ღ Capítulo 15 ღ

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- Deja de mirarme así, gilipollas- Ante las palabras de un irritado e incómodo Volkov, Greco no hizo más que dejar su sonrisa burlona para soltar una risotada.

-Está bien, es decir, si tú no me cuentas qué pasó ayer, no me queda otra que asumir cosas- dijo fingiendo inocencia.Estaban en un código 3, en la licorería ambos comisarios, esperando que los agentes terminen de negociar. Viktor estaba intranquilo, después de lo sucedido la noche anterior con Horacio, no sabía qué debía hacer a continuación, era un manojo de nervios desde la mañana.

-¿En serio no me vas a contar qué pasó?- Dijo el de barba fingiendo dolor.

-Vete a tomar por culo Greco- dijo enojado, haciendo reír aún más a su amigo.

-Volkov, ¿crees que soy gilipollas?-

-Creo que es obvio que sí- Le respondió para picarle.

-Vale, tal vez sí lo sea- dijo provocando la risa del peligris por fin -Pero me doy cuenta de las cosas Rusky, y tú tienes algo con el crestas aunque no lo admitas, simplemente quería dejarte claro que pese a que eres un tocapelotas, cuentas conmigo-

-Cállate ya.- soltó avergonzado fingiendo molestia -No tengo nada con él- Quería de alguna manera explicarle que su intención sí era intentar algo, pero no había planeado aún cómo. Sin embargo, no alcanzó a hacerlo.

-Mira quien viene ahí- dijo Greco divertido, -Vamos a hablar con él!-

Venía Horacio sobre sus patines en dirección al supermercado, tal como la última vez que se vieron allí. Al verles desde lejos, su expresión de vergüenza fue notoria, sobretodo en sus rosadas mejillas.

-Hola!- soltó de forma casual Greco. -Buenos días- un tímido Horacio se dirigió a ambos.

-Privet Horacio- Volkov se encontraba inquieto e incómodo. No era así como pretendía volver a verle. Y al parecer Horacio tampoco esperaba esto.

-¿Eres tú el novio de Volkov?- aquella frase que el de barba soltó sin más, les dejó a ambos sin color alguno en sus rostros. Haciendo que Viktor ya visiblemente molesto con éste, dijera tratando de salvar la situación -Greco, ya te dije que no somos nada-

¿Cómo?...La mente de Horacio corrió a mil kilómetros por hora sin lograr entender lo que acababa de pasar. Su pecho dolía, sentía el ardor quemarle por dentro. Su mirada de decepción se clavó en la del ruso, quien estaba con su rostro compungido sin saber qué hacer. Aquellas palabras le habían herido. -No puede ser...- Susurró Horacio dolido tras oír aquello. Y con lágrimas que se agolpaban en sus ojos y comenzaban a salir, dió media vuelta sobre sus patines yendo de vuelta a su hogar. Sorbiendo sus mocos entre audibles sollozos.

Allí quedaron todos en completo silencio. La mirada acusadora de Greco recayó en el peligris, visiblemente molesto -Volkov, eres tonto de cojones, es que te mereces todo lo malo que te pasa-

-Pero...yo me refería...- fue interrumpido por el contrario, -No me interesa Rusky! Le hiciste llorar- Viktor se estaba desesperado, la había liado al no pensar bien sus palabras y veía cómo la silueta de la persona que había traído de vuelta los colores a su vida se alejaba desmoronándose por su propia culpa. Llevó ambas manos a su rostro frustrado y acongojado, al sacarlas, vió a Greco mirándole con el ceño fruncido. -¿Que acaso no vas a ir tras él, gilipollas?- no entendía, - P-pero estamos en... -

-Toma, vete, ya nos encargamos de esto nosotros, llévate el puto patrulla pero lárgate ya- le lanzó las llaves y esperó a que subiera al vehículo. Antes de que partiera, se acercó a la ventanilla y le advirtió -Rusky de mierda, como la cagues de nuevo...- Recibiendo una sonrisa asustada de Viktor. -Trataré de no hacerlo...gracias- finalizó con sinceridad. Estaba notoriamente nervioso, no podía permitirse perderle, no después de estar tan seguro de lo que sentía.Por otro lado, estaba Horacio llegando a su casa, apenas veía por donde iba, puesto que su vista estaba nublada a causa de sus lágrimas, y apenas podía respirar debido también al llanto. ¿Cómo era posible que todo en la vida le cambiase de un momento a otro? Necesitaba que aquel día terminara lo antes posible, desde que se despertó, y tuvo que dejar contra su voluntad a Tomy aún herido y asustado en casa de su madre, todo estaba yendo de mal en peor. Ni siquiera había podido comprar dulcecitos para llevarles a los pequeños como tenía planeado. Y lo peor, quien pensaba que de verdad le quería, le había negado públicamente de la manera más cruel y humillante posible.Cuando por fin llegó a su casa, se retiró los patines, y se lanzó al suelo del living a llorar, abrazando sus propias piernas. El daño era emocional, pero sentía que su pecho se rasgaba, dolía de verdad.

Volkacio AU - Teach me how to loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora