ღ Capítulo 18 ღ

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-Volkov, te buscan en la entrada- Le comunicó escuetamente Conway mientras salía de su despacho. Ni siquiera alcanzó a preguntar quién era puesto que el superintendente había desaparecido tan pronto como había llegado allí. Al llegar a la entrada, se sintió confundido. Ciertamente no era quien él pensaba que podría ser.

Estaba allí de pie Tomy, el mayor de los tres niños, con una bolsa de hielos apoyada en su rostro inflamado y lleno de moretones distintos a la vez anterior, con señales de haber estado llorando hace escasos minutos. Apresuró su paso hasta llegar a él, y agachándose a su altura soltó con preocupación -Tomy! ¿Qué ha pasado? Vente, acompáñame a mi despacho- Sabiendo que probablemente el pequeño necesitaría algo de privacidad para sentirse en confianza de hablar.

Al llegar, le hizo sentarse, y acercó su silla a la de él para encontrar cercanía y familiaridad. No le presionó, esperó varios minutos en silencio hasta que el muchacho decidió hablar.-Comisario- comenzó con una voz quebrada y difícilmente audible. -Han venido a por mí, han sido ellos, yo lo sé...- le fue completamente imposible continuar puesto que el miedo le paralizó, se ahogaba en llanto. Volkov no sabia qué hacer.-Déjame buscar agua por ti, dame un segundo- se dirigió a la primera planta, estaba más pálido aún, como si fuese aquello posible. Y estando allí le vieron Greco y Conway, quienes preocupados le interrogaron, pidiendo poder acompañarle tras saber lo ocurrido.

Entraron los tres hombres al despacho, inquietando aún más al pequeño. -Tranquilo, sólo queremos ayudarte- dijo suavemente Conway al ver su cuerpo totalmente tenso, usando un tipo de voz que raramente se escuchaba de él. Greco, por otro lado, le había traído dulces para apaciguar la situación. Allí se encontraban aquellos tres hombres sentados junto a Tomy, esperando atentos a sus palabras mientras aquietaba sus sollozos. -Entonces- comenzó Volkov -Me dijiste que habían ido a por tí- recibió el asentimiento del muchacho -¿A quiénes te refieres específicamente?- En un susurro asustado le respondió -A quienes me hicieron ésto- apuntando a su aún fresca cicatriz de la puñalada. -¿Ellos te golpearon nuevamente?- preocupadamente, Viktor trataba de entender el contexto. Volvió a recibir un movimiento de cabeza verificando aquello. Greco tenía sus ojos aguados, había querido acompañarles para ayudar, pero entender lo que estaba sucediendo hacía que su pecho doliera y ardiera. No se sentía capaz de hablar ni interactuar.

El pequeño por voluntad propia, continuó -Fueron ellos mismos, yo venía volviendo de clases cuando me siguieron. Desde atrás se burlaban diciendo que mi padre nos había abandonado desde la golpiza que me dieron antes, pero- Nuevamente quedó en silencio. Le costaba respirar, seguía teniendo miedo y su estómago se revolvía al pensar en todo eso. Temblaba notoriamente, el miedo se había apoderado de él. -Pero temo que algo le hicieron a papá- Aquello les dejó confundidos. Tenían conocimiento de que el hombre había escapado, seguían de hecho en su búsqueda. Aquello no estaba haciendo sentido.-¿Por qué dices que le hicieron algo?- Inquirió Conway aturdido.

Hubo un silencio sepulcral. El pequeño miró uno a uno sus ojos, aquellos atentos ojos que buscaban ayudarle, preocupados, inquietos. Tras escanear el rostro de los tres adultos, tomó la mochila que traía consigo, en total mudez. De ésta sacó una camisa envuelta cuidadosamente en una bolsa. La prenda estaba rota y sucia. Marcas de sangre se hicieron notar de inmediato, era sangre casi fresca, probablemente de hace unas horas a juzgar por su color poco oxidado.-Me la lanzaron ellos a la cara después de golpearme- los rostros de aquellos hombres lucían sorprendidos y expectantes -Es de mi padre, esta camisa era la que estaba usando el día que desapareció-

-Santo Cristo- susurró Greco sin creerlo.

-Voy a por una bolsa de evidencias, necesitamos enviar esto a las oficinas del FBI para ser investigado- Conway espetó mientras abandonaba la sala.

-¿Aparte de lanzarte esto, te dijeron algo?- cuestionó Viktor con suavidad. El muchacho se dirigió nuevamente a su bolso, sacando un arrugado y manchado trozo de papel, el cual le entregó. En cuyo interior era posible leer la frase:

"Todo se paga en esta vida, con dinero o con sangre" -X.

Volkacio AU - Teach me how to loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora