo negarse y, como ya estaban a las afueras, decidió que no era una mala idea visitar a los Holwen.
Caminaron todo el trayecto necesario hasta la granja, era el camino que Rowena usualmente usaba, pero de tanto estar entre las ramas del bosque, desconocía todo.
Cuando hubieron llegado a la granja de los Holwen, Rowena llamó mediante la pequeña campanita, ya que nadie estaba en el exterior. Kendra fue quien salió del granero, César tras de ella.
—Hola, Kendra —saludó Rowena meneando su mano con dulzura.
—Hola —sonrió la pequeña, mucho más nerviosa que otras veces, seguramente estaba impactada porque un día le dijeron que ella estaba muerta y al otro había aparecido como si nada, con nuevas heridas, pero totalmente viva.
Rowena observó a César, quien la observaba a ella, también meneó su mano hacia él.
—Hola, Kendra —saludó Rolan—, estamos buscando a tu familia y a Terrence.
Kendra asintió con la cabeza y les indició que la siguieran, César esperó a Rowena y con ella a travesó el terreno hacia la casa de los Holwen, una pequeña casa de un piso (como la de los Wölgub) y hecha de madera.
Rowena estaba nerviosa, jugaba con sus dedos de una forma desesperada y sus manos sudaban. Intentó tranquilizarse llenando sus pulmones de aire y apretando la falda de su vestido, pero estaba tan ansiosa de ver a Terrence que su mundo se movía de un lado a otro.
¿Ésa era la sorpresa que Heidi le había dicho cuando recién fue encerrada?
Cuando llegaron ante la puerta, Rowena apretó con sus manos la falda y Rolan tocó la puerta con sus nudillos. Se escuchó ruido del interior, voces, risas y una silla moverse.
Entonces Heidi abrió la puerta, su cabello corto y su sonrisa. Rowena alzó sus comisuras y abrazó a su amiga.
—¡Rowena! —exclamó Heidi sujetando a la chica en un abrazo.
—¡Oh, Heidi!
—No sabes cuánta alegría nos da volver a verte, más de la tan horrible noticia.
—¿Es Rowena? —gritó una voz femenina desde el interior.
Rowena jugueteó con sus manos un poco nerviosa, no entendía por qué se sentía de esa forma, si era tan habitual visitarlos, al menos unos días más atrás. Claro que las circunstancias cambiaban, para muchos, ella había retornado de la muerte.
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En las fauces del lobo | PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO
FantasíaHabía una vez una chica que entró en las fauces del lobo para salvarse de los mismos lobos. ⋆ ☽ ⋆ Mazefrek es un pueblo olvidado de Rutonia a orillas de un Bosque Maldito, un pueblo llen...