ღ Capítulo 2 ღ

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Conway, tras dar la orden de arrestar a Horacio, de manera seria volteó, se dirigía hacia afuera de la sala de interrogatorios. De forma inconsciente, Volkov le llamó una vez estuvieron ambos en el pasillo, haciendo que el superintendente se frenara para atender a su apresurada solicitud. -Conway, no podemos arrestarlo a él- dichas palabras salieron de lo más profundo de su ser, tintadas de preocupación y confusión.

-alguien debe pagar por lo ocurrido Volkov, estamos aquí para hacer justicia, no caridad.- dijo amargamente, veía a lo lejos cómo los pequeños eran escoltados hacia la salida de comisaría.

- p-pero no escuchó lo que acaba de decir? No es su padre, es sólo el profesor! Qué puto sentido tiene hacerlo pagar a él por esto? Los niños ni siquiera se llevaron las cosas de la tienda, y no lo hicieron por maldad- El silencio por parte de Conway le hizo notar que sus palabras no estaban teniendo el efecto esperado en él, y muy por el contrario, parecía estarlo dejando aún más confundido y molesto. Viktor aun sin entender qué era lo que estaba saliendo de su boca, continuó -Toda esta situación es un sinsentido, lo sé, pero no sacamos nada con arrestarle, si no es él quien debe aprender la lección, ni es el responsable legal de esos niños. Conway...-

La cara del contrario era todo un puzzle, y solo se limitó a responderle vagamente -Mira Volkov, ya tengo los cojones bastante hinchados, toda esta ocurrencia me tiene hasta la polla, dejo esta mierda en tus manos, haz lo que quieras- Volteó una vez más y se fue de allí, dejando al comisario sin palabras y aún más desorientado que antes. Soltó un suspiro y no alcanzó a pensar en nada, cuando oyó el ruido de esposas acercándose, sabiendo que era ese hombre.

Dirigió su mirada a los agentes que le escoltaban y espetó un escueto -Suéltenlo- Solo esa palabra fue suficiente para llenar los ojos de Horacio con lágrimas que se acumularon allí, en silencio y con sus labios temblando. No fue necesario el uso de palabras pues su mirada cargada de gratitud e incredulidad le dijeron todo al comisario. -Retírense, yo me encargo- su orden hizo que los agentes rápidamente dirigieran sus pasos a la salida del pasillo, dejándoles a solas, en un silencio cómodo y tranquilo, que les permitió a ambos calmar sus mentes y emociones respecto de lo que acababa de ocurrir.

Un suspiro del peliazul rompió el silencio, -muchas gracias...- se detuvo al darse cuenta de que no conocía su nombre. -Viktor, Viktor Volkov es mi nombre- dijo soltando un intento de sonrisa que terminó siendo solamente una mueca. Horacio asintió ante la información recién otorgada y le agradeció nuevamente.-Necesito que me diga el porqué de lo ocurrido Horacio, no sé si lo notó, pero nadie aquí entendió lo que acaba de pasar, y tampoco le puedo soltar así como así- esto último en realidad era mentira, pero Volkov de verdad quería comprender la situación.-Verá- soltó con una voz dulce, mientras pasaba sus manos por las muñecas recién liberadas y luego por su cuello de forma nerviosa.

-Como mencioné hace un momento, les conozco desde el año pasado. Era un día lluvioso cuando, después de clases me ofrecí a llevar en taxi a Julián hasta su hogar, puesto a que no tengo vehículo.- La voz de Horacio iba disminuyendo su volumen, pero ante un atento Volkov, continuó su relato, -Mi primera sorpresa fue el darme cuenta que Julián debía caminar sólo a su casa a diario, a sus 8 años, sin importar el clima ni los peligros inminentes, sin embargo, lo peor vino después, al ver cómo la ausencia de sus padres les obligó a perder su infancia, su educación, y su posibilidad de poseer todo lo básico para un niño. He tratado de ayudarles en lo posible comisario, dios sabe que sí, pero me cuesta, siento que debo mantener a salvo tres hermosas flores que fueron puestas entre fango y espinas, donde nadie las ve, donde a nadie le interesa si les falta algo, donde sus gritos desesperados son acallados por el desinterés del resto, y me duele, me arde el coraje de no poder sacarlos de allí, y darles la vida que merecen...comisario, y es complicado ayudar desde afuera, cuando tienes todo en contra- Su quebrada voz fue como trozos de vidrio que terminaron por dañarle más al comisario.El pecho de Volkov apretaba, dolía, ardía. No salía palabra de su boca, por lo que restringió a solamente asentir en silencio, mientras veía a Horacio deshacerse de una lágrima. -Horacio, y-yo no sé qué decirle- dijo con un tono compasivo, -

-agradezco que haya venido aquí tras el incidente en el centro comercial pese a no ser su obligación, y...- detuvo sus palabras al ver que el de cresta le miraba de nuevo lleno de lágrimas a punto de escapar y sus mandíbula temblando, aguantando el llanto, que opuesto a lo que Volkov pensaba, eran de alegría. Lo cual descubrió tres segundos después al ver cómo el profesor se lanzó a sus brazos, sollozando bulliciosamente mientras decía contra su pecho una y otra vez "gracias, gracias, gracias!".

Torpemente el comisario le cubrió con sus brazos, aunque sin ejercer mayor presión, debido a la confusión que sentía. Todo pensamiento se disipó de su mente al soltarse Horacio de su pecho con una enorme sonrisa pese a tener los ojos hinchados y rojos de tanto llorar.

-Gracias comisario, es usted el primero en darse el tiempo de escucharme en esta ciudad, el primero en no juzgarme, es usted como un amigo!- dijo mientras sorbía sus mocos debido al llanto.

Viktor, entre una abrumadora sensación de ternura causada por la actitud y palabras del hombre frente a él, le dedicó una pequeña sonrisa mientras le tendía su pañuelo, bordado con sus iniciales, para que se sonara. -Tenga hombre, no se preocupe. Vaya a casa y trate de descansar Horacio, ha sido un día difícil- mencionó mientras posaba su mano en el hombro y le daba una sencilla pero tierna caricia.

Lo que ninguno sabía, era que en la sala de cámaras, estaban muy concentrados Conway y Greco viendo su interacción.

-Conway, no me dijo que Volkov ya tuviera novio- soltó previo a una carcajada, mientras el nombrado sólo negaba continuamente, pero con una incipiente sonrisa. -Cállate un mes, gilipollas-.



Volkacio AU - Teach me how to loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora